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OCTUi'.RE, 17 LA LEYENDA DE ORO. 121<br />
cesa y señora po<strong>de</strong>rosa, y estimada y respetada<br />
<strong>de</strong>l mundo. Pero el Señor trueca los corazones,<br />
v en todos los estados, gran<strong>de</strong>s y pequeños, tiene<br />
almas puras, santas y escogidas: y para que ninguno<br />
se excuse, nos las pone por ejemplo , y para<br />
que las'gran<strong>de</strong>s señoras.no aleguen las leyes <strong>de</strong>l<br />
mundo, ó <strong>de</strong> su estado , ni digan que no pue<strong>de</strong>n<br />
hacer lo que otras hicieron, tan buenas ó mejores<br />
que ellas; y los pobres se confundan, viendo que<br />
en el amor y estudio <strong>de</strong> la perfección , ha habido<br />
princesas clarísimas y señoras ilustrísimas, que<br />
fueron tan perfectas y excelentes en todo género<br />
<strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s; y que la santa Iglesia las reverencia<br />
como á santas, y nos las propone por <strong>de</strong>chado,<br />
y un vivo retrato <strong>de</strong> la vida celestial.<br />
SAN ANDRÉS , ÍÍIONJE Y MÁRTIR. — En Creta,<br />
que hoy es Candía, isla noble y rica , y mas rica<br />
y noble hoy que ha vuelto al suave yugo <strong>de</strong> la<br />
ley evangélica (reducida por las gloriosas ó invencibles<br />
armas venecianas), nació Andrés <strong>de</strong> ricos<br />
y nobles padres. Crióse como hijo <strong>de</strong> quien era,<br />
con la enseñanza <strong>de</strong> buenas letras y doctrinas cristianas<br />
, amando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus tiernos años la virtud,<br />
la penitencia, el cilicio y el ayuno, conque domaba<br />
v tenia ó rava los incentivos <strong>de</strong> la juventud<br />
lozana. Al olor <strong>de</strong> su virtud vinieron muchos siguiéndole,<br />
á quienes enseñó el camino <strong>de</strong> la patria<br />
celestial, haciendo con ellos vida común , pobre<br />
y religiosa. Gozaba el orbe cristiano <strong>de</strong> una<br />
tranquila paz en este tiempo, <strong>de</strong> que envidioso el<br />
enemigo común, buscó modo <strong>de</strong> perturbarla; y<br />
fué en esta forma. Tenia el imperio Constantino,<br />
no el Magno, propagador <strong>de</strong> la religión cristiana,<br />
sino un sucesor suyo , llamado Constantino Coprónimo.<br />
Este dio en afirmar, que era especie <strong>de</strong> idolatría<br />
la veneración <strong>de</strong> las santas imágenes, no<br />
entendiendo que los cristianos no adoran la imagen<br />
, sino el prototipo , y que cuando la imagen es<br />
<strong>de</strong> Cristo , su Madre santísima María , sin pecado<br />
concebida , ú otro alguno <strong>de</strong> los santos , mueve al<br />
católico á contemplar en el representado por ella<br />
sus virtu<strong>de</strong>s y excelencias, y <strong>de</strong>sea imitarlo. Si la<br />
veneración se quedase en solo el lienzo ó estatua,<br />
esa fuera idolatría ; y si la imagen fuera <strong>de</strong> una<br />
Venus lasciva , un <strong>de</strong>shonesto Júpiter, ú otros semejantes<br />
. también. En fin con esta capa <strong>de</strong> piedad<br />
impía comenzó el <strong>de</strong>monio la mas cruel guerra que<br />
jamás se ha visto, perturbando la paz <strong>de</strong> la Iglesia<br />
toda.<br />
2 Sintió el divino Andrés , como era justo , tan<br />
grave mal: y no sufriéndole el corazón <strong>de</strong>jar do<br />
hacer <strong>de</strong> su parte cuanto fuese posible para remediarlo<br />
, <strong>de</strong>jó su patria, amigos, y parientes, y<br />
se fué á Constanlinopla á verse con el emperador,<br />
y argüirle <strong>de</strong> su error y maldad. Puesto , pues , en<br />
presencia <strong>de</strong>l emperador y magistrados, quo le<br />
asistían , levantando la voz,, dijo: Cruel tirano,<br />
sabe que Dios es adorado y venerados sus santos<br />
en las imágenes santas que nos los representan:<br />
si á tí te ha engañado el padre <strong>de</strong>l engaño, no es<br />
razón que por tí se pierdan tantos: yo vengo á<br />
reducirlos y reducirteá penitencia: y si no jmedo;<br />
á lo menos, á animar á los que valerosos se exponen<br />
al martirio, por no obe<strong>de</strong>cer tus crueles<br />
TOMO IV.<br />
edictos. ¿A los cristianos persigues? ¿Tú eres emperador<br />
cristiano? ¿Qué mas hiciera un Nerón? A<br />
estas razones mas furioso <strong>de</strong> lo que antes estaba,<br />
se volvió el cruel tirano contra los verda<strong>de</strong>ros católicos,<br />
y que como tales venerábanlas santas<br />
imágenes , y sin perdonar tormento alguno , á unos<br />
hacia azotar con duros nervios , á otros sacar los<br />
ojos , á otros arrancar las lenguas , á otros cortar<br />
piernas y brazos , á otros arrojar al fuego , y finalmente<br />
á todos quitar las vidas. Con esto mas encendido<br />
en compasión y caridad divina , levantó<br />
Andrés mas la voz (por si no le habia oido el tirano),<br />
diciéndole: ¿Por qué, ó emperador , si<br />
eres cristiano, castigas <strong>de</strong> esta manera la imagen<br />
<strong>de</strong> Cristo? Entonces se volvió contra él furioso,<br />
viéndose así repren<strong>de</strong>r, y mandó que lo prendiesen.<br />
Obe<strong>de</strong>cieron los ministros infernales, dándole<br />
tantas puñadas , bofetadas y palos , que bastaron<br />
á mitigar la ira <strong>de</strong>l tirano emperador; y así<br />
mandó que le <strong>de</strong>jasen: y vuelto á él, le dijo:<br />
¿Cómo tienes tal atrevimiento, que no solo no obe<strong>de</strong>ces<br />
los imperiales preceptos; sí que me repren<strong>de</strong>s<br />
á mí? Pero me ha caído en gracia tu <strong>de</strong>nuedo,<br />
sigue la religión verda<strong>de</strong>ra : haz lo que yo mando,<br />
y te prometo mi gracia y perpetua amistad. No<br />
busco la gracia <strong>de</strong>l emperador terrestre (dijo<br />
Andrés animoso): solo quiero la <strong>de</strong>l celestial Emperador<br />
Jesucristo : tu amistad sea para los que le<br />
siguen y quieren, como tú, con<strong>de</strong>narse. No he<br />
surcado tantos mares, <strong>de</strong>jando mi patria , y cuanto<br />
tiene el mundo, para ganar tu amistad , sino para<br />
ganarle si puedo, para el cielo , haciendo que<br />
vuelvas en tu acuerdo, dando el <strong>de</strong>bido culto á<br />
las santas imágenes, y perdonando á los que tienes<br />
presos , porque las veneran : y cuando esto no<br />
consiga, conseguiré á lo menos una muerte gloriosa<br />
, perdiendo la vida á manos <strong>de</strong> tu crueldad,<br />
que eslov dispuesto á pa<strong>de</strong>cer constante : ¿y qué<br />
haré YO en morir , por quien murió por mi:<br />
3 Por cierto , dijo , riéndose el emperador,<br />
que es gran<strong>de</strong> tu sabiduría : pues le atreves á persuadir<br />
y mudar los ánimos <strong>de</strong> un emperador supremo<br />
, y tanto magistrado docto , tantas dignida<strong>de</strong>s<br />
. y tan venerables canas, como aquí miras:<br />
lo que importa es quo <strong>de</strong>sistas <strong>de</strong> tu locura , ó te<br />
prevengas á sufrir inauditos tormentos. Constante<br />
oyó Andrés al emperador, y mirando al cielo,<br />
dijo : No te negaré , Cristo y Salvador mió : no le<br />
burlaré con mi confesión: no <strong>de</strong>spreciaré tu imagen<br />
santa : dame valor, mi Dios; y vuelto al emperador,<br />
dijo: Castiga, ó emperador, mi cuerpo:<br />
corla mis pies y manos: cácame los ojos: arranca<br />
íiú lengua; porque pronto estoy á pa<strong>de</strong>cer en <strong>de</strong>fensa<br />
<strong>de</strong> la imagen santa <strong>de</strong> Cristo Jesús , mi Dios<br />
y Salvador. Tuvieron varios coloquios los dos,<br />
uno reprobando y otro <strong>de</strong>fendiendo la veneración<br />
<strong>de</strong> Jas santas imágenes, hasta quo convencido y<br />
furioso el emperador, le mandó <strong>de</strong>snudar y azotar<br />
cruelmente en su presencia con cor<strong>de</strong>les y duros<br />
nervios. Después que con invicta paciencia había<br />
sufrido el mártir glorioso infinitos azotes , severo v<br />
constante, vueltos los ojos al cruel empera lor,<br />
dijo : O emperador: <strong>de</strong>jadas las guerras contra los<br />
bárbaros, que lícitamente podías y <strong>de</strong>bias emprento