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NOVIEMBRE, 11 LA LEYISND A DE 0110. 241<br />
les que cu aquella jornada había <strong>de</strong> tener gran<strong>de</strong>s<br />
trabajos y dificultados.<br />
'¿ No se engañó; porque al pasar los Alpes<br />
cavó en manos <strong>de</strong> ladrones, que le quisieron matar<br />
, y uno <strong>de</strong> ellos había ya ¡d/.ado la espada para<br />
<strong>de</strong>scargarla en la cabeza <strong>de</strong>l sanio; pero fué <strong>de</strong>tenido<br />
, por voluntad <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong> otro que no<br />
era tan inhumano; y en efeclo , le prendieron y le<br />
ataron para <strong>de</strong>spojarle. Preguntado quién era, y<br />
si tenia miedo; respondió que era cristiano , y que<br />
nunca había estado mas seguro y con menor temor;<br />
porque sabia que en los mayores peligros<br />
está Dios mas presente , piara ayudar á los que<br />
conílan en él. Pudo tanto el ejemplo <strong>de</strong> su constancia<br />
, y con las palabras que dijo á uno <strong>de</strong> aquellos<br />
salteadores, que se convirtió V se hizo religioso<br />
, y fué el que contó lo que en aquel trance les<br />
habia pasado con san ¡Martín.<br />
4 Siguiendo su camino v pasando á Milán , se<br />
le apareció ol <strong>de</strong>monio en forma humana, y le<br />
preguntó adon<strong>de</strong> iba. El santo le respondió (pie<br />
iba don<strong>de</strong> le llevaba Dios. Entonces el <strong>de</strong>monio<br />
le replicó: Do quieía que tú vayas, y cualquiera<br />
cosa que tú emprendas, ten por cieno que el <strong>de</strong>monio<br />
te será contrario. Aqui san Martin dijo aquel<br />
verso <strong>de</strong>l Profeta: Jhmimts iitilti adjttlor: non<br />
timebo (¡uid facial mihi homo: El Señor es mi<br />
ayudador, y por eso no temeré lo que el hombre<br />
pue<strong>de</strong> hacer contra mí: y diciendo estas palabras,<br />
el engañador súbitamente <strong>de</strong>sapareció. Llegado á<br />
su patria , procuró con gran cuidado reducir á sus<br />
padres al conocimiento y amor <strong>de</strong> Dios verda<strong>de</strong>ro;<br />
y la madre se convirtió , v su padre se quedó en<br />
su ceguedad y dureza , con no poco sentimiento <strong>de</strong>l<br />
santo hijo , aunque Dios le consoló con otros muchos,<br />
que por sus exhortaciones y ejemplos entraron<br />
por las <strong>de</strong>rechas sendas <strong>de</strong> nuestra santa<br />
religión.<br />
o También pa<strong>de</strong>ció mucho en esta jornada<br />
por la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la fé católica: porque habiéndose<br />
extendido tanto y tomado muchas fuerzas<br />
la herejía arriaría ; él con gran<strong>de</strong> espíritu y zelo se<br />
opuso á los herejes , <strong>de</strong> los cuales fué cruelmente<br />
perseguido y preso, azotado y afrentado públicamente<br />
, y con vanas injurias y penas maltratado;<br />
<strong>de</strong> manera , que fué forzado a \ oh erse á Francia<br />
en busca <strong>de</strong> su buen maestro san Hilario. Pero<br />
habiendo entendido que él también había sido <strong>de</strong>sterrado<br />
<strong>de</strong> ella por la fé católica , se fué á Milán,<br />
con intento <strong>de</strong> hacer un pequeño monasterio, y<br />
estarse allí hasta que Dios le <strong>de</strong>scubriese otra<br />
cosa. Era en aquella sazón obispo <strong>de</strong> Milán Auxencio,<br />
grandísimo hereje y cabeza <strong>de</strong> los arrianos;<br />
y fueron lautas las molestias y malos tratamientos<br />
que hizo á san Martin , que le echó <strong>de</strong> la<br />
ciudad, y él <strong>de</strong>terminó escon<strong>de</strong>rse con un sacerdote<br />
, gran siervo <strong>de</strong> Dios, que le hizo compañía<br />
en una islela <strong>de</strong>sierta <strong>de</strong>l mar Tirreno , llamada<br />
Galinaria. Allí estuvo sustentándose <strong>de</strong> las yerbas<br />
<strong>de</strong>l campo , hasta que supo que san Hilario habia<br />
vuelto <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stierro á Francia , adon<strong>de</strong> le fué á<br />
buscar, y fué recibido <strong>de</strong> él con singular gozo y<br />
alegría. Aquí, fuera <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Putiers, hizo<br />
san Martin un pobre monasterio para sí, y para<br />
TOMO IV.<br />
algunos <strong>de</strong> los que le seguían. Entre estos fué un<br />
catecúmeno , el cual oslando una vez san Martin<br />
fuera <strong>de</strong>l convento , cayó en una enfermedad lan<br />
recia , (pro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocos días le quitó la vida , y<br />
murió sin ser bautizado. Volvió el santo á su casa<br />
, y hallo á sus monjes muy afligidos por lo (pie<br />
había sucedido , yol cuerpo <strong>de</strong>l difunto ya á punto<br />
para darle sepultura. Llegóse á él triste y <strong>de</strong>sconsolado<br />
: miróle atentamente con gran sentimiento;<br />
y con impulso particular <strong>de</strong> Dios mandó que todos<br />
se saliesen <strong>de</strong> aquel aposento , y cerradas las puertas<br />
se exlendiósobre el cuerpo frío <strong>de</strong>l difunto: y<br />
haciendo oración ferv<strong>oro</strong>sa suplicó al Señor que le<br />
diese vida; y el Señor lo hizo, <strong>de</strong> manera, que<br />
entrando en el aposento los que estaban aguardando<br />
, hallaron vivo, con gran<strong>de</strong> admiración y espanto,<br />
ai que estaban para enterrar. Con esto el catecúmeno<br />
resucitado, recibió luego el agua <strong>de</strong>l sanio<br />
bautismo , y vivió muchos años; y contaba , como<br />
habiendo salido su alma <strong>de</strong>l cuerpo , había sido<br />
presentada rielante <strong>de</strong>l tribunal <strong>de</strong> Dios, y que habia<br />
sido con<strong>de</strong>nada ó estar en lugares oscuros y<br />
tenebrosos ; mas que <strong>de</strong>spués , entendiendo <strong>de</strong> los<br />
ángeles que san Martin suplicaba por ella , el juez<br />
se la mundo entregar, para que le restituveseu la<br />
vida, y la presentasen <strong>de</strong> su parte á su siervo<br />
Martin. Otra vez, habiendo entendido que un criado<br />
<strong>de</strong> un hombre honrado y rico, llamado Lupicino<br />
, se había ahorcado ; movido <strong>de</strong> lástima y<br />
compasión <strong>de</strong> aquel hombre <strong>de</strong>sventurado , y <strong>de</strong><br />
las lágrimas <strong>de</strong> una gran muchedumbre <strong>de</strong> gente<br />
que le salió al camino llorando y lamentando esle<br />
caso , se entró en el aposento don<strong>de</strong> estaba tendído<br />
el cuerpo muerto; y haciendo oración por él,<br />
se levantó Lupicino vivo , y lomando por la mano<br />
al santo , le acompañó hasta la puerla <strong>de</strong> la casa,<br />
en presencia <strong>de</strong> toda aquella multitud <strong>de</strong> gente,<br />
que llena <strong>de</strong> gozo y <strong>de</strong> maravilla , no cesaba <strong>de</strong><br />
glorificar en san Martín la inmensa bondad y omnipotencia<br />
<strong>de</strong>l Criador.<br />
6 Con estos milagros tan gran<strong>de</strong>s y tan evi<strong>de</strong>ntes<br />
<strong>de</strong> dos muertos resucitados , comenzó el<br />
pueblo á tener á san Martin por varón apostólico,<br />
y en las obras muy po<strong>de</strong>roso : y como en esle mismo<br />
tiempo , por la muerte <strong>de</strong>i obispo , vacase la<br />
Iglesia <strong>de</strong> Turs, todos pusieron los ojos en san<br />
Martin , <strong>de</strong>seando que él fuese su prelado y su<br />
pastor. Mas porque sabían que el lo rehusaría , y<br />
que no le podrían sacar fácilmente do su monasterio;<br />
un ciudadano , llamado llubico , fingiendo<br />
que su mujer eslaba gravemente enferma , y suplicándole<br />
que viniese á darle la bendición , lo sacó<br />
<strong>de</strong>l convenio con engaño. Tomáronle , como preso,<br />
con la mucha gente que tenían puesta en celarla,<br />
y le llevaron á la iglesia para hacerlo obispo , con<br />
suma alegría y contentamiento universal <strong>de</strong> todo<br />
el pueblo; aunque no faltaron algunos que repugnaron,<br />
diciendo que era persona vil y <strong>de</strong> poca<br />
presencia, <strong>de</strong>sgreñado, mal vestido, y al fin, indigno<br />
<strong>de</strong> ser obispo: pero, como el negocio era<br />
do Dios, prevaleció la elección que él había hecho<br />
en ol cielo, y fué confirmada en la tierra, no<br />
sin algunas señales divinas: y san Martín fué puesto<br />
en la silla , saltando lodos <strong>de</strong> placer v júbilo; y<br />
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