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NOVIEMBRE.16 LA LEYENDA DE ORO. 283<br />
el ánimo <strong>de</strong>l rey y el do los po<strong>de</strong>rosos á fundar en<br />
Francia vanos monasterios y muchos establecimientos<br />
<strong>de</strong> beneficencia. Llegó á una edad muy<br />
avanzada . y cumulado <strong>de</strong> méritos , murió en el<br />
Señor el dia lo <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> Go'i-, en el territorio<br />
<strong>de</strong> Aibi, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber gobernado mucho<br />
tiempo con gloria la diócesis <strong>de</strong> Cuhors.<br />
SAN Lui'Kitio , OBISPO Y CONFESOR. — Floreció<br />
siendo obispo <strong>de</strong> Yerona en el siglo VIH. Su episcopado<br />
, glorioso en virtu<strong>de</strong>s v milagros , fué a<strong>de</strong>más<br />
notable por la fundación <strong>de</strong> algunas iglesias y<br />
monasterios , y por la dotación <strong>de</strong> algunos establecimientos<br />
en favor <strong>de</strong> los pobres.<br />
S?í» 86.<br />
SAN EDMUNDO, ARZOBISPO Y CONFESOR. —San<br />
Edmundo, arzobispo cantnarienso, nació en Inglaterra<br />
, en una villa llamada Albendon, <strong>de</strong> padres<br />
honrados , no pobres ni muy ricos : su padre<br />
se llamó Eduardo, y su madre Moabilia : y eran<br />
tan temerosos <strong>de</strong> Dios, que el padre, con consentimiento<br />
<strong>de</strong> su mujer, se entró en un monasterio,<br />
y allí acabó santamente su vida; y la madre<br />
, aunque quedó en el siglo , vivió en él mas<br />
como religiosa que como seglar, y enseñó á su<br />
hijo Edmundo (á quien dio este nombre por reverencia<br />
<strong>de</strong> san Edmundo, rey <strong>de</strong> Inglaterra y mártir)<br />
la vida espiritual, exhortándole á guardar<br />
perpetuamente su virginidad , y domar su carne<br />
con ayunos y cilicios, y no ofen<strong>de</strong>r á su Criador y<br />
Señor por ninguna cosa , y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño le persuadió<br />
que ayunase los viernes á pan y agua : y para que<br />
se inclinase á hacerlo, le prometía y daba algunos<br />
regalillos , con que los niños se suelen contentar; y<br />
cuando estudiaba , con la ropa blanca le soba enviar<br />
algún cilicio <strong>de</strong> su mano , para que le usase,<br />
temiendo la santa madre quo las ocasiones y malas<br />
compañías que se hallan en las universida<strong>de</strong>s,<br />
no engañasen á su hijo y le <strong>de</strong>speñasen en los vicios<br />
<strong>de</strong> la juventud. Tomó Edmundo lan bien la<br />
doctrina é instrucción <strong>de</strong> su madre , que toda su<br />
vida guardó su alma limpia do toda torpeza carnal,<br />
é hizo voto <strong>de</strong> guardarla á la sacratísima Virgen<br />
nuestra Señora , lomándola por abogada y pairo—<br />
na : y para ganarla mas la voluntad , hizo hacer<br />
una sortija en que eslaba esculpida el Ave María,<br />
y la puso en el <strong>de</strong>do <strong>de</strong> una imagen do la Virgen,<br />
como quien se <strong>de</strong>sposaba con ella : la cual sortija,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto Edmundo , milagrosamente se<br />
halló en su <strong>de</strong>do. En los ayunos, penitencias y asperezas,<br />
se esmeró tanto, que no se pue<strong>de</strong> fácilmente<br />
creer, buscando siempre nuevas invenciones<br />
<strong>de</strong> cilicios y [tenas para afligir mas su carne , y<br />
conservar la virginal pureza que por medio <strong>de</strong> su<br />
sacratísima madre habia ofrecido á Jesucristo<br />
nuestro Re<strong>de</strong>ntor. Todo el favor <strong>de</strong> la Virgen hubo<br />
menester Edmundo , para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse do las duras<br />
batallas que tuvo con el común enemigo, que le<br />
pretendía <strong>de</strong>spojar do la preciosa joya <strong>de</strong> la castidad<br />
¡-porque estando estudiando en la universidad<br />
<strong>de</strong> París , una luja <strong>de</strong> su huéspeda , moza, hermosa<br />
y lasciva , instigada <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio , se prond ó<br />
do él lan locamente, que le <strong>de</strong>scubrió la llaga do<br />
su corazón , y le dio gran balería para atraerle á<br />
su voluntad, á la cual Edmundo resistió, favorecido<br />
<strong>de</strong> la Virgen, valerosamente, reprendiendo á<br />
la mujer <strong>de</strong> su ceguedad , y procurando inclinarla<br />
al amor santo <strong>de</strong> la castidad ; pero como ella estuviese<br />
tan abrasada <strong>de</strong> aquel incendio <strong>de</strong> la concupiscencia<br />
, que Emundo con sus palabras y consejos<br />
saludables (que eran como agua <strong>de</strong>l cielo),<br />
no le pudo apagar , y siempre porfiase é importunase<br />
al sanio mozo; mandóla un dia venir á su<br />
estudio, como quien la queria contentar, y habiéndola<br />
hecho <strong>de</strong>snudar, la dio tantos y tan crudos<br />
azotes , que la pobre moza se compungió, y<br />
conoció su culpa y se enmendó <strong>de</strong> ella. Esto que<br />
hizo Edmundo con la hija <strong>de</strong> su huéspeda . han hecho<br />
algunos sanios con otras mujeres, quo á guisa<br />
<strong>de</strong> furias infernales los pretendían mancillar y per<strong>de</strong>r<br />
sus almas : pero otros mas recalados, no fiando<br />
<strong>de</strong> sí . echaron á huir para no ponerse en tan<br />
grave ocasión , y cerraron los oídos á los silbos do<br />
las serpientes que con su veneno los quorian atosigar<br />
: y esle camino es el mas seguro cuando la ocasión<br />
no es tan forzosa, ó la inspiración <strong>de</strong> Dios no<br />
es tan fuerte que nos enseñe lo contrario. Pasada<br />
esla pelea , tuvo otra con una mujer casada que<br />
terriblemente le persiguió . y para ablandarle lo<br />
enviaba muchos dones, los cuales el santo mozo no<br />
quiso tomar; anles la avisó que si no se reportaba,<br />
lo haría saber todo á su marido.<br />
2 En París estudió con gran cuidado las arles<br />
y se hizo maestro, y por espacio <strong>de</strong> seis años las<br />
enseñó con gran loa y aprovechamiento <strong>de</strong> sus<br />
discípulos: y habiendo caído malo uno <strong>de</strong> ellos,<br />
pobre y sin remedio , con gran candad le llevó á<br />
su casa , y él mismo le curó y sirvió, hasta que<br />
cobró la salud , sin faltar á sus esludios v lecciones;<br />
y á otro discípulo suyo que estaba manco <strong>de</strong> un<br />
brazo , se lo restituyó sano , con solo <strong>de</strong>cirle: Cristo<br />
te sane con su gracia. Procuraba que todos sus discípulos<br />
cada dia oyesen misa con él , y que aprovechasen<br />
no menos en la piedad que en las letras;<br />
y así salieron <strong>de</strong> su escuela muchos varones doctos<br />
y excelentes, los cuales, haciendo divorcio<br />
con el mundo , se abrazaron con Cristo nuestro Señor<br />
en la cruz <strong>de</strong> la sania religión. Una noche<br />
durmiendo' le parecía que toda su escuela ardía<br />
en fuego , y <strong>de</strong> ella salían siete como llamas ó hachas<br />
encendidas , y al dia siguiente , acabada su<br />
lección, siete <strong>de</strong> sus discípulos le pidieron licencia<br />
, y se fueron ron el abad cluniacense para lomar<br />
el hábito <strong>de</strong> aquella santa religión. Otra vez,<br />
habiendo <strong>de</strong> disputar <strong>de</strong>l inefable misterio <strong>de</strong><br />
la santísima Trinidad , y estando pensando en lo<br />
que habia <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, se quedó dormido , y vio quo<br />
bajaba <strong>de</strong>l cielo una paloma quo 1 raía en el pico<br />
una hostia consagrada , y se la ponia en la boca, y<br />
luego so volvía al cíelo. Despertó , y habió lan altamente<br />
<strong>de</strong> la santísima Trinidad, que á todos<br />
pareció cosa mas divina que humana. Con esla<br />
opinión <strong>de</strong> excelente doctrina , y mucho mas con<br />
la entereza do su vida ejemplar, se hizo Edmundo<br />
venerable , especialmente <strong>de</strong>spués quo se or<strong>de</strong>nó<br />
<strong>de</strong> sacerdote ; porque con la nueva dignidad creció<br />
el espíritu y el fervor <strong>de</strong> este santo varón. Era