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20i LA LEYENDA DE ORO. NOVIEMBRE, i
pecado: mas el religioso mozo
cioso lazo que con tanto peligro le habían puesto,
todo conmovido por el horror grande de aquel vicio
, sin hablar palabra á la mujer, corrió á la
puerta de la pieza, llamando a voces á sus camareros
, quejándose de ellos gravemente ; mas ellos
no sabían nada : entraron en la cámara , donde
hallaron aquel lazo de Satanás , y echaron á la
mujer fuera con gran confusión suya. No pudo reposar
el cardenal aquella noche , congojado con
la memoria del caso : y habiendo sabido el autor,
partióse tres horas antes del dia , sin despedirse;
para que entendiese , cuánto le habia ofendido el
ponerle en ocasión de perder á Dios , y manchar
la candidísima pureza de su alma. No fué esta vez
sola la que padeció san Carlos semejantes peligros,
y triunfó de la carne, con huir sus asechanzas,
10 Al paso que se esmeraba el santo cardenal
en su aprovechamiento , y crecia en virtud y
perfección propia, deseaba también la ajena, y
abrasado de amor de Dios , no perdía ocasión , en
que pudiese aprovechar á sus prójimos. Para esto
fundó un colegio suntuoso en Padua, donde se
criasen muchos en letras y virtud: y viendo que
la conclusión del concilio tridentino habia de ser
para universal reformación de la Iglesia , puso
gran cuidado é instancia , para que se concluyese
, sin perdonar á trabajo suyo, venciendo en esta
materia dificultades insuperables al parecer de
todos; pero el zelo de la casa de Dios , que ardia
en el santo mancebo , le daba confianza para todo.
Después de concluido felicísimamente el concilio,
no fué menor el cuidado que tuvo de su ejecución,
siendo causa , que se publicase y recibiese en muchas
partes ; y que se señalase la congregación de
los cardenales , que resolviese las dudas que podian
ocurrir acerca de su inteligencia. Hizo que
se compusiese luego por varones doctísimos el Catecismo
romano, conforme á lo que dispone el
concilio , y que se reformase el misal, y breviario
romano. Dispuesto lo tocante á la ejecución del
concilio , juzgó por conveniente ser el primero á
ejecutar sus órdenes , para ayudar á obra tan importante
por todos medios; y los prelados , y el
pueblo , mirándole como á espejo, se moviesen fácilmente
á seguirle. Veia que estaba puesto como
ciudad sobre el monte en el sublime grado de cardenal
, sobrino , coadjutor del pontífice , pastor
universal de la Iglesia , y que no hay mas eficaz
remedio de persuadir una ley, que obedecerla
quien tiene el primer lugar en el gobierno : comenzó
á practicar en sí mismo los saludables consejos
del concilio ; y deseoso de la perfección •, á que
anhelaba, iba dejando los honestos entretenimientos
, con que se recreaba algunos ratos. Guardaba
cierta gravedad de costumbres , que se acercaba á
austeridad de vida. Dióse á la oración con mayor
frecuencia , recogiéndose dos veces al dia por lo
menos : domaba su cuerpo con ayunos y disciplinas:
visitaba frecuentemente las iglesias, en
particular Santa María la Mayor: á este sagrado
templo iba con secreto de noche. subiendo de rodillas
todo el collado , que comienza de Santa Po-
viendo el perni- tenciana, acompañado de los mas confidentes cria­
dos : hacia muchas lismosnas en Roma, y en los
lugares donde gozaba rentas eclesiásticas, en especial
en Milán , socorriendo á los pobres, gastando
espléndidamente cuanto en beneficio de su
Iglesia parecia necesario , de que se entiende no
haber recibido en Roma parte alguna de aquellas
rentas : moderó su vestido : dejó las telas de seda
y todo traje pomposo, reduciéndose ala observancia
de una modestia eclesiástica ejemplarísima.
11 Fuera de esto , viéndose constituido arzobispo
, sucesor de los apóstoles , y pastor de almas,
á quienes por obligación toca apacentarlas
con la palabra de Dios, como lo advierte el mismo
santo concilio ; seiba amaestrando en la facilidad
de hablar en público. Comenzó á hacer pláticas
espirituales en conventos de monjas, enSanta María
la Mayor , donde era arcipreste, en Santa Práxedes,
iglesia do su título , con asombro de todos;
porque no se habia visto hasta entonces en los cardenales
este ministerio : y con este mismo intento,
sabiendo cuan necesario es al obispo el conocimiento
de las sagradas Letras, para oponerse á la
falsa doctrina de los herejes, para defender su rebaño
, y enderezar los fieles por el camino de su
salvación , se dio al estudio de la sagrada teología,
comenzando de la lógica y filosofía. Era cosa verdaderamente
digna de admiración ver un hombre,
en cuyos hombros cargaba el peso del gobierno
pontificio , como un simple estudiante estar oyendo
los discursos de sus maestros , y escribir las
lecciones de su mano, con gran fatiga y paciencia.
12 De la reformación de su persona pasó á la
de su familia, para que fuese ejemplo á los demás
prelados. Halló en su servicio buen número de caballeros
, y de personas nobles de profesión seglar:
y pareciéndole indecente á un prelado eclesiástico,
los despidió todos , honrándolos conforme al mérito
de cada uno con liberales dádivas. Retuvo los
eclesiásticos (con los oficiales de ministerios Ínfimos):
dio órdenes de una vida ejemplar: prohibióles
sedas y otras cosas indecentes; y poco á
poco la fué reduciendo á tanto rigor , que no parecia
sino un convento de religiosos ; porque toda
su casa ordenó, como si fuera un colegio de la
Compañía de Jesús, con semejantes ejercicios y
costumbres , y aun con los mismos oficios , y
nombres de oficios, que hay en una casa de la
Compañía.
23 Aunque estaba en Roma el santo cardenal
detenido por el sumo pontífice , su ánimo tenia en
Milán , deseando y procurando el bien de sus
ovejas ; y así desde Roma era notable la vigilancia
, que tenia de ellas , y de su reformación : para
lo cual escogió los vicarios mas zelosos y prudentes
que pudo , y les daba admirables órdenes :
envió al padre Benedicto Palmio , varón apostólico
, y predicador de gran espíritu y prudencia,
con otros padres de la Compañía de Jesús , que no
habian entrado entonces en Milán , y el santo los
introdujo, y fundó muchos colegios. Enviólos como
precursores , para disponer al pueblo á la reformación
con sermones, frecuencia de sacramentos
, y enmienda de vida : siguióles el santo car-