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DICIEMBllD , ¡l LA LEYENDA DE ORO. 523'
diento al sanio pontífice Silvestre, por cuyo medio
el Señor le había hecho lan señalado beneficio.
Creció mas esta devoción, después que san Silvestre,
en presencia del mismo emperador , y de innumerable
gente, tuvo una disputa muy reñida y
solemne con algunos sacerdotes y escribas de los
judios que blasfemaban do Cristo , y reprendían
al emperador porque habia tomado la religión de
un hombre á quien sus progenitores habian crucificado
: pero el santo pontífice los convenció é
hizo callar con razones y testimonios de la sagrada
Escritura, y con milagros , de manera que no
osaron mas alzar la cabeza ni chistar : y Constantino
conoció mas la verdad y santidad de la
religión cristiana , y comenzó á favorecerla con
igual magnificencia y piedad.
7 Mandó derribar los templos de los gentiles:
edificó en Roma y en otras muchas partes muchos
y muy suntuosos templos al Dios verdadero: enriqueciólos
de riquísimos vasos de oro y plata, de
cálices^, cruces, patenas, incensarios, vinajeras,
lámparas, candeleras de gran precio, y de artificio
costosísimo y de inestimable valor : dotóles de
renta y posesiones riquísimas piara la fábrica y
sustento de los ministros, y de olores y zahumerios
para incensar los altares en cada un año; y no
contento con todo esto, dejó la ciudad de Roma á
san Silvestre , y pasó la silla del imperio ó la de
Rizancio , que de su nombre se llamó Conslanti—
nopla, y Nueva Roma: tanta fué la piedad de este
grande emperador. Y puesto caso que algunos lo
pongan en duda ; lo que aquí queda referido es lo.
cierto y comprobado con muchos antiguos y graves
autores.
8 Mas estando la Iglesia católica en gran'quietud
, y floreciendo nuestra santa religión , y propagándose
en muchas partes por la santidad y vigilancia
de nuestro pontífice Silvestre , y por la
liberalidad y devoción del emperador Constantino;
el demonio por otra parte la turbó , enviando del
infierno un grande y perverso ministro suyo , llamado
Arrio , para que sembrase la zizaña entre
el buen trigo, y con nuevos y desvariados errores
y herejías la inficionase. Era Arrio presbítero de
Alejandría de Egipto, hombre ambicioso, altivo y
vano, el cual, pretendiendo ser obispo de aquella
ciudad, y viendo que no habia podido salir con su
intento , comenzó á enseñar nueva doctrina y
blasfemar contra Cristo nuestro Redentor, diciendo
cpie no era consubstancial ó igual en lodo con el
Padre , y á engañar la gente, y hacer discípulos,
que le Llenian por maestro, y le seguían con grave
daño y escándalo de la Iglesia católica.
9 Amonestóle , reprendióle , castigóle , y finalmente
le excomulgó y apartó de la congregación
de los fieles el santo pontífice Alejandro, cuyo
presbítero era Arrio ; pero estaba ya tan poseído
del demonio y la llaga estaba tSn arraigada y
cancerada en su alma, que ninguna medicina bastó
para curarla : anles andaba cundiendo ó inficionando
cada dia mas, y aquella pequeña centella,
que en Alejandría habia comenzado , levantó un
incendio tan horrible y espantoso, que casi abrasó
á todo el mundo. Fué necesario para apagarlo que
se hiciesen muchos concilios y juntas de santos
prelados , y de varones doctos y prudentes, para
establecer la fé católica, y defenderla de las falsedades
de los herejes. El primero de estos concilios
y el mas señalado y principal, fué el que se congregó
en Nicea , ciudad pequeña de la provincia
de Bilinia, en la cual con la autoridad de nuestro
sumo pontífice san Silvestre , y por mandato del
emperador Constantino , se juntaron trecientos
diez y ocho obispos, entre los cuales hubo muchos
santos é insignes varones, que habian padecido .
grandes tormentos por Cristo. Presidió en él, como
legado de la sede apostólica, Osio. obispo de Córdoba
..
10 En este santo concilio se determinó serel
Padre y el Hijo de una misma substancia , y
Arrio y sus secuaces fueron condenados ; y de
él salió el símbolo que comienza : Credo in
unum Deum; añadiendo algunas palabras al
símbolo de los apóstoles, para mayor declaración
y seguridad de los fieles y confusión de los
herejes. Hallóse presente en este concilio el emperador
Constantino, y dio grande ejemplo á
todos los príncipes de magnificencia , de modestia
, de devoción , y del respeto y obediencia que
deben tener á las personas eclesiásticas y á los
decretos de la Iglesia : de magnificencia ; porque
mandó dar lo necesario para el camino á muchos
obispos : do modestia ; porque no se quiso sentaren
el concilio, sino después de todos los obispos,
y con su licencia y en una silla baja : de devoción;
porque con gran ternura besaba los ojos dealgunos
obispos que allí estaban, á los cuales se-los
habian sacado por Cristo: de respeto ; porquehabiéndole
dado muchos memoriales contra los
obispos, los quemó todos sin quererlos leer, di—ciendo
que ellos eran jueces puestos de Dios, y
que no habian de ser juzgados de los seglares, sino
juzgar á los demás.
11 Y añadió: que si él viera pecar á un sacerdote
, le cubriria con su manto imperial , para
que no se escandalizasen otros con su ejemplo.
Dio finalmente ejemplo de obediencia; porque
abrazó con gran voluntad y devoción los decretos
de aquel santo concilio , y los mandó guardar
como decretos y determinaciones del Espíritu
santo, á los cuales él obedecía y favorecía con
su autoridad , para que fuesen recibidas y obedecidas
de todos los fieles ; porque la confirmación
do ellos no pertenecía al emperador, sino á san
Silvestre , como á sumo pontífice y vicario do
Cristo ; al cual el mismo concilio se los envió, suplicándole
que los confirmase; y el santo pontífice
lo hizo , junlando en Roma otro concilio de
doscienlos ochenta y cuatro obispos , y lodos de
común acuerdo y parecer condenaron de nuevo á
Arrio, heresiarca , yá lodos los quo le seguían,
y aprobaron y confirmaron todo lo que habia sido
hecho por los trecientos y diez y ocho en Nicea.
12 Hízose el concilio Niceno el año do 32o,
y fué el primero ecuménico y universal , que después
de los apóstoles se celebró en la Iglesia católica
: v nuestro Señor le asistió con su sanio
Espíritu : para que determinase lo que en un axlí-