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dio á la Iglesia metropolitana, parle vendió en Milán
y en Venecia: su precio dio á Dios y á sus pobres,
con liberalidad increíble, para quedar libre
de cualquer impedimento de la tierra , y poderse
emplear todo en el servicio de Dios: con que teniendo
ochenta mil escudos de renta, que llegaban
á cien mil con los gajes de las legaciones y oficios,
se redujo á veinte mil escudos: de que se hubiera
también despojado, por el aféelo grande
que tenia á la sania pobreza , á no ser necesarios
al sustento de la casa, ejercer la hospitalidad y
hacer limosnas: cosas tan convenientes al obispo.
17 En su casa admitía solamente eclesiásticos,
y los que hallaba de buenas y aprobadas
costumbres (de que se informaba de personas do
crédito), y que no trajesen designios de recompensa
de beneficios ecleciásticos; porque como no tuvo
pensamiento jamás de gratificar criado por este
medio, menos gustaba de que viniesen á su casa
con pensamientos tan interesados: y si en alguno
descubria este intento, se desliada de él. Cuando
recibía algún criado, aunque hubiese tenido satisfacción
de su virtud , hacia de él varias pruebas,
ejercitándole en alguna ocupación loable, según el
talento que descubría. Si le conocía á propósito
para adelantar ¡a disciplina eclesiástica, le hacia
reducir el concilio de Tiento ó los suyos provinciales
á notas y sumarios; si era hombre de espíritu,
le hacia entresacar las sentencias de buenos libros:
ejercitábalos en adósele virtud, en particular de
humildad, que ansiosamente deseaba y procuraba
en los suyos: y aunque el sugeto fuese de prendas
y graduado, hacia quo acudiese á los ministerios
humildes, como trasladar alguna materia útil,
él llevar la falda , ó bagajes en las jornadas, ó la
cruz arzobispal (si bien quería que este oficio tuviese
estimación) y teníalos tal vez por algún tiempo
sin darles ocupación, por probarles la paciencia.
Retiraba á algunos, antes de entraren palacio
, por muchos días en los seminarios , sujetos á
obediencia; para que se conociese el tálenlo, y
atendiesen ó ejercicios espirituales, y echasen buen
fundamento en la vida y profesión eclesiástica ;
y salían probados como oro del crisol. Si en eslas
pruebas no los hallaba humildes , sufridos y
virtuosos, y de loables costumbres, los despedía,
resuelto á no admitir en su casa persona ambiciosa
, ni de mal ejemplo. Servíase de sus familiares,
en especial de los de letras, indiferentemente
en servicio de su persona , ó de su Iglesia : y aunque
hiciese oficio de camarero, ó cualquier otro,
le empleaba en los cargos y negocios del gobierno
arzobispal, visitas, vicarias . audiencias, ó semejantes
cargos, honrándoles á su tiempo y ocasión
con mayores acrecentamientos, según el
mérito y buen proceder de cada uno: pasaban de
ordinario de los primeros oficios hasta los últimos:
á algunos promovía á beneficios y dignidades eclesiásticas,
cuando juzgaba convenir al servicio do
la Iglesia , y no de otra manera , sin que hiciesen
diligencia, lira tal su vigilancia sobre toda su familia
, que sabia todos los dias lo que cada uno
hacia.
18 Puso superior á su familia, al cual llamaba
LA LEYENDA DE ORO NOVIEMBRE, -