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:¡2 I.A LEVEN!) A DE ORO. CCTUBJIE, JO<br />
bajos, y .motivos para amar ¡i Dios y <strong>de</strong>spreciar las<br />
criaturas, y aproudurian <strong>de</strong>l mejor maestro la humildad,<br />
pobreza, obediencia, y todas las otras<br />
virtu<strong>de</strong>s. Queria que todos los religiosos tuviesen<br />
en su celda una imagen <strong>de</strong> Cristo crucilícado para<br />
avivar la meditación, y tener á quien acudir en<br />
todas sus necesida<strong>de</strong>s: y así, preguntando á un<br />
fraile si tenia alguna imagen <strong>de</strong> Cristo crucificado,<br />
y respondiendo que nó; le dijo el sanio: No puedo<br />
ser fraile <strong>de</strong> Santo Domingo, quien no tiene en<br />
su celda un crucifijo; y levantándose <strong>de</strong> su asiento,<br />
quitó uno <strong>de</strong> la pared que allí tenia , y se lo dio,<br />
diciendo: Aquí hallaréis, cuanto <strong>de</strong>seareis. Hablaba<br />
el sanio <strong>de</strong> experiencia; porque en Cristo<br />
crucificado hallaba el remedio <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s,<br />
la vieloria <strong>de</strong> sus tentaciones , el consuelo <strong>de</strong> sus<br />
tristezas, y finalmente todas las cosas. Criaba á<br />
sus novicios en gran<strong>de</strong> aspereza y penitencia; porque<br />
<strong>de</strong>spués no se les hiciesen ásperas las observancias<br />
<strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n : y él era consigo tan riguroso,<br />
que tenia ensangrentadas las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su celda<br />
y otros lugares por el rigor <strong>de</strong> sus disciplinas; <strong>de</strong><br />
manera , que un novicio, movido <strong>de</strong> compasión, le<br />
amenazó que se lo había <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir al prior; y el<br />
santo le pidió que callase, prometiendo enmendarse:<br />
pero la enmienda fué ceñirse una sábana<br />
cuando se disciplinaba , para que empapándose en<br />
ella la sangre que corría, no llegase al suelo; y<br />
con eso ninguno lo pudiese advertir. Encargaba<br />
mucho á sus novicios la obediencia , y castigaba<br />
con rigor cualquiera falla que contra ella cometían.<br />
Fundábalos en humildad y <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> sí<br />
mismos ; y procuraba encen<strong>de</strong>rlos en el amor <strong>de</strong><br />
Dios: para lo cual se hacia encontradizo muchas<br />
voces con sus novicios cuando estaban en honesta<br />
recreación, y les <strong>de</strong>cía : Amemos, hermanaos,<br />
amemos al Señor Dios : y con estas palabras los<br />
abrasaba <strong>de</strong> modo en el amor <strong>de</strong> Dios , que <strong>de</strong>jando<br />
el entretenimiento en que estaban , se recogían<br />
á sus celdas para esiar á solas con Dios. Deseaba<br />
que los hermanos <strong>de</strong>l c<strong>oro</strong>, fuera <strong>de</strong>l cuidado<br />
<strong>de</strong> su perfección, fuesen diligentes en el estudio,<br />
por or<strong>de</strong>narse este al fin <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>n, que es aprovechar<br />
á las almas; y que los legos se criasen en<br />
humildad y simplicidad, y no tuviesen libros como<br />
lo manda su regla ; porque <strong>de</strong>cía , que el rosario<br />
es muy buen libro , y muy provechoso para ellos,<br />
si le rezan con <strong>de</strong>voción. Era muy rígido y menudo<br />
con los novicios en materia <strong>de</strong> observancia , castigando<br />
con severidad faltas muy ligeras; p<strong>oro</strong> juntamente<br />
procuraba aliviarles la carga <strong>de</strong> la religión<br />
cuando podia , con regalillos que á él, óá<br />
ellos les enviaban; y especialmente, cuando estaban<br />
enfermos, los proveía con gran caridad y liberalidad.<br />
Queria en sus novicios virtu<strong>de</strong>s sólidas,<br />
y eso estimaba , no revelaciones y arrobamientos,<br />
en que suele haber mucho engaño. Vino á él un<br />
novicio <strong>de</strong> pocos días tomado el hábito, y contóle<br />
una revelación que habia tenido; y el santo le<br />
dijo: ¿Ya leñéis revelaciones? Vos <strong>de</strong>jaréis el hábito.<br />
Y así fué; porque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocos dias se<br />
volvió al siglo. Decia, que primero era ejercitarse<br />
en la obediencia , humildad y obras <strong>de</strong> la vida activa<br />
, y sujetar la carne con la mortificación , que<br />
no volar con la contemplación. <strong>La</strong> segunda vez<br />
que lo hicieron maestro <strong>de</strong> novicios, sacó patente<br />
<strong>de</strong>l general, para ir á estudiar al convento <strong>de</strong> San<br />
Estovan <strong>de</strong> Salamanca . <strong>de</strong> don<strong>de</strong> han salido muchos<br />
insignes maestros. Procuró apartarle <strong>de</strong> aquel<br />
intento el padre maestro Mico, diciendo , que Dios<br />
no le habia traído á la religión para nuestro <strong>de</strong><br />
estudiantes, sino para maestro <strong>de</strong> novicios, nó<br />
para enseñar letras , sino virtu<strong>de</strong>s; mas perseverando<br />
en su intento, se partió á Castilla, y ailí<br />
le dijo un padre muy espiíilual ^ que no era aquel<br />
el camino por don<strong>de</strong> le llamaba Dios: que se<br />
volviese á su comento á trabajar en lo que le<br />
mandase la obediencia. Con esto se volvió á la<br />
ciudad <strong>de</strong> Valencia, y prosiguió su ejercicio <strong>de</strong><br />
maestro <strong>de</strong> novicios, y quedó enseñado , que aunque<br />
el ejercicio <strong>de</strong> las letras es bueno, no quiere<br />
Dios á todos para él; y es mejor su voluntad, que<br />
lodus las cosas.<br />
6 Después fué nombrado superior <strong>de</strong>l convenio<br />
<strong>de</strong> Santa Ana , en el marquesado <strong>de</strong> Albaida<br />
, y aquí se ejercitaban el santo y sus religiosos<br />
en predicar y confesar y aprovechar á las<br />
almas. Dióse mucho á la contemplación; y para<br />
aten<strong>de</strong>r á ella con mas quietud. se subia <strong>de</strong>scalzo<br />
á un monlecillo que eslá cerca <strong>de</strong>l convento. El<br />
fuego que Dios encendía en su alma en la contemplación<br />
era tal, que le sentía también el cuerpo; y<br />
así, quejándose uno un dia <strong>de</strong> invierno <strong>de</strong>que hacia<br />
mucho frió, le dijo: Padre, si tiene frió , póngase<br />
en oración , y no le sentirá. Salían sus palabras<br />
tan encendidas <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong> su corazón, que abrasaban<br />
á los que Iralaban con él, y algunos confesaban<br />
, que una palabra sola <strong>de</strong>l sanio los encendía<br />
en amor <strong>de</strong> Dios, y movía á <strong>de</strong>voción y<br />
lágrimas. Antes <strong>de</strong> predicar, se recogía á orar<br />
en la sacristía , y saliendo al pulpito, le vieron<br />
algunas veces cercado su rostro <strong>de</strong> resplandores.<br />
Salía por los lugares vecinos en busca <strong>de</strong> las almas<br />
para predicarles la palabra <strong>de</strong> Dios y moverlas<br />
á penitencia. Viniendo un dia <strong>de</strong> predicar y<br />
encontrando en el campo un pastor, se hincó <strong>de</strong><br />
rodillas á hacer oración y <strong>de</strong>spués le <strong>de</strong>scubrió<br />
sus mas secretos pensamientos, y le dijo cuantos<br />
años había que no se confesaba , exhortándole á<br />
confesar, porque habia <strong>de</strong> morir presto. Así lo<br />
hizo el pastor, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocos días murió.<br />
Cuando venia tanta gente á confesar al convento<br />
<strong>de</strong> Albaida , que no podían los religiosos <strong>de</strong>spacharla<br />
en una mañana , la <strong>de</strong>tenia el santo y les<br />
daba <strong>de</strong> comer, porque no se fuesen antes <strong>de</strong> confesar.<br />
Estaba el convento lleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas cuantío<br />
vino á él por superior, y apenas podia sustentar<br />
cuatro ó cinco religiosos; pero luego crecieron <strong>de</strong><br />
manera las limosnas <strong>de</strong>l convento, que con hacer<br />
el santo muchas á los pobres, pagó todas las <strong>de</strong>udas<br />
, y pudo sustentar con abundancia muchos<br />
religiosos. Y siéndoles prohibido el pedir limosna<br />
por los lugares circunvecinos, por haber enterrado<br />
en su iglesia un hombre que habia muerto <strong>de</strong><br />
peste, no solamente los libró Dios <strong>de</strong>l contagio;<br />
mas les proveyó <strong>de</strong> todo lo necesario, sin fallarles<br />
nada.<br />
7 Volvió á Valencia don<strong>de</strong> era muy <strong>de</strong>seado,