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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIE.MI)HE, 4<br />

hizo osla oración : Selíor . Dios mió, mogo á vuestra<br />

divina Majestad , me concedáis sanidad á este<br />

ojo por los méritos <strong>de</strong> este fi<strong>de</strong>lísimo siervo vuestro<br />

, si es árpiel sanio que por mí y otros es tenido.<br />

Hecho el ruego , se halló sana al instante milagrosámenle.<br />

/1.4. Un mozo, que habia eslado trabajado <strong>de</strong><br />

los espíritus malignos por mas <strong>de</strong> año y medio; no<br />

habiéndole aprovechado muchos exorcismos que<br />

le habían dado, lomó por último remedio ponerso<br />

<strong>de</strong> rodillas á los pies do san Carlos. El santo lo<br />

echó su bendición , y al punto cayó en tierra como<br />

muerto, y se huyeron do él los <strong>de</strong>monios , levantándose<br />

luego libro y sano, sin pa<strong>de</strong>cer mas persecución<br />

<strong>de</strong>l enemigo.<br />

4a Juan Bautista Baílela , milanos, pa<strong>de</strong>cia<br />

flujo <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> narices <strong>de</strong>sdo muy niño , saltándole<br />

gran copia seis ó siete veces entre dia y<br />

noche, por espacio <strong>de</strong> dos años continuos, no<br />

aprovechándole remedio alguno : con que al pobre<br />

mozo le tenían pormnerlo, mayormente habiendo<br />

fallecido un tío suyo <strong>de</strong> este mal. Llegóá estarían<br />

<strong>de</strong>scolorido y exangüe, que parecía difunto. Estando<br />

una vez leyendo el milagro que hizo Cristo<br />

nuestro Señor, sanando <strong>de</strong>l (lujo <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong><br />

doce años á aquella mujer <strong>de</strong>l Evangelio que le<br />

tocó la orla <strong>de</strong> la vestidura , vino en esperanza<br />

cierta <strong>de</strong> sanar, si tocase las vestiduras <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal,<br />

porser hombre lan sanio. Lleno <strong>de</strong> esta le,<br />

lo tocó los vestidos el segundo día <strong>de</strong> las letanías<br />

<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 81, cuando entraba en procesión en la<br />

iglesia do San Nazario; y quedó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquella<br />

hora sano, aunque era en tiempo do calores,<br />

cuando otras veces se le aumentaba el mal.<br />

40 Margarita <strong>de</strong> Verluna estaba <strong>de</strong>sahuciada<br />

y tan <strong>de</strong>shecha , que no tenia sino la piel sobre los<br />

huesos. Viéndose <strong>de</strong>samparada <strong>de</strong> los médicos y<br />

<strong>de</strong> todo remedio humano , <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> alcanzar la<br />

bendición <strong>de</strong> su santo prelado, se hizo poner en<br />

la puerta <strong>de</strong> su casa, cuando pasaba por allí san<br />

Cariasen una procesión. Al pasar por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

la puerta <strong>de</strong> la enferma, don<strong>de</strong> so habia hecho<br />

llevar, paró el car<strong>de</strong>nal algún tanto <strong>de</strong> propósito,<br />

y la bendijo con la señal <strong>de</strong> la cruz; y al punto<br />

Margarita sintió lomar vigor y quitársela el mal,<br />

y con poquísima ayuda subir las escaleras, y hallándose<br />

sana, sin volver masa la cama, tomando<br />

una refección , salió <strong>de</strong> casa, y anduvo á pió sin<br />

ayuda las calles todas <strong>de</strong> la procesión, larga por<br />

lo menos una milla , para ganar la indulgencia<br />

plenaria concedida á quien visitaba aquel dia el<br />

hospital.<br />

47 Visitando en Monza, expehó con su bendición<br />

un <strong>de</strong>monio, que mucho tiempo había infestado<br />

un convenio <strong>de</strong> monjas. En el mismo lugar<br />

vivía una mujer principal recien casada,<br />

afligida mucho tiempo habia <strong>de</strong> una enfermedad<br />

molestísima , tenia continua conmoción do estómago,<br />

é inquietud <strong>de</strong> ánimo con gran melancolía,<br />

pareciéndola tener en el estómago un manojo <strong>de</strong><br />

espinas, quo siempre la atormentaba, y quitaba<br />

el respirar. Arrebatábala una agitación y furor lan<br />

gran<strong>de</strong>, que 110 podía estar á la vista <strong>de</strong>l santísimo<br />

Sacramento: aborrecía la presencia <strong>de</strong> los sa-<br />

LA LEYENDA DE ORO. 215<br />

cenlotes: era implacable á sus criados: acomoda<br />

furiosamente á su madre; y quebrantada con intimo<br />

tormento, en ninguna cosa y parle sosegaba.<br />

Atribuíanlo á hechizos: otros á espíritus inmundos:<br />

remedios , ni exorcismos no la daban un ligero<br />

alivio. <strong>La</strong> mujer, quo tal vez la quedaba libre el<br />

juicio para conocer su miseria, salió á la calle,<br />

pasando el santo car<strong>de</strong>nal , y arrodillada recibió<br />

su bendición: parecióla recibir una eficaz medicina<br />

, y con una gran conmoción sintió <strong>de</strong>bilitarse,<br />

y aligerar el estómago ; y cobró al punto las fuerzas<br />

v la sanidad entera en un instante, sin quedarla<br />

una reliquia fiel mal.<br />

48 Sentía mucho san Carlos la pérdida do un<br />

sacerdote <strong>de</strong> los oblatos; porque estaba con una<br />

ótica incurable, <strong>de</strong>sahuciado <strong>de</strong> los módicos: fué<br />

el santo á servirle , como solia hacer, con suma<br />

caridad y humildad : confesóle él mismo, y le<br />

dio el santísimo viático, sin cesar continuamente<br />

<strong>de</strong> rogar al Señor por su salud , porque le veía ¡r<br />

muriendo: y cuando llegó al extremo <strong>de</strong> espirar,<br />

continuando el santo su oración , le fué resliluida<br />

la salud con maravilla <strong>de</strong> lodos por la evi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l milagro, como lo testificaron los médicos.<br />

49 No fué menor milagro el conservarse tanto<br />

tiempo su vida, juntando con tan gran<strong>de</strong> multitud<br />

<strong>de</strong> negocios y trabajos, el sumo rigor con que<br />

trataba el santo su persona. Había llegado á tan<br />

extremada aspereza y penitencia, que su ayuno<br />

era casi cotidiano á pan y agua : en las fiestas <strong>de</strong><br />

precepto comía alguna otra cosa; pero 110 carne,<br />

huevos, ó pescado, sin beber vino: en la cuaresma<br />

<strong>de</strong>jaba el pan y se sustentaba do higos secos,<br />

y habas blandas; y la semana santa ayunaba<br />

con solos altramuces. Gomia una sola vez al<br />

día: todo el año dormía sobre un jergón <strong>de</strong> paja,<br />

que le servía <strong>de</strong> cama, con una cubierta semejante,<br />

almohada , ó cabezal <strong>de</strong> paja , las sábanas do<br />

cáñamo grueso y áspero , como venia <strong>de</strong>l telar:<br />

solia dormir vestido sobre las tablas <strong>de</strong> la cama,<br />

con una manta grosera: traía un duro cilicio sobre<br />

su carne: castigaba severamente su cuerpo<br />

con ásperas disciplinas , trayendo lodo el cuerpo<br />

lastimado y sangriento. En las montañas y lugares<br />

pobres parecía gozarse sumamente . cuando<br />

no se hallaba pan , y lo era forzoso valerse do<br />

las castañas, leche y otros manjares groseros, y<br />

haber <strong>de</strong> dormir sobre los bancos ó tablas. No parece<br />

gustaba <strong>de</strong> la comida y bebida, y no se<br />

quejaba si lo daban lo quo no quería, ó en otra<br />

forma , sino es que fuese conlra el rigor que habia<br />

propuesto: con que se tuvo por cierto, que la<br />

cominea pelea, que trajo con su cuerpo, no le<br />

<strong>de</strong>jó lomar gusto en cosa alguna , y le habia mortificado<br />

<strong>de</strong> manera, que parecía, como que no se<br />

sirviese <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> los sentidos y apetitos, habiendo<br />

cautivado y rendido su libertad, y sujotádolos<br />

á una entera y perfecta obediencia á la<br />

razón y al espíritu, porque no comía y dormía,<br />

sino cuando y aquello que quería. En tiempos<br />

<strong>de</strong> negocios y extraordinarias necesida<strong>de</strong>s , como<br />

<strong>de</strong> concilios provinciales y diocesanos, <strong>de</strong> traslaciones<br />

c'e cuerpos <strong>de</strong> santos , y en otras muchas<br />

ocurrencias, ó no dormía, ó muy poco, usando

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