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30 LA LEYEXD. \ DE ORO. OCTUBRE , 5<br />
liase san Plácido en continua oración y meditación,<br />
y regalaba su espíritu en el Señor <strong>de</strong>rramando muchas<br />
lágrimas. En la cuaresma, los domingos,<br />
martes y jueves ayunaba á pan y agua : los <strong>de</strong>más<br />
dias no comia rosa alguna; y en lodo el año no<br />
bebía vino: Iraia un cilicio á raíz <strong>de</strong> sus carnes:<br />
su sueño era bre\e y ligero, y mas sentado cpie<br />
echado : era manso, grave y benigno; y nunca se<br />
vio airado: no hablaba sino cuando la necesidad<br />
lo pedia , ó para consolar á los monjes, ó los pobres<br />
, ó para negocio forzoso y <strong>de</strong> caridad. Con<br />
esla vida tan áspera y tan perfecta , trajo muchos<br />
á la religión, y en breve tiempo se juntaron con él<br />
olios treinta religiosos, que florecían con gran<strong>de</strong><br />
ejemplo <strong>de</strong> santidad ; y la religión <strong>de</strong>l padre san<br />
Benito se iba propagando en el mundo.<br />
2 Publicóse en Boma como estaba san Plácido<br />
en Sicilia: la vida que hacia : el monasterio que<br />
habia fundado; y los milagros que Dios obraba por<br />
él : y sus hermanos Euliquio, Victorino, y Flavia,<br />
su hermana , con <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> verle ( porque no le habían<br />
visio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que su padre Terlulo le entregó á<br />
san Beniio) navegaron á Sicilia, don<strong>de</strong> le hallaron<br />
, y fueron <strong>de</strong> él recibidos con singular gozo y<br />
alegría , alabando al Señor porque les había dado<br />
lal hermano que lan <strong>de</strong> veras le servia. Detuviéronse<br />
en aquel monasterio algunos días , y para que<br />
se entiendan los caminos que loma Dios para llevar<br />
los hombres al cielo v c<strong>oro</strong>narlos <strong>de</strong> gloria , permitió<br />
que un m<strong>oro</strong> . capiían <strong>de</strong> Abdala , rey africano,<br />
que se llamaba Manucha, saliese á esle tiempo á<br />
infestar la cosía <strong>de</strong> Sici la , y hacer guerra á los<br />
ensílanos. Traían una armada <strong>de</strong> cien navios, y<br />
en ellos diez y seis mil v ochocientos hombres <strong>de</strong><br />
pelea. Llegaron al puerto <strong>de</strong>.Mecina : y como el<br />
monasierio <strong>de</strong>. San Juan Bautista estaba cerca <strong>de</strong> la<br />
marina , dieron <strong>de</strong> repente en él, y con ímpetu <strong>de</strong><br />
bái baros quebraron las puertas, y pusieron prisioneros<br />
á cuantos en él estaban. San Plácido, con<br />
sus hermanos Euliquio , Victorino, yFlavia, con<br />
Dónalo , Fausto , v Fírmalo , diácono, y con los<br />
treinta monjes , fueron llevados en ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> Manucha . hombre feroz y bárbaro, y mas fiero<br />
que un tigre: el cual, <strong>de</strong>spués que con amenazas<br />
y espantos no pudo persuadirles que renegasen <strong>de</strong><br />
nuestro Señor Jesucristo, los mandó crudamente<br />
azolar, y encerrarlos en una cárcel, y que allí no<br />
les diesen <strong>de</strong> comer , y les diesen <strong>de</strong> palos y azotes,<br />
y los colgasen en alto <strong>de</strong> los pies, y les diesen<br />
humo en los rostros. Después <strong>de</strong> esle tormento<br />
mandó dar á cada uno un poco <strong>de</strong> cebada,<br />
y agua , para que se sustentasen ; y no muriendo,<br />
durase mas el tormento..Todos estaban con gran<br />
paciencia, constancia y alegría en sus penas,,<br />
confesando y alabando al Señor, por ver que<br />
pa<strong>de</strong>cían por su amor, y por la confesión <strong>de</strong> su<br />
íé , siendo san Plácido, el que, como capitán esforzado<br />
, iba <strong>de</strong>lante , y con su ejemplo los animaba.<br />
También la sania doncella Fiavia , su hermana<br />
, entre' los otros mostró gran fortaleza y valor<br />
<strong>de</strong>l cielo; porque teniéndola <strong>de</strong>snuda y levantada<br />
en alio , y <strong>de</strong>spedazando sus carnes, y preguntándole<br />
el bárbaro tirano, cómo, siendo persona tan<br />
ilustre y romana , podia sufrir aquella ignominia y<br />
<strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z; ella le respondió, que por amor <strong>de</strong> Jesucristo<br />
todos los tormentos le serian dulces, y la<br />
muerte, vida. Y visto que con tormentos no la podían<br />
vencer, pretendió que algunos <strong>de</strong> sus sayones<br />
mas <strong>de</strong>svergonzados y atrevidos la forzasen y la<br />
diesen el mayor lormenlo que la sania virgen podia<br />
recibir: pero ella hizo oración á Dios; y el Señor,<br />
que es tan amigo <strong>de</strong> la castidad , la <strong>de</strong>fendió<br />
<strong>de</strong> manera , que todos los que querian llegarse á<br />
ella, quedaron mancos y tullidos; y con esío la<br />
<strong>de</strong>jaron. Cada dia mandaba Manucha traer á los<br />
sanios <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí y darles nuevos tormentos : y<br />
porque una vez vio que san Plácido estaba muy<br />
regocijado en las penas, y alababa á Dios , le mandó<br />
dar muchos golpes en la boca con una piedra:<br />
y viendo que no baslaba esto para que el santo cesase<br />
en las alabanzas <strong>de</strong> Dios, le hizo corlar la<br />
lengua; mas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> corlada, hablaba mejor, y<br />
proseguía los loores <strong>de</strong>l Señor, haciéndole gracias<br />
por lo que en su nombre pa<strong>de</strong>cía. Túvolos toda una<br />
noche colgados y alados , cargando sobre sus piernas<br />
áncoras y piedras <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> peso ; y finalmente<br />
los mandó <strong>de</strong>gollar, <strong>de</strong>clarando en la sentencia<br />
que los hacia morir porque adoraban y tenían por<br />
Dios á Cristo crucificado. Lleváronlos á la marina,<br />
é hizo san Plácido oración al Señor, suplicándole<br />
por los méritos é intercesión <strong>de</strong> san Benito, su<br />
maestro , que les diese constancia para pasar aquel<br />
trago <strong>de</strong> muerte, y llegar al puerto <strong>de</strong> la bienaventuranza<br />
; y respondiendo todos sus compañeros<br />
«amen,» rindieron el cuello al cuchillo, y fueron<br />
<strong>de</strong>scabezados, v sus cuerpos estuvieron allí cuatro<br />
dias, sin que se les diese sepultura. Destruyeron<br />
los bárbaros el monasterio, sin <strong>de</strong>jar piedra sobre<br />
piedra ; aunque no locaron á la iglesia <strong>de</strong> San Juan<br />
Bautista : y entrando en sus navios , se partieron<br />
para seguir su viaje: pero el Señor envió luego<br />
una tormenta lan brava y horrible , que allí en el<br />
faro y estrecho que hay entre Mecina y Calabria,<br />
se hundieron los cien navios, y se ahogaron las<br />
diez y seis mil y ochocientas personas que en ellos<br />
venían.. Después Gordiano, que fué uno <strong>de</strong> los<br />
dos compañeros que habían venido, con san Plácido<br />
<strong>de</strong>l Monte Casino, y solo (por ser mozo y<br />
oslar cerca <strong>de</strong> un postigo cuando vinieron los bárbaros)<br />
se habia escapado, sepultó el cuerpo do<br />
san Plácido en la iglesia <strong>de</strong> San Juan Bautista , y<br />
los cuerpos <strong>de</strong> los otros treinta y lies márlires en<br />
el lugar don<strong>de</strong> fueron <strong>de</strong>gollados. En la una parto<br />
y en la otra hizo Dios muchos milagros , sanando<br />
á los enfermos que <strong>de</strong> todas parles venian á pedir<br />
salud , por intercesión <strong>de</strong>. san Plácido y <strong>de</strong>sús<br />
benditos compañeros. Fué su martirio á los 5 do<br />
octubre, á los trece años <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> Jusiiniano,<br />
y el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 541 , según Gordiano,<br />
que fué el amor <strong>de</strong> la historia; y según el car<strong>de</strong>nal<br />
Baronio en las anotaciones enmendadas <strong>de</strong><br />
la postrera impresión, el año <strong>de</strong> 1598. Era san<br />
Plácido <strong>de</strong> veinte y seis años cuando murió; y<br />
cuando el glorioso padre san Benito supo el martirio<br />
<strong>de</strong> su "hijo querido y <strong>de</strong> sus santos compañeros,<br />
se alegró por extremo, é hizo gracias al Señor<br />
que ¡e había dado lal hijo; y á él le habia<br />
c<strong>oro</strong>nado con la c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong>l martirio, y puéstolo