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es propio de su :oLerana majestad? De aquí es
(¡ue en las religiones , y especialmenle en la del
seráfico padre san Francisco, ha habido laníos
religiosos legos que han florecido con extremada
sumidad : porque como el oslado de los legos es
mas aparejado para ejerciiar la humildad, la caridad
v la oración , que son las tres principales
\irtudes del religioso, y como una bre\e suma de
todo lo cpie debe hacer para consigo, y para con
los prójimos, y para con Dios; los que se saben
aprovechar de este eslado, con menos trabajo y
dificultad salen eminentes en estas tres virtudes;
v la bajeza de su mismo estado y su humillación
los dispone v hace mas hábiles para la humildad,
v las ocupaciones en ayudar ó los otros para alcanzar
la caridad ; y esas mismas ocupaciones,' por
ser mas de manos, que de estudio y especulación,
no distraen ni derraman el corazón, de manera
que no puedan juntamente trabajar y orar. En eslas
tres virtudes se ejercitan todos los buenos religiosos
legos, y aprovechan tanto en la escuela
de la religión, que quien pesare con justo peso
sus vidas tendrá mas envidia á su humilde estado,
que á los otros mas preciados del mundo. Atendiendo
á esto muchos hombres honrados y de buenas
partes, que pudieran lucir y parecer loablemente
en el estado sacerdotal , escogieron el de
legos , teniéndole por mas quieto y seguro. De estos
hubo muchos en la orden de San Francisco, especialmente
en su principios : á los cuales el bienaventurado
padre llamaba madres en su religión,
que criaban los hijos con la leche del zelo de la
pobreza y caridad : porque eran como unas piadosas
y tiernas madres, que servían á sus padres,
como si fueran sus lujos , y para que ellos se pudiesen
emplearen los ministerios espirituales, los
descargaban del cuidado de las cosas temporales:
v por una parte era tan intenso el fervor de su caridad
para con lodos, que sin tener cuenta consigo
, luego acudian á cualquiera que de ellos tuv
iese necesidad , y la socorrían, aunque muchas
veces fáltase para ellos mismos; y por otra parte
eran lan zelosos del bien de su religión . y tan deseosos
que todos se amoldasen y ajustasen con su
regla, y ia guardasen consuma observancia, que
llevaban mal cualquiera falta que hubiese en ella.
De estos bienaventurados legos fué unoel santo
Fr.Diego , ejemplo de religiosos y espejo de almas
sencillas y puras, y ornamento de aquel humilde
estado , que cuanto en los ojos del mundo
tiene menos estima,
del Señor.
tanto es mas precioso en los
SAN MARTÍN, PAPA Y MÁRTIR. — Fué san Martin
. papa , Ido este nombre, natural deLodi, ciudad
de Toscana , é hijo do Fabricio , hombre santísimo
y de heroicas virtudes. Sucedió en el sumo
pontificado á Teodoro, el 1.° dia del mes de
julio , del año del Señor de 649 , siendo emperador
Constante II, nielo del emperador Ileraclio:
el cual Conslanle, engañado de Paulo, patriarca
(le Conslaniinopla , bebió la ponzoña y herejía de
los monolehlas , que ponian en Ciislo una sola voluntad
. y por consiguiente negaban en él las dos
naturalezas , divina y humana. De tal. manera se
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pervirtió el desventurado emperador, que lomó la
protección de los herejes, y pretendió que todos
siguiesen la creencia que él habia abrazado, y
con maña y fuerza amplificar su falsa religión.
Para esto hizo escribir una confesión de su fé , y
fórmula de lo que creia , quo llamó Typo,-y envióla
á san Martin en el principio de su pontificado,
para que la aprobase con su autoridad : mas el santo
pontífice la rechazó y reprobó , como cosa maldita
y descomulgada , respondiendo con gran constancia
, que aunque todo el mundo se apartase de
la fé apostólica y doctrina evangélica , él no dejaría
un punto do seguirla , ni se espantaría con los terrores
de! emperador, ni lo ablandaría con sus
promesas, hasta dar la vida y toda su sangre por
la verdad católica. Y para atajar los males que de
la violencia y mal ánimo del emperador se podían
temer , despachó con brevedad sus embajadores
á Conslaniinopla , con letras suyas para el
patriarca Paulo, rogándole "amorosamente que no
porfiase en su error, ni se apartase de lo que laníos
y lan santos varones en muchos solemnes concilios
habian determinado. No aprovechó esta diligencia
y comedimiento del sanio pontífice Martin
para reducir al patriarca ; antes él se embraveció,
y ciego , soberbio y obstinado, acabó con el emperador
que se prendiesen los embajadores del papa,
y se desterrasen en diferentes islas , donde padecieron
grandísimos trabajos y calamidades. Sintió
este atrevimiento é injuria san Martin (como era
razón): convocó concilio en Roma de cíenlo y
cinco obispos; y en él se determinaron de nuevo
las verdades de nuestra sania fé , y aquellos errores
fueron condenados y anatematizados , con sus
autores, Pirro, Ciro y Sergio , patriarcas, ya difuntos,
y execrado Paulo que vivía , y privado él
y todos sus secuaces (de cualquiera condición quo
fuesen) de toda dignidad. Y puraque mas fácilmente
viniesen á noticia do lodos los cánones y
decretos de aquel santo concilio , san Martin mandó
hacer muchos traslados de ellos, y los envío por
varías parles del mundo á los obispos, presbíteros,
diáconos, abades y á toda la Iglesia calóiica : la
cual los recibió con grande aplauso y veneración,
conformándose en todo con su cabeza , como debía.
Fué este un hecho de admirable espíritu y
singular valor y constancia del sanio pontifico ;
porque viendo que ninguno de los patriarcas de
Oriente era católico, y que el mismo emperador
era hereje, y defensor poderoso y pertinaz de los
herejes, y que para propagar su perfidia é inficionará
ludia, habia enviado á ella gobernador
á propósito con aquel detestable Tipoy confesión
suya, y que la misma Italia estaba oprimida con
las armas del rey de los longobardos . que era hereje
arriano; no dudó el santísimo pontífice en un
(¡empo lan apiolado y calamitoso , luego que se
senlo en su silla apostólica , oponerse al emperrdor
y resistirlo valerosamente, hasta derramar la
sangro por la fé católica. Enseñó con este ejemplo
á los príncipes, que no son ellos jueces de las causas
eclesiásticas , ni de la fé; y á los sacerdotes y
prelados (á quienes pertenecen) la vigilancia y
constancia con que las deben amparar y defender.