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188 LA LEYENDA DE ORO
ya en su tiempo se hacia , como lo notó el cardonal
Raronio. Y esto basta , para declarar la institución
de osla Conmemoración de los difuntos ,
y la ocasión que hubo para hacerla.
2 Tero bien es quo desenvolvamos mas esta
materia , v saquemos á luz, y propongamos lo
que en osla conmemoración de los difuntos la
santa Iglesia católica, nuestra madre, nos manda
creer acerca de las almas del purgatorio. Dos
puntos principales nos enseña : el uno , que hay
purgatorio, y un lugar, donde las almas de los que
murieron en gracia de Dios con pecados veniales ,
ó no satisfacieran en vida enteramente por los pecados
moríales que cometieron , y cuanto á la
culpa les fueron perdonados, son atormentadas y
purificadas : el otro , que pueden y deben ser socorridas
y ayudadas de los fieles con ayunos ,
limosnas, oraciones y sufragios, para que mas
presto alcancen la bienaventuranza y visión de
Dios que esperan.
3 Cuanto á lo primero , so ha de presuponer,
que hay iros suertes do personas , dejando aparte
los niños que mueren sin bautismo , con solo
el pecado original : la una es , de los que vivieron
en esta vida tan santamente, que nunca cometieron
pecado mortal, ó si algunos cometieron, hicieron
penitencia de ellos en esta vida , y satisfacieron
por ellos á la justicia del Señor tan
cumplidamente , que á la hora de la muerte no
tuvieron mas que pagar , ni que purgar; y estos,
en muriendo , se van derechos al cielo á gozar
eternamente de Dios: otros hay que mueren en
pecado mortal, y en desgracia de Dios , y como
rebeldes y enemigos suyos son castigados, y sus
almas entregadas á Satanás , para ser atormentadas
perpetuamente en el infierno : otros hay , que
ni son tan buenos como los primeros , ni tan malos
como los segundos , sino que á la hora de la
muerte están en gracia del Señor , y tienen algunos
pecados veniales, que se compadecen con ella,
que purgar; ó habiendo cometido algunos pecados
mortales , que lloraron y les fueron perdonados
cuanto á la culpa , no satisfacieran enteramente
en esta vida por ellos cuanto á la pena
que se debe á cada pecado ; y por esto en la otra
la deben pagar.
k Porque , como dice el sagrado evangelista
san Juan en su Apocalipsi , hablando de la santa
y soberana ciudad de Jcrusalen: « Ninguno entrará
en ella con suciedad , ó mancha de pecado : »
y así necesariamente se ha do decir , que hay
purgatorio ¡ donde, como en un crisol , se afinan
las almas, y se limpian do todas immundicias y
defectos con'que salen de los cuerpos, antes que
entrenen el cielo. Esta es fé católica, y decir lo
contrario os herejía ; porque dejando aparte los
otros muchos lugares que para probar esta verdad
traen los santos doctores , así del viejo Testamento
, como del nuevo ; para nosotros bástanos
lo quo so escribo haber hecho aquel valeroso y
glorioso capitán Judas Macabeo : del cual dice la
divina Escritura , quo envió doce mil dracmas
de plata de limosna por los pecados do los soldados
muertos, como quien justa y religiosamente
NOVIEMBRE , 2
sabia que habia de resucitar : y añade luego el
texto sagrado estas palabras: Sancta, crgo, et
salubris esl cogitado pro defunclis exorare, ut
¿i peccalis solcanlur : Que es santo y saludable
el cuidado de rogar á Dios por los difuntos , para
que les perdone sus pecados. Y no es menos
fuerte testimonio, para comprobar esta verdad, lo
que Cristo nuestro Redentor dijo en san Mateo :
Si quls dixerit verbum in Spiritum sanctum,
non remilletur ei, ñeque in Jioc sécalo , ñeque
in futuro : Quiere decir , quo algunos pecados
( que son los que se cometen contra el Espíritu
sanio ) no se perdonan ni en este siglo , ni en el
futuro : de las cuales palabras necesariamente se
sigue ( según la común exposición de todos los
santos doctores) que algunos pecados se perdonan
en la otra vida ; y estos son los pecados veniales
: porque si ningún pecado en ella se perdonase
, las palabras de Cristo serian superlluas y
ociosas : lo cual decir os gran blasfemia : v si se
perdonan algunos pecados en el siglo advenidero ,
también se perdonarán las penas temporales de
los pecados mortales , que el hombre por no haber
tenido tiempo , y por alguna negligencia venial
suya, dejó de pagar en esta vida; porque esla
deuda y obligación no excluyo la gracia de Dios,
quo es el principio de la satisfacción.
5 Pruébase también esta verdad con los concilios
provinciales que se han hecho en varias
provincias del mundo , y con los generales , y con
la costumbre de toda la Iglesia católica , latina y
griega. El concilio cartaginense 111 y IV, que
se hicieron en África, contestan esla verdad:
en España el bracarense I : en Francia el cabilonense:
en Alemania el concilio wormar—
cíense: en Italia el concillo YI, queso celebró,
siendo Símaco sumo pontífice, v otros muchos
concilios confirman lo mismo : y no menos los ecuménicos
y generales de toda la Iglesia universal ,
como son el laleranense, celebrado en tiempo
de Inocencio III , el florentino , y últimamente
el do Trento : y todas las misas ó liturgias , la de
Santiago el menor, y de los santos Basilio, Crisóstomo
, y Ambrosio : en las cuales se hace oración
particular por las ánimas de los difuntos , la cual
no se baria , si ellos no estuviesen en el purgatorio
, y no tuviesen necesidad de ser ayudados , ó
nuestras oraciones y sacrificios no fuesen eficaces
para ayudarlos: y siempre so guardó esla santa
costumbre en la Iglesia , y lo testifica san Dionisio
Areopagita , cuando en el libro de la Jerarquía
eclesiástica dice : « La tradición de rogar por los
difuntos ha manado y venido á nosotros de los
apóstoles, que fueron nuestros divinos capitanes'/
maestros :» y el Crisóstomo dice : «No en
vano establecieron los apóstoles , que se haga
conmemoración de los finados , cuando celebramos
los sacrosantos misterios :» y san Agustín lo
confirma diciendo :«Toda la Iglesia guarda lo
que ha recibido de sus santos Padres ; y ahora
cuando ofrece el santo sacrificio de la misa por
las almas do los difuntos , que murieron en la
comunión de la Iglesia. » Lo mismo enseñan san
Damasceno y san Isidoro, Rábano Mauro , arzo-