La leyenda de oro 4.pdf

C4 LA LEYENDA DE ORO
nos años antes la licencia del matrimonio en espiritual
amor, y liermauable compañía ; dio el Señor
á la duquesa una larga y trabajosa enfermedad,
para purgarla y perfeccionarla mas, y después, librándola
de esto miserable destierro, llevarla á
gozar de sí á las moradas eternas. SinLió mucho
el duque esta enfermedad , y á mas de las muchas
misas, oraciones y limosnas que mandó hacer por
la salud y vida de la duquesa . él con grande instancia
suplicó al Señor que se la diese. Mas un
dia , en el mayor fervor de su oración . oyó una
como voz interior que le decia: Sí tú quieres quo
te dejo á la duquesa mas tiempo en esta vida , yo
lo dejo en tus manos; pero avisóte que á tí no le
conviene. Quedó con esla liberal oferta del Señor
tan confuso el duquo , y tan abrasado de un amor
tierno y dulcísimo del Señor, que lo parecía que
se le partía y derretía el corazón: y volviéndose á
él con grandes sollozos y copiosas lágrimas lo
dijo: Señor mió , y Dios mió, ¿de dónde á mí,
que vos dejéis en mi mano lo que está en sola la
vuestra? ¿Quién sois vos, Criador mió, y Bien
mío , siendo yo el que tengo en lodo y por todo do
negar mi voluntad , para hacer la vuestra? Pues
desde ahora digo , Señor, que así como yo no soy
mío, sino vuestro, así no quiero que se haga mi
voluntad , sino la vuestra, y que yo quiero lo que
vos queréis, y os ofrezco la \ ida , no solamente
déla duquesa , sino de lodos mis hijos, y la mia
y todo lo que de vueslra mano tengo y poseo en
el mundo. Yo os suplico que vos dispongáis de
todo, según vuestro beneplácito. Todo esto dijo el
duque con grande afecto y resignación , y luego se
vio el efecto de ella; porque la duquesa comenzó
á descaecer, ó ir por la posta ó la muerte, y el
duque la asistió y la esforzó en aquel trance con
palabras de singular amor y espíritu; y ella dio
el suyo al que la había criado , ó los 27 de marzo
de 1546 años, dejando al duque viudo en los
treinta v seis años de su edad.
10 Bien se vio que la muerte de la duquesa
había de ser para dar vida y acrecentamiento de
virtudes al alma del duque; porque quedó mas desembarazado
para poner en ejecución lo que habia
prometido en Granada, y echo voto de ello á
nuestro Señor. Ya en este tiempo tenia noticia de
la nueva Compañía de Jesús , que Dios nuestro Señor
habia plantado en su Iglesia para bien del
mundo , y tratado á algunos padres de ella , y aficionúdose
mucho á su buena vida é instituto:
pero creció mas esta afición con la comunicación
del padre maestro Pedro Fabro, el primer compañero
que tuvo el santo padre Ignacio en la institución
de su religión : el cual á esta sazón eslaba en
España , y pasó por Gandía , de camino á Trenlo,
adonde le mandaba ir el papa Paulo 111, para
asistir en el santo concilio en nombre de su santidad.
Con este varón divino y celestial maestro comunicó
su alma el duque, con gran gusto y aprovechamiento
suyo , y fundó un colegio en Gandía,
del cual puso la primera piedra el mismo padre
Pedro Fabro , acabando de decir misa , á los 5 de
mayo del año de 1546; cuyo primero rector fué
el padre Andrés de Oviedo, natural do Illescas,
ÜCTUURE, 10
que después vino á morir patriarca en Etiopia.
Dióle el padro Fabro ai duque los Ejercicios espirituales
del santo padre Ignacio, y él los hizo con
mucho recogimiento y devoción , y quedó tan deseoso
que la doctrina y el fruto de ellos se comunicase
á muchos, que suplicó á la santidad del papa
Paulo III, que mandase examinar con diligencia
el libro do los dichos Ejercicios: y hallando que era
de sana y católica doctrina , y el uso de ellos para
las almas provechoso, fuese servido de aprobarlos
y confirmarlos con sus letras apostólicas; y el
papa , después de haber mandado examinar el dicho
libro al cardenal don l 7
r. Juan de Toledo , de
la orden de Santo Domingo, que era inquisidor general
, yá Felipe Archinlo,su vicario general
en Roma , y al maestro de su sacro palacio que
asimismo era fraile de Santo Domingo, y lodos tres
varones'doctísimos, hallando que los dichos Ejercicios
eran llenos de piedad, y muy provechosos
para la edificación y fruto espiritual de los fieles,
los aprobó y confirmó, exhortando á todos, así
hombres , como mujeres, que usen de ellos, por
un breve apostólico despachado en Roma el postrero
dia de julio del año de 1548 , que anda impreso
con el mismo libro de los Ejercicios.
17 Pero lo que mas deseaba el duque era
cumplir su voto; pues se hallaba en edad y con
fuerzas para poderlo hacer, y dejar su estado y
vestirse de la desnudez de Cristo, y morir con él,
pobre en la cruz de la santa religión. Hizo muchas
limosnas , y mucha oración y penitencia , para que
nuestro Señor le alumbrase á escoger la religión
en que él quena que lo sirviese , y para que le
diese tuerzas y perseverancia en ella. Y puesto
caso que él de suyo se inclinaba mas á la soledad
y á la contemplación del Señor; todavía entendió
que le baria mas servicio en entraren alguna religión
, en la que, á mas de procurar su salvación
propia , se emplease en ayudar á los prójimos á
alcanzar aquel bienaventurado fin para el cual
fueron criados. Mas habiendo tantas y tan santas
religiones en la Iglesia del Señor, que se ocupan
en cultivar su viña y llevar almas al cielo, no sabia
cual de ellas habia de escoger; porque como él
habia nacido debajo de la protección del seráfico
jiadre san Francisco, y mamado con la leche la
devoción á este santo , y tenia su nombre , deseó
en gran manera abrazar su religión, en la cual le
parecía que hallaría buen aparejo para la pobreza
y penitencia que queria seguir. Pero finalmente entendió
que la voluntad del Señor era que entrase
en la Compañía de Jesús; y así se determinó á
hacerlo por grandes motivos quo tuvo para ello,
y por el parecer y consejo de los mismos padres de
San Francisco , amigos suyos , y varones espirituales
y de alta perfección, con quienes lo consultó.
Con esta determinación despachó luego un criado
suyo á Roma con cartas al santo padre Ignacio,
fundador y primer prepósito general de la misma
Compañía, con las cuales se ponia en sus manos,
v le rogaba le admitiese entre sus hijos y subditos
, y le enviase á mandar lo que habia de hacer
: y para quo el padre lo pudiese hacer con mas
resolución , le avisó muy particularmente de todo