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U 2 LA LEYENDA DE ORO. DICTE 5IFHE , 8
ría escogida, que siempre, desde el principio de tu
concepción fuiste inmaculada; porque habías do
parir al Autor y fuente de toda santidad.» El gran
doctor y luz de la Iglesia san Agustín, tan gran
defensor y ensalzador de la gloria de Cristo y perseguidor
de los herejes pelagianosque la pretendieron
oscurecer é impugnar en el libro de la Naturaleza
y Gracia ,dice estas notables palabras: «Exceptuando
á la Virgen y Madre de Dios, de la cual
cuando tratamos délos pecados, en ninguna manera
quiero que se ponga alguna duda; porque
sabemos que le fué dada tan abundante gracia
para vencer totalmente el pecado , porque mereció
concebir en sus entrañas , y parir al que sabemos
que no tuvo algún pecado.'» Todas estas palabras
son de san Agustín, hablando contra los pelagianos
que negaban el pecado original: del cual y de
cualquiera otro actual de tai manera libra á la
Virgen , que no quiere que se ponga en disputa ni
en duda , por ser cosa cierta , que habia vencido,
no en parle, sino del todo , el pecado, para ser
digna Madre del que ni tuvo ni pudo tener pecado.
Esta doctrina es conforme á lo que el mismo
santo doctor enseña, escribiendo contra Juliano:
que el que siendo adulto no hizo pecado , siendo
niño no le contrajo: y de la santísima Virgen la
Iglesia católica á boca llena confiesa que no tuvo
pecado actual: de lo que se sigue que tampoco
pecado original.
7 San Gerónimo declarando aquellas palabras
del salmo: Exaudí eos in nubediei: por la nube
del día entiende la Virgen sacratísima; porque
siempre estuvo en luz y nunca en tinieblas. El
bienaventurado Lorenzo Justiniano dice , que ninguno
está exceptuado del pecado original, sino
solo aquella que engendró al Salvador del mundo.
San Juan Damasceno dice: « O santísima Virgen,
que has engañado á los príncipes y potestades, y
has sido conservada inmaculada para esposa de
Dios: » y en otro lugar dice, que la serpiente no
tuvo entrada en este paraíso de deleites; ó introduce
á la Virgen que hablando con su Hijo, le
dice: « Recibe mi alma tan querida que la guardaste
siempre limpia de pecado.»
8 Nunca acabaríamos si quisiésemos aquí referir
lo que los santos dicen de la pureza de la inmaculada
Virgen : lóalo quien quisiere en el padre
doctor Francisco Suarez, que copiosa y eruditamente
trata esta materia: y nosotros declaremos
algunas de las razones que hay para que Dios haya
preservado á su gloriosa Madre de todo pecado
original y actual: porque así convenia á la
grandeza del Hijo, y á la dignidad de la Madre
, y á los hombres, y á ios ángeles, y á
toda la corte celestial : porque primeramente,
¿qué buen hijo hay en el mundo que no honre
á su madre, ó qué hombre, que si estuviese
en su mano , no naciese de la mujer mas excelente
y mas adornada de todas las gracias que puede
haber? Porque la honra de la madre es honra
del hijo. Pues si Cristo nuestro Señor pudo hacer
esta honra á su Madre benditísima; ¿qué causa
hay para que no se le haya hecho? Y si la sabiduría
(como dice Salomón) no entra en el alma
perversa , ni habita en cuerpo sujeto á pecados;
¿cómo creeremos nosotros que la sabiduría eterna
quiso morar en el vientre virginal, y en aquel
cuerpo y alma que en algún tiempo habia sido sujeta
á pecado , y que pagasen pecho al demonio
los pechos que habían de dar leche á Dios? Especialmente
diciendo el apóstol san Pablo, que era
cosa muy conveniente que tuviésemos tal pontífice,
que fuese santo, inocente, inmaculado y
apartado de los pecadores : porque , ¿ cómo fuera
apartado de los pecadores; si su santísima Madre,
cuya carne él era , hubiera sido sujeta á pecado?
Fué, pues, muy conveniente quo el Hijo honrase
á su Madre, porque no faltándole poder para hacerlo,
no era que le faltase la voluntad: y que
siendo Redentor de todos, y habiendo varios grados
en esta redención (porque algunos gozan ; y
otros por su culpa no gozan de este beneficio), no
usase con su dulcísima Madre del grado mas perfecto
y mas excelente de redención , que es no
dejarla caer para levantarla, sino tenerla para que
no cayese : porque aquel es mas excelente médico
que preserva al enfermo, que no el que después
le sana : y mas perfecto redentor el que no deja
cautivar, que el que rescata al cautivo: y mas
debe el deudor al que paga su deuda antes que por
por ella le echen en la cárcel, que al que le libra
después de preso por ella: y mas está obligado al
Señor el inocente que no cayó, por haber sido
guardado de su poderosa mano , que el que después
de haber caído por su gracia se levantó. De
aquí es, que por haber sido preservada del pecado
original esta Virgen sacratísima, no solamente
no está excluida de la gracia de la redención
de Jesucristo; antes goza mas perfectamente
que todos los otros hijos de Adán, y por una
manera singular é inefable, de la gracia de su
redención: lo cual redunda en mayor gloria del
mismo Redentor que tal supo y pudo hacer; y lo
hizo con aquella que le dio la carne y sangre con
que á todos nos habia de redimir. Por esta causa
san Bernardo de Sena gravemente la llama á
la Virgen « Primogénita del Bedentor:» y fué muy
conveniente, que así como el unigénito Hijo de
Dios, en cuanto Dios, es figura substancial del
Padre eterno y resplandor de su gloria , é imagen
perfectísima de todas sus perfecciones ; asi en
cnanto hombre, fuese muy parecido á gu bendita
Madre en la complexión , condiciones y facciones
del cuerpo : y que ella en las del alma (pues también
era hija de su Hijo) fuese un vivo retrato de
sus gracias y virtudes.
9 Pues si miramos, queesta Virgen es Madre de
Dios y lo que este nombre de Madre de Dios comprende
, y la dignidad que en sí encierra, hallaremos,
que ninguna gracia y privilegio puede
caber en una pura criatura que no quepa en esta
dignidad : y con esta regla habernos de medir y
regular todo lo que toca á esta sacratísima Virgen,
porque (como dice san Buenaventura) bien puede
Dios hacer un cielo mas hermoso y un mundo mayor
y mas lleno de varias y nuevas especies de
criaturas; mas no puede hacer una madre quo
sea mayor que la Madre de Dios, porque no puede