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NOVIEMBRE, 22 LA LEYENDA DE ORO.<br />
rable. ¿No os parece que es bien <strong>de</strong>jar una rosa<br />
vil, por ganar otra preciosa y do infinito valor?<br />
¿Dejar al lodo por el <strong>oro</strong>, la enfermedad por ia<br />
salud, la muerle por la vida, y lo transitorio por<br />
lo eterno? ¿Por qué no queréis que yo entregue<br />
mi cuerpo á los tormentos que tan [íroslo [rasan, y<br />
á la misma muerle; pues por ella lengo <strong>de</strong> entrar<br />
en el palacio do mi dulce esposo, tan rico, y lleno<br />
<strong>de</strong> tan gran<strong>de</strong>s bienes, y <strong>de</strong> una felicidad que<br />
nunca se acaba? Fueron las palabras <strong>de</strong> la santa<br />
virgen tan eficaces , y <strong>de</strong> tal manera penetraron<br />
los corazones <strong>de</strong> los que las oyeron, que movidos<br />
y enternecidos con el espíritu <strong>de</strong>l Señor, comenzaron<br />
á <strong>de</strong>cir todos á gritos , que creían que Jesucristo<br />
era verda<strong>de</strong>ro Dios; y santa Cecilia los llevó<br />
á su casa, y haciendo llamar secretamente al<br />
glorioso pontífice Urbano, fueron por él instruidos<br />
en las cosas <strong>de</strong> la fé, y bautizados con oíros muchos,<br />
en número <strong>de</strong> cuatrocienias personas, y entre<br />
ellas fué Gordiano, varón principalísimo y <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong> autoridad. Cuando Almaqmo supo lo que<br />
había [lasado, embravecióse sobre manera : y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haber tentado á la santa virgen, y procurádola<br />
ablandar y ['educir á la adoración <strong>de</strong> sus<br />
dioses; visto que lodo era en vano, la mandó encerrar<br />
en un baño seco <strong>de</strong> la misma casa <strong>de</strong> santa<br />
Cecilia,; 7<br />
labras ni do las amenazas <strong>de</strong>l prefecto. Finalmente,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber pasado algunas razones entro<br />
los dos, pretendiendo Almaquio persuadirla que<br />
adorase á los í<strong>de</strong>lus y obe<strong>de</strong>ciese á sus mandatos,<br />
v la santa ofreciéndose á lodos los lorinenlos y<br />
muertes, por no per<strong>de</strong>r á Jesucristo; la mandó el<br />
prefecto llevar á un templo, para (pie allí, ó ofreciese<br />
sacrificio, ó se ejecutase en ella sentencia do<br />
muerte. Lleváronla los impíos ministros, y viéndola<br />
tan noble, tan rica, tan honesta ) <strong>de</strong> tan extremada<br />
belleza, v en la flor <strong>de</strong>su edad, movidos<br />
con una falsa compasión, la rogaban rpie no so<br />
echase á per<strong>de</strong>r, ni se privase <strong>de</strong> los contentos <strong>de</strong><br />
osla vida por una vana superstición y locura; antes<br />
sacrificando á los dioses, gozase <strong>de</strong> su hermosura,<br />
nobleza y riquezas, vele lodos los otros bienes<br />
<strong>de</strong> esla vida, rilas Insania que tenia su corazón<br />
en el ciclo, limpios los ojos para ver como son<br />
v nó como parecen las cosas <strong>de</strong>l suelo v las <strong>de</strong>l<br />
cielo; volviéndose á ellos, dijo: No penséis, hermanos,<br />
que el morir por Cristo será daño para mí,<br />
sino <strong>de</strong> inestimable ganancia , porque confio en mi<br />
Señor, y lengo por cieito que con esta vida frágil<br />
y caduca alcanzaré otra bienaventurada v perduponer<br />
fuego <strong>de</strong>bajo, pura que allí, respirando<br />
aquel aire caliente y encendido, se ahogase:<br />
mas el Señor la guardó todo un día y una<br />
noche, sin recibir <strong>de</strong>trimento alguno, ni salir do su<br />
rostro una gola <strong>de</strong> sudor; antes parecía estar en<br />
un lugar <strong>de</strong> mucho refrigerio y <strong>de</strong>leite: lo cual sabido<br />
por Almaqnio, mandó que allí le corlasen la<br />
cabeza. Hirióla iros veces el verdugo y no se la<br />
pudo corlar; v los que presentes estaban cogieron<br />
la sangre que la santa <strong>de</strong>rramaba do su herida<br />
con esponjas y lienzos, para guardarla por reliquias.<br />
Vivió tres días la santa virgen <strong>de</strong> esta manera,<br />
é iban á visitarla muchos siervos <strong>de</strong>l Señor;<br />
y ella los consolaba con palabras dulcísimas.<br />
TOMO IV.<br />
329<br />
k Entre los otros que, vinieron fué uno san<br />
Urbano , papa; y ella le dijo que había pedido á<br />
nuestro Señor que la alargase la vida Ires días<br />
para entregarlo su hacienda, y rugarle que la repartiese<br />
á los [.obres, y consagrase aquella su casa<br />
en iglesia. Pasados los tres días, estando la gloriosa<br />
virgen en oración, voló su bendita alma resplan<strong>de</strong>ciente<br />
á su esposo, á los 22 <strong>de</strong> noviembre,<br />
en que la Iglesia católica celebra su fiesta ; y fué<br />
el año do Cristo <strong>de</strong> 232, imperando Alejandro<br />
Severo. Sepultó su sanio cuerpo el papa Urbano<br />
en el cementerio <strong>de</strong> Calixto, v consagró sus casas<br />
en iglesias: y <strong>de</strong>spués el papa Pascual (por una revelación<br />
que tuvo <strong>de</strong> la misma virgen) halló su<br />
cuerpo envuelto en telas <strong>de</strong> <strong>oro</strong>, bañadas <strong>de</strong>su<br />
misma sangre, y le lomó y trasladó con los cuerpos<br />
<strong>de</strong> Tiburcio y Valeriano, y <strong>de</strong>l sanio papa Urbano,<br />
á la misma iglesia, que eslá <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />
ciudad <strong>de</strong> Roma, y hoy se llama Sania Cecilia,<br />
como lo escribe Anastasio, bibliotecario, en la Vida<br />
<strong>de</strong>l papa Pascual, que eslá en la librería vaticana.<br />
Hizo esla traslación, dice Sigiberto, el año <strong>de</strong>l<br />
Señor <strong>de</strong> 821 : peí o el año <strong>de</strong> lo99, cavando<br />
por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal Sfrondalc, titular <strong>de</strong> Santa<br />
Cecilia, y sobrino <strong>de</strong> Gregorio X.LY, se halló <strong>de</strong>bajo<br />
<strong>de</strong>l altar mavor el cuerpo <strong>de</strong> esla preciosa<br />
virgen y mártir, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una caja <strong>de</strong> ciprés, tan<br />
entera y lustrosa como si se acabara <strong>de</strong> hacer.<br />
Estaba el sagrado cuerpo envuelto con un velo <strong>de</strong><br />
<strong>oro</strong>: y junio á él se hallaron los oíros santos quo<br />
arriba dijimos, cada uno <strong>de</strong> por sí, y viéronse<br />
los lienzos en que antes había sido envuelto el<br />
cuerpo <strong>de</strong> santa Cecilia, llenes <strong>de</strong> sangre; y hubo<br />
en Roma gran<strong>de</strong> alegría : y la santidad <strong>de</strong>l papa<br />
Clemente ViiL (que entonces presidia en la silla<br />
apostólica) dijo misa <strong>de</strong> pontifical, y con gran solemnidad<br />
colocó <strong>de</strong> nuevo el cuerpo <strong>de</strong> santa Cecilia<br />
y <strong>de</strong> los otros mártires en la misma iglesia.<br />
5 <strong>La</strong> vida <strong>de</strong> esta purísima virgen escribió Simeón<br />
Metafruste, v refiérela f.ipomano en su v tomo,<br />
y Surio en el vi <strong>de</strong> las Vidas <strong>de</strong> los santos; y<br />
hacen mención <strong>de</strong> ella los Martirologios romano,<br />
el <strong>de</strong> Reda, Csuardo y Adou, y el car<strong>de</strong>nal Baronio<br />
en sus anotaciones <strong>de</strong>l Martirologio , y en<br />
el ii lomo <strong>de</strong> sus Avílales: y los notarios <strong>de</strong> la Iglesia<br />
remana (<strong>de</strong> los cuales los <strong>de</strong>más tomaron) escribieron<br />
su martirio.<br />
SAN COIAMIÜANO , ABAD Y CONFESOR.—Cuando<br />
comenzó á amanecer la luz <strong>de</strong>l sanio Evangelio<br />
en iliberiiia, salió á luz para bien <strong>de</strong> muchos en<br />
la misma isla san Columbano, abad; y antes que<br />
naciese, tuvo su madre pronóstico <strong>de</strong> cuan gran<br />
varón habia <strong>de</strong> ser: porque estando preñada <strong>de</strong> Columbano,<br />
vio una noche que salía <strong>de</strong> su vientre un<br />
sol resplan<strong>de</strong>ciente que alumbraba toda la tierra,<br />
v consultándolo con personas sanias y sabias, la<br />
respondieron, que el niño que pariría seria una<br />
lumbrera al mundo; y así fué: porque noció Columbano,<br />
y pasados los primeros años <strong>de</strong>su niñez,<br />
se dio muy <strong>de</strong> veras á las arles liberales, las cuales<br />
aprendió perfectamente con el raro ingenio y<br />
excelente momería que tenia, y con un infatigable<br />
estudio y cuidado. Era <strong>de</strong> lindo aspecto por extremo<br />
y muy agraciado, y con la flor <strong>de</strong> su juven