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OCTUBRE, 10 LA LEYENDA DE ORO. 51
cebo, viendo frustrados sus deseos y esperanzas;
V siempre que mirábalas paredes del convento de
Santo Domingo, ú oía tocar la campana, derramaba
muchas lágrimas de sentimiento. Acudía frecuentemente
al convento, y los viernes, mientras
los religiosos cantaban completas, se escondía en
una capilfc del claustro , y en entrando ellos en el
capítulo, se acercaba á la puerta , y con grande
silencio oía la plática que ordinariamente hacia
estos dias á los novicios el venerable Fr. Juan
Mico, y al quererse acabar, se iba muy de priesa
por no ser descubierto. Una noche se quedó en el
convenio, y la empleó toda en visitar las capillas,
haciendo oración en ellas, y pidiendo á Dios y á
la Virgen María , y á santo Domingo , que le diesen
lo que tanto deseaba. Alcanzólo finalmente de
nuestro Señor con sus oraciones y lágrimas ; porque
Fr. Juan Mico, que sucedió en el priorato á
Fr. Jaime Ferran , le dio el hábito á 26 de agosto
de 1544. Hizo su padre grandes diligencias para
sacarle de la religión; pero ninguna bastó contra
la constancia del novicio; y Dios, que le habia
llamado, le dio la perseverancia.
3 Propúsose Luis por ejemplar la vida de Su
padre Santo Domingo, y de los otros santos de su
orden, especialmente la de san \ Ícente Ferrcr,
con quien tuvo siempre particularísima devoción;
y verdaderamente fué Luis un retrato al vivo do
san Vicente: y así solia decir el santo Fr. Juan
Mico, su maestro de novicios, que Luis habia de
ser en Valencia otro san Vicente Ferrer. Pasó su
noviciado con grande fervor , y tomó una costumbre
que observó después toda la vida , de dar á
los pobres la mayor parte de su comida : con que
juntamente ejercitaba la abstinencia y misericordia.
En profesando cayó en una grave enfermedad
por el demasiado rigor con que afligia. su
cuerpo. Esmerábase mas en las vrrtudes que habia
volado , y en las que son mas propias de los religiosos,
como la obediencia , castida'd , pobreza,
humildad y oración , en que gastaba muchas horas
y quedaba como fuera de sí, sin saber si estaba en
el cielo ó en la tierra; tanto, que consulté con el
pudre Mico , ¿qué seria la causa que cuando oraba
no estaba en sí? A lo cual respondió el venerable
padre: Dad gracias á Dios; que esa es dicha, que
no la alcanzan todos. Al principio quiso dejar los
estudios, para atender con mas desembarazo á la
oración y contemplación; pero conociendo después,
que esta era tentación del demonio, que
pretendía estorbarle por este medio el provecho
que podia hacer en sus prójimos, se dio mucho al
estudio , no teniendo por malogradas las horas que
dejaba do contemplar por estudiar; y nunca dejó
los libros basta su última enfermedad , tanto que
decia el maestro Jusliniano , que no había en toda
la provincia de Aragón quien mas libros hubiese
leido queFr. Luis. Fué muy aficionado á los hombres
doctos, á los cuales consultaba con grande
humildad sus dudas y dificultades, y devotísimo
de la doctrina del angélico doctor santo Tomás.
Ordenado de sacerdote, crecieron sus virtudes
tanto como sus obligaciones. Preparábase para
decir misa con grande cuidado, y decíala con
mucha devoción : y por el fruto que él experimentaba
do recibir este soberano Sacramento , solia
decir que los siervos de Dios navegaban con el
santísimo Sacramento del Altar, como la nave
con próspero viento. Por esto aconsejaba ó Lodos
que comulgasen á menudo; y que cuando no pudiesen
hacerlo, comulgasen espiritualmento presentándose
en la iglesia delante del santísimo Sacramento,
deseando con grandes ansias recibirle,
y preparándose como si realmente le hubiesen do
recibir. Con el ejemplo do su vida y el zelo y diligencia
que puso, fué causa para que so reformase
mucho su provincia , y se dejase la vida claustral,
que en algunos conventos se usaba ya.
4- Por este tiempo fundó san Francisco do
Borja, que entonces era duque de Gandía, y
después fué religioso y general do la Compañía de
Jesús , un convento de la orden de Santo Domingo
en su villa de Lombay. Fué electo por primer
prior Fr. Juan Mico : y como tenia tan conocida
la santidad de Fr. Luis, quiso llevársele consigo,
para que los principios de aquel monasterio fuesen
muy fervorosos. Pero no perseveró mucho en este
monasterio ¡porque una noche se le representó su
padre Juan Luis Bertrán, como muerto, con tanta
viveza, que á la mañana dio parte á su confesor,
y luego llegó un mensajero á toda priesa que le
dio cuenta do la enfermedad de su padre y le dijo
que se pusiese luego en camino para Valencia, si
quería verle vivo. Partióse al punto á Valencia;
y en viéndole su padre entrar por el aposento, le
dijo : Hijo mió, una de las cosas que mayor pena
me dieron en esta vida , fué verte fraile; y ahora
lo que me da mayor consuelo , es que lo seas: mi
alma te encomiendo, acuérdate de mí. Asistióle el
buen hijo hasta que murió , y después le reveló el
Señor las terribles penas que padecía su padre en
el purgatorio por espacio de ocho años, en los
cuales ofrecía por él misas, oraciones, ayunos y
penitencias, hasta que al fin do los ocho años vio
á su padre muy alegre , libre ya de aquellos tormentos.
Refirió esta visión san Luis con lágrimas
en los ojos, un año antes de morir, á su hermano
Jaime Bertrán, y á otro devoto suyo : y preguntado
de su hermano, cuál era la causa de haber
padecido su padre tan grandes y tan largas penas,
respondió , que entendía ora por haber sido gran
servidor de un gran señor de estos reinos; porque
debia de procurar agraciar demasiado al príncipe
(como suelen muchos) con desagrado de Dios.
5 No le dejaron sus religiosos volver á Lombay,
porque . no teniendo mas do veinte y cinco
años , le hicieron maestro de novicios del convento
de Valencia, supliendo la falta de edad su mucha
santidad y prudencia. Hizo tan escogidamente este
oficio que le eligieron después otras seis veces.
Para persuadir á sus novicios la observancia do
sus constituciones, procuraba que sus acciones
fuesen el alma de todas ellas , y que viesen en él
ejecutado todo lo que en ellas veían mandado. Era
el primero en la oración , y enseñábales el modo
do tenerla con provecho. Exhortábalos principalmonte
á meditar en la pasión do Cristo , diciendo,
que hallarían en ella el consuelo do todos sus ira-