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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIEMIIKE , h LA LEYENDA DE ORO.. 21 f<br />

divina; anles lo socorrió maravillosamente en los<br />

mayores aprietos. Sucedió, (pie habiendo trabajado<br />

todo el día en la visita <strong>de</strong> los enfermos, vuelto<br />

á casa no hallaron él ni sus criados que comer,<br />

habiéndose dado a los pobres cuanto habia, sin<br />

ocurrir por entonces <strong>de</strong> qué po<strong>de</strong>r socorrerse. Recogióse<br />

san Carlos á tener oración quedando los<br />

criados en la antecámara, tristes y cruzados los<br />

brazos, cuando entró un hombre quo trajo mil<br />

ducados <strong>de</strong> limosna, diciendo que los enviaba una<br />

persona principal. No so hallaban amas que bastasen<br />

á criar los niños <strong>de</strong> teta que quedaban huérfanos<br />

y <strong>de</strong>samparados, pero la caridad <strong>de</strong>l santo<br />

car<strong>de</strong>nal no les faltó, haciendo traer cabras que<br />

con su leche supliesen esta falta. Ponia particular<br />

diligencia en el amparo <strong>de</strong> estas criaturas, y lo<br />

sucedió muchas veces hallarlas en el regazo <strong>de</strong> las<br />

madres muertas <strong>de</strong> peste ó expuestas alas puertas<br />

<strong>de</strong> sus casas cuando pasaba <strong>de</strong> noche por laciudad,<br />

y hacíalas recoger y criar, como si fuera<br />

su propio padre.<br />

33 Por exhortación <strong>de</strong> san Carlos se <strong>de</strong>dicaron •<br />

muchas personas al servicio <strong>de</strong> los apestados, las<br />

cuales tenia prontas para remediar cualquier necesidad.<br />

Habíase apo<strong>de</strong>rado la plaga <strong>de</strong> una casa,<br />

enfrente <strong>de</strong>l palacio arzobispal, <strong>de</strong> cuyas ventanas<br />

se veian en una cama tres hijos , lóselos muertos<br />

y una mozuela <strong>de</strong> diez años, viva , mas cercana á<br />

espirar. Estaba la madre sola, y por temor <strong>de</strong>b<br />

contagio no se atrevía á llegar á darla algún consuelo<br />

, si bien la veia en el extremo <strong>de</strong> la vida y<br />

casi agonizando. Tuvo aviso san Carlos: y habiendo<br />

él mismo visto el estado <strong>de</strong> la pobrezuela , hizo<br />

llamar una doncella <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> santa<br />

Úrsula, que se le habia ofrecido para semejantes<br />

aprietos: mandóla socorriese á la enferma : entró<br />

<strong>de</strong>nodadamente la doncella (prueba <strong>de</strong> ser mayores<br />

lasfuerzas<strong>de</strong> la caridad que las <strong>de</strong> la naturaleza),<br />

y quitando la niña <strong>de</strong> en medio <strong>de</strong> los hermanos<br />

muertos, la lavó é hizo otros fomentos, y reparóla<br />

algún tanto. AI dia siguiente volvió á empeorar<br />

; y mientras la piadosa enfermera la disponia<br />

ala muerte, la pidió le hiciese ben<strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal.<br />

Llevóla en brazos á la ventana : hizo llamar<br />

al santo, sentado ya á la mesa: levantóse al punto<br />

y echóla su bendición. Parece que con ella la (ornó<br />

á la vida: sintió luego gran mejoría, y <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> poco tuvo salud perfecta. Otras muchas personas<br />

íueron las que sanaron con sola la bendición<br />

<strong>de</strong>l santo car<strong>de</strong>nal.<br />

3'i. No fué menos solícito el siervo <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong><br />

la salvación eterna <strong>de</strong> los apestados, que <strong>de</strong> la<br />

salud temporal ; no perdiendo ocasión en que pudiese<br />

aprovechar á sanos y enfermos, disponiendo<br />

como lodos pudiesen recibir los sacramentos y<br />

aprovecharse en el espíritu. Mandó so pena <strong>de</strong> la<br />

vida que en cuarenta dias ninguno saliese <strong>de</strong> su<br />

casa en toda la. ciudad : pues para que esta <strong>de</strong>tención<br />

tan larga no fuese do peligro á las almas con<br />

tan largo ocio, <strong>de</strong>spués do haber or<strong>de</strong>nado que<br />

antes <strong>de</strong>l primer día do aquella resolución todos<br />

confesasen y comulgasen , or<strong>de</strong>nó para los domás<br />

dias tales cosas, que estuvieron todos bien<br />

ocupados. Dispuso que lodos oyesen misa cada<br />

dia , á cuyo fin hizo levantar muchos altares en<br />

los cruceros <strong>de</strong> las calles y lugares <strong>de</strong> mayor publicidad<br />

<strong>de</strong> la ciudad , para que cómodamente pudiesen<br />

oir misa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus propias casas. Diputó sacerdotes<br />

que celebrasen lodos los días: proveyó<br />

<strong>de</strong> confesores que andaban <strong>de</strong> puerta en puerta<br />

con un banquillo en la mano confesando á lodo el<br />

pueblo. Estaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la casa el penitente , <strong>de</strong><br />

la parte <strong>de</strong> afuera sentado el confesor, y servia la<br />

puerta <strong>de</strong> confesonario. El domingo comulgaban<br />

en el mismo lugar con mucha reverencia : venia<br />

el cura con el santísimo Sacramento acompañado<br />

con luces : con lo cual casi todo el pueblo comulgaba<br />

los domingos, á modo <strong>de</strong> un convento religioso.<br />

Or<strong>de</strong>nó que en cada vecindad se hiciese oración<br />

siete veces entre dia y noche á dos c<strong>oro</strong>s,<br />

como si fueran tantos c<strong>oro</strong>s <strong>de</strong> canónigos. Cantaban<br />

salmos , letanías .y oraciones ó propósito <strong>de</strong><br />

las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l tiempo. <strong>La</strong>s horas estaban distribuidas<br />

con gran or<strong>de</strong>n; hacíase señal á cada una<br />

con la campana mayor <strong>de</strong>l Domo : luego todas las<br />

familias saüan á las ventanas, y un sacerdote ó<br />

persona diputada daba principio ó la oración , y<br />

los <strong>de</strong>más <strong>de</strong> rodillas respondían continuando hasta<br />

el fin , teniendo cada uno su librilo en la mano<br />

or<strong>de</strong>nado á este efecto. Era cosa <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> admiración<br />

, y que causaba ternura aun en los corazones<br />

mas endurecidos, ver aquella gran ciudad poblada<br />

<strong>de</strong> trecientas mil almas alabar á Dios á un<br />

mismo tiempo en tantas parles. Oíase un murmullo<br />

<strong>de</strong> infinitas voces, que clamaban misericordia<br />

al cielo en aquella pública miseria. Parecía la<br />

gran ciudad <strong>de</strong> Milán un milagroso c<strong>oro</strong> <strong>de</strong> religiosos<br />

<strong>de</strong> uno y otro sexo, que servian á Dios reclusos<br />

en sus celdas, ó la santa Jerusalen llena <strong>de</strong><br />

jerarquías celestiales. Halló á mas <strong>de</strong> los referidos,<br />

otros entretenimientos espirituales en que gastasen<br />

útilmente el dia; porque el ocio, origen <strong>de</strong> lodo<br />

mal, no ocasionase algún daño. Publicó para esle<br />

efecto una carta pastoral, en que exhortaba á hacer<br />

algunas oraciones que dio impresas, y á leer libros<br />

espirituales:, instruíales tambiéná hacer oración<br />

mental, señalando los puntos <strong>de</strong> la meditación para<br />

todos los dias, insertos en la misma carta. Concedió<br />

á esto fin muchas indulgencias ó los que se<br />

ejercitaban en estas <strong>de</strong>vociones y encomendaban<br />

á nuestro Señor los oprimidos <strong>de</strong>l mal. Or<strong>de</strong>nadas<br />

las cosas, quo solo-su pru<strong>de</strong>ncia y santidad alcanzaran<br />

para que cada uno cumpliese con su obligación<br />

, y el gobierno caminase con quietud y observancia<br />

<strong>de</strong> estas ór<strong>de</strong>nes; ol santo arzobispo, como<br />

cabeza y caudillo, salía todos los días ó la visita <strong>de</strong><br />

la ciudad, hospital y campañas, distribuidos los<br />

dias <strong>de</strong> la semana para que su provi<strong>de</strong>ncia alcanzase<br />

á todas parles. Estaba siempre en continua<br />

acción , no solo <strong>de</strong> dia , pero sucedia ocuparse<br />

muchas veces seis y siete horas <strong>de</strong> la noche fuera<br />

<strong>de</strong> su casa en proveer muchas cosas que ocurrian.<br />

3o Cuando no habia osla reclusión, cntrelenia<br />

al pueblo con otros santos ejercicios y procesiones<br />

: y aunque al principio tuvo contradicción en<br />

oslo, no pareciendo convenientes concursos y<br />

apreturas en tiempo tan contagioso; con lodo eso<br />

el santo prelado siguió el ejemplo <strong>de</strong> san (Irego-

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