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La leyenda de oro 4.pdf

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eso (replicó el padre), si yo soy Fr. Juan <strong>de</strong> la<br />

Cruz, y noel que allí está? Asuslada la tornera,<br />

le dijo que lo fuese á ver : fué allá , y al punto que<br />

lo vio, se <strong>de</strong>svaneció el <strong>de</strong>monio, y halló la monja<br />

casi <strong>de</strong>sesperada. Habiéndola restaurado y animado<br />

, pon<strong>de</strong>rándola la flaqueza <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, pues<br />

huia <strong>de</strong> un pobre fraile <strong>de</strong>scalzo , empezó á conjurar<br />

los <strong>de</strong>monios en presencia <strong>de</strong> muchas monjas<br />

que ya habian acudido al locutorio: y tanta<br />

fué su eficacia y la gracia <strong>de</strong> Dios que en él obraba<br />

, que no solo obligó á los <strong>de</strong>monios á confesar<br />

que su príncipe los habia enviado para hacer <strong>de</strong>sesperar<br />

aquella alma , sino que también á que saliesen<br />

<strong>de</strong> su cuerpo y volviesen la cédula. Todo<br />

lo cumplieron á su pesar, y á vista <strong>de</strong> todos arrojaron<br />

lo cédula que luego quemó el santo padre.<br />

Quedó con esto la religiosa libre en el cuerpo y<br />

en el alma; y sus prelados tan agra<strong>de</strong>cidos y admirados<br />

<strong>de</strong>l santo padre, que le aclamaron por<br />

segundo Basilio.<br />

18 No solo lo quitó al <strong>de</strong>monio estas presas,<br />

sino otras muchas : entre las cuales fué una dama<br />

principal que con su hermosura y donaire hacia<br />

mucho daño en el pueblo. No bastando otros medios<br />

que intentaron sus <strong>de</strong>udos, la persuadieron<br />

que se confesase con el <strong>de</strong>scalzo carmelita: y aunque<br />

lo resistió mucho, al fin se redujo á hacerlo.<br />

Recibióla el confesor con mucha caridad , y <strong>de</strong> tal<br />

manera trocó su alma, que vestida <strong>de</strong> grosera<br />

jerga, <strong>de</strong>vota, penitente y retirada, borró las<br />

livianda<strong>de</strong>s pasadas. Otra , que con voto habia<br />

consagrado á Dios su castidad , <strong>de</strong> suerte la<br />

mancillaba, que con sus livianda<strong>de</strong>s era público<br />

tropiezo y escándalo. Acertó por su buena suerte<br />

á comunicar al santo padre , y con la eficacia<br />

<strong>de</strong> sus encendidas exhortaciones la <strong>de</strong>jó tan compungida,<br />

que apartándose <strong>de</strong> la ocasión , lavó con<br />

sus lágrimas el sacrilegio pasado. Sintiólo tanto el<br />

cómplice , que buscando al santo , le dio tantos<br />

palos, quo lo <strong>de</strong>rribó en el suelo , <strong>de</strong>jándolo muy<br />

maltratado. Sentido el <strong>de</strong>monio <strong>de</strong> tantas ánimas<br />

como le sacaba <strong>de</strong> lasañas el <strong>de</strong>scalzo , le armó un<br />

lazo para cogerle la suya. Encendió en el corazón<br />

<strong>de</strong> una hermosa y honesta doncella un gran<strong>de</strong> fuego<br />

<strong>de</strong> lujuria , y tanto lo atizó y lo sopló, que sin<br />

po<strong>de</strong>rse valer la cuitada , se salió á <strong>de</strong>shora <strong>de</strong> su<br />

casa y se arrojó al aposento <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios. Díjole<br />

la pasión que la traia : y reconociendo el santo<br />

ser obra <strong>de</strong> Satanás y violencia diabólica , pasando<br />

<strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>stia ó su eficacia, <strong>de</strong> tal manera la<br />

afeó el arrojo do su liviandad , y tal golpe <strong>de</strong> razones<br />

y consi<strong>de</strong>raciones la arrojó , que la <strong>de</strong>sató<br />

en un mar <strong>de</strong> lágrimas; y corrida y enmendada,<br />

vol vio á su casa muy diferente <strong>de</strong> lo que habia salido<br />

<strong>de</strong> ella. No sallándole bien este lance, intentaron<br />

otros sus enemigos, y por sí mismos le hadan<br />

continua guerra y le atormentaban con fieros<br />

golpes y visiones horribles; pero <strong>de</strong> todos le sacaba<br />

el Señorcon victoria,y él le correspondía con profunda<br />

humildad , y con nuevos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer<br />

mas por su amor.<br />

19 Compíleselos su Majestad largamente, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber trabajado cinco años en la cultura<br />

<strong>de</strong>l dicho convento <strong>de</strong> la Encarnación ; porque en<br />

LA LEYENDA DE ORO. NOVIEMBRE 21<br />

otra parte le tenia prevenida tan larga tela <strong>de</strong> persecuciones<br />

, penalida<strong>de</strong>s y trabajos , que no cabe<br />

en esta breve relación: baste saber, que con increíble<br />

constancia ó invicta paciencia pudo <strong>de</strong>cir<br />

lo quo <strong>de</strong>cia el santo Job: «¿J'engo yo por ventura<br />

fortaleza <strong>de</strong> piedra , ó mi carne es do bronce ?»<br />

Viéndole pelear tan esforzadamente su Majestad,<br />

varias veces le consoló , y la Virgen santísima por<br />

tres veces le visitó y llenó el alma <strong>de</strong> luces y celestiales<br />

consuelos. Con ellos compuso en esta ocasión<br />

aquellas divinas y profundas canciones que<br />

empiezan : «¿En dón<strong>de</strong> te escondiste?» que <strong>de</strong>spués<br />

explicó altísimamente; y andan impresas en<br />

sus libros. Salió finalmente <strong>de</strong> esta pelea y tribulación<br />

, para alumbrar y enriquecer su religión con<br />

prelacias, y doctrinas y ejemplos <strong>de</strong> su santa vida,<br />

así como el antiguo José salió <strong>de</strong> la cisterna, para<br />

reinar y favorecer á Egipto. Pero tan saboreado<br />

salió <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cer y <strong>de</strong> las penas, que oyendo poco<br />

<strong>de</strong>spués cantar esta copla :<br />

« Quien no sabe <strong>de</strong> penas<br />

en este triste valle <strong>de</strong> dolores,<br />

no sabe <strong>de</strong> buenas,<br />

ni ha gustado <strong>de</strong> amores;<br />

pues penas es el traje <strong>de</strong> amadores : »<br />

se quedó arrobado por una larga hora. El arrobarse<br />

entre consuelos , revelaciones y otras comunicaciones<br />

suaves <strong>de</strong>l cielo , es ordinario ; pero ararrobarse<br />

a! sonido <strong>de</strong> las penas, <strong>de</strong> las amarguras<br />

y <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cer , cosa es bien rara y <strong>de</strong> espíritu<br />

muy <strong>de</strong>scarnado y sólido.<br />

20 Después <strong>de</strong> esto fué á gobernar el convento<br />

<strong>de</strong>l Calvario, que resplan<strong>de</strong>cía en observancia,<br />

toda virtud y rigor <strong>de</strong> vida ; mas como era (analta<br />

la suya , todo lo levantó <strong>de</strong> punto. <strong>La</strong> oración, silencio<br />

y penitencia que entabló con su ejemplo y<br />

con su exhortación , <strong>de</strong>jaron muy atrás las que<br />

hasta entonces habian practicado , aunque eran<br />

muy gran<strong>de</strong>s. Estaba este convento pobre y en<br />

<strong>de</strong>sierto : y aunque se pa<strong>de</strong>cian muchas necesida<strong>de</strong>s<br />

, aquí acudía el Señor con maravillas, por la<br />

oración y confianza <strong>de</strong> su siervo. Fallando una vez<br />

el pan , mandó se buscase algún mendrugo y se pusiese<br />

á la mesa; y bajando la comunidad, como<br />

solía , al refectorio , les hizo una plática tan espiritual<br />

en alabanza <strong>de</strong> la pobreza , que sin comer<br />

bocado se levantaron do la mesa satisfechos. Pero<br />

apenas se recogian á las celdas, cuando llamando<br />

á la portería, halló el oficial á un hombre,<br />

que con una carta que traia le dio una carga <strong>de</strong><br />

mantenimientos. Avisado el santo prelado que estaba<br />

en oración, y abriendo la carta , se puso á<br />

llorar. Preguntado por qué lloraba ; respondió :<br />

Ll<strong>oro</strong> , hermano , porque nos tenga el Señor por<br />

tan flacos , que aun un dia no nos fia el que pa<strong>de</strong>zcamos<br />

abstinencia. En Iznalorafe se entró el<br />

<strong>de</strong>monio en el cuerpo <strong>de</strong> un hombre miserable que<br />

He atormentaba mucho, y no lo podían echar con<br />

los exorcismos do la Iglesia : llamado el santo padre<br />

, luego que le vio el paciente, empezó á dar<br />

gran<strong>de</strong>s voces , y <strong>de</strong>cir: Ya tenemos otro Basilio<br />

en la tierra, que nos persiga. Así fué; porque,<br />

sin que le valiese su gran<strong>de</strong> resistencia, la eficacia

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