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La leyenda de oro 4.pdf

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or.Tiiüiiii, 10<br />

el año <strong>de</strong> 1530 , á su ejercicio do maestro do novicios.<br />

<strong>La</strong> cuaresma siguiente predicó en la villa<br />

do Alcoy con gran<strong>de</strong> l'rulo y ejemplo; porque con<br />

la tarea <strong>de</strong> los sermones y confesiones juntaba<br />

gran<strong>de</strong>s asperezas, durmiendo sobre una estera, y<br />

ayunando muchos dias á pan y agua. Iba algunas<br />

veces ú Concenlalna á satisfacer la <strong>de</strong>voción <strong>de</strong> la<br />

con<strong>de</strong>sa doña María <strong>de</strong> Mendoza , señora <strong>de</strong> gran<br />

virtud : y aunque lo ponían un aposento bien a<strong>de</strong>rezado<br />

, y con buena cania , nunca durmió en ella<br />

como lo observó Fr. Ledro Mico , que entonces era<br />

seglar, y servia á la con<strong>de</strong>sa; y él mismo docia,<br />

que por mucho que madrugase para ir al aposento<br />

<strong>de</strong>l canto , siempre le bailaba <strong>de</strong> rodillas en oración.<br />

Llegaron a la playa <strong>de</strong> Valencia unas galeotas<br />

<strong>de</strong> m<strong>oro</strong>s, cargadas <strong>de</strong> cautivos cristianos que<br />

habian cogido en las costas <strong>de</strong>l reino , y el arráez,<br />

mientras se trataba <strong>de</strong>l rescate, salió un día <strong>de</strong><br />

fiesta con otros m<strong>oro</strong>s á pasearse por la ciudad.<br />

El santo que con una encendida caridad juntaba<br />

el zelo <strong>de</strong> Elias, sintió esto mucho; y juntando á<br />

primera noche ú sus novicios, les dijo : ¿Quién sufrirá<br />

esto , hijos mios, que los enemigos <strong>de</strong> Cristo,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber cautivado á los cristianos , se<br />

vengan á pasear por la ciudad , y so vayan alabando<br />

<strong>de</strong> ello? Hinquémonos <strong>de</strong> rodillas , y digamos<br />

un salmo contra los m<strong>oro</strong>s. Oyó Dios su oración<br />

, y mostró cpie habia nacido <strong>de</strong> zelo <strong>de</strong> su<br />

mayor gloria ; porque, haciéndose a la vela los m<strong>oro</strong>s<br />

, se levantó una tempestad , y los echó á fondo.<br />

Pidiéronle que encomendase á Dios un hombro<br />

(jue estaba en pecado mortal, para que saliese <strong>de</strong><br />

él : lazólo el santo , y dijo á la persona que se lo<br />

habia pedido , que Dios queria dar un castigo muy<br />

sensible á aquel hombre , y con eso se enmendarla.<br />

Dentro <strong>de</strong> breve tiempo se le murió el hijo que<br />

mas amaba, y con la pena abrió los ojos, y enmendó<br />

su mala vida.<br />

S Tuvo noticia <strong>de</strong> la necesidad que habia en<br />

las Indias <strong>de</strong> ministros evangélicos , y compa<strong>de</strong>cido<br />

<strong>de</strong> tanta gentilidad como vivo y muero sin conocimiento<br />

<strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro Dios, alcanzada licencia<br />

do su prelado, <strong>de</strong>terminó partirse á las Indias á<br />

procurarla salud do aquellas almas tan <strong>de</strong>samparadas.<br />

Pon<strong>de</strong>rábanle sus amigos los trabajos gran<strong>de</strong>s<br />

que pa<strong>de</strong>cían los ministros evangélicos , y la<br />

crueldad con que los bárbaros les quitaban las vidas<br />

; pero nada bastaba á mudar su <strong>de</strong>terminación,<br />

ni entibiar sus <strong>de</strong>seos; antes se encendian mas por<br />

la ardiente sed que tenia <strong>de</strong> la c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong>l martirio<br />

, que esperaba po<strong>de</strong>r allí conseguir. Procuraron<br />

sus hermanos y parientes <strong>de</strong>tenerle con ruegos<br />

y lágrimas, y los frailes con razones, proponiéndole<br />

su mucha flaqueza y enfermeda<strong>de</strong>s, para tan<br />

dificultosa empresa , hasta <strong>de</strong>cirle el prior <strong>de</strong>l convento<br />

<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Valencia , que no le daria el<br />

viático que se suele duren aquella provincia á los<br />

que caminan; y sus hermanos, que no esperase<br />

do ellos ningún socorro para el camino; pero él,<br />

entendiendo que aquella ora la voluntad <strong>de</strong> Dios<br />

nuestro Señor, no <strong>de</strong>sistió <strong>de</strong> su intento ; y así, habiendo<br />

hecho una plática á sus novicios, exhortándolos<br />

á la observancia do la regla , y pidiendo<br />

con mucha humildad perdón <strong>de</strong>l mal ejemplo que<br />

LA LEYENDA DE ORO. ü3<br />

los habia dado , los echó su bendición, y alcanzada<br />

con gran dificultad la <strong>de</strong> su prior, se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong><br />

sus frailes con muchas lágrimas, y se partió á la<br />

ciudad <strong>de</strong> Sevilla solo y á pió , con unas alforjas<br />

al hombro en que llevaba sus libros. Cuando supieron<br />

sus hermanos la partida <strong>de</strong>l santo , le siguieron<br />

y alcanzaron en la ciudad <strong>de</strong> Jáliva, una<br />

jornada do la ciudad <strong>de</strong> Valencia : y como no pudieron<br />

<strong>de</strong>tenerle, le dieron dinero para ol camino,<br />

y él compró un jumentillo , porque su corta salud<br />

no le permitía irá pié , y en él llegó hasta la ciudad<br />

<strong>de</strong> Sevilla , don<strong>de</strong> se embarcó para las Indias.<br />

En la nave le reverenciaron luego como á santo<br />

los navegantes ; porque notaron su mo<strong>de</strong>stia, humildad<br />

y mortificación ; y en levantándose alguna<br />

tormenta , acudían á él á pedirlo el socorro <strong>de</strong> sus<br />

oraciones, con las cuales so lenian por seguros.<br />

9 Aportó á Cartagena <strong>de</strong> las Indias y fuese á<br />

su convento <strong>de</strong> San José, don<strong>de</strong> fué muy bien recibido<br />

<strong>de</strong> sus frailes. Y no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir en pocas<br />

palabras el fruto que hizo en el nuevo reino do<br />

Granada. Envióle la obediencia á muchos lugares,<br />

para doctrinar los indios, en los cuales hizo muchas<br />

maravillas, y convirtió muchas almas. Luego<br />

que llegó al primer pueblo <strong>de</strong> sus doctrinas, \mo<br />

á él un indio idólatra con un niño ea las manos,<br />

pidiendo que se le bautizase. Preguntóle el santo,<br />

por qué, siendo él gentil, queria que su hijo fuese<br />

cristiano. Y respondió el indio : Porque osle niño<br />

se mucre , y me ha dicho en el monte un buen espíritu<br />

que tú has venido aquí; y si le bautizas, se<br />

salvará. Bautizóle poniéndole por nombre Miguel,<br />

y luego murió; quedando el siervo <strong>de</strong> Dios muy<br />

consolado do que el primero que bautizaba se<br />

iba <strong>de</strong>recho al cielo. Predicando en otro pueblo , no<br />

pudo hacer fruto, sino en dos indios que recibieron<br />

el santo bautismo : lo cual sintió tanto el <strong>de</strong>monio<br />

, que estando los indios en una borrachera<br />

<strong>de</strong> las que acostumbran, en las cuales invocan<br />

al <strong>de</strong>monio, seles apareció en forma horrible y<br />

espantosa, y les dijo : ¿Cómo me invocáis ahora<br />

estando aquí dos cristianos? Quitádmelos <strong>de</strong> <strong>de</strong>lante.<br />

Y luego vieron todos á su lado un hombre<br />

vestido como cristiano , el cual les dijo, (pío Fr.<br />

Luis Bertrán le enviaba para <strong>de</strong>cirles que les engañaba<br />

el <strong>de</strong>monio , que no le creyesen. Quedaron<br />

tan admirados y movidos con esta visión , quo todos<br />

los indios, que pasaban <strong>de</strong> mil y quinientos, so<br />

pusieron en camino juntos, y fueron al pueblo<br />

don<strong>de</strong> estaba el santo , y le pidieron el bautismo;<br />

y el santo , informado <strong>de</strong>l caso, habiéndolos catequizado<br />

, ó instruido en los misterios do nuestra<br />

sania fé , los bautizó á todos con increíble gozo do<br />

su espíritu. En Turbara estuvo por espacio do tres<br />

años , y convirtió y bautizó por sus propias manos,<br />

cuantos infieles halló, que pasaban <strong>de</strong> tres mil.<br />

Daba eficacia á sus ferv<strong>oro</strong>sos sermones su vida<br />

verda<strong>de</strong>ramente apostólica: porque su casilla era<br />

muy pobre y <strong>de</strong>sacomodada : su comida se puedo<br />

llamar ayuno : su cama se componia do unos palos,<br />

sin colchón ni almohada : disciplinábase con ca<strong>de</strong>nas<br />

<strong>de</strong> hierro; y ofrecía penitencias , oraciones y<br />

lágrimas por la conversión do las almas. Tanto era<br />

su zelo, quo dos años hizo penitencia, y ofreció sa-

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