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DICIEMBRE, 3 LA LEYENDA DE ORO<br />
espantado el hombre <strong>de</strong> ella se compungió y vino<br />
¡í buscar al santo , y se confesó y puso en sus ma<br />
nos , echando <strong>de</strong> su casa las ocasiones que tenia <strong>de</strong><br />
pecar.<br />
56 Todo esto enseñaba al sanio varón (como<br />
dijimos) el amor <strong>de</strong>l Señor , que es gran maestro,<br />
y juntamente le daba gracia para juntar con esta<br />
facilidad y blandura una gravedad y composlura<br />
religiosa, tan rara, que no perdía un punto <strong>de</strong> su<br />
autoridad, ni <strong>de</strong> la opinión que <strong>de</strong> su santidad<br />
leniar. lodos , por verle tan familiar con los pecadores<br />
que pretendía ganar; porque era alegremente<br />
grave y gravemente alegre y todas sus acciones<br />
olían á santidad. Maravillosa era la suavidad <strong>de</strong><br />
su rostro, la dulzura <strong>de</strong> su trato y afabilidad <strong>de</strong><br />
su conversación; pero su santidad era tan conocida<br />
y estimada , que no disminuía nada <strong>de</strong> la reverencia<br />
y respeto que á tan alta personase <strong>de</strong>bía<br />
, y los que mas le trataban le lenian en mayor<br />
veneración , y algunos se echaban á sus pies, y<br />
cuando le hablaban no se querian cubrir <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> él, por mas que se les rogase é importunase;<br />
porque les parecía que no hablaban con un hombre<br />
común y mortal, sino con un hombre divino,<br />
por quien les hablaba Dios.<br />
57 A la cumbre y perfección <strong>de</strong> esla caridad<br />
y amor <strong>de</strong>l Señor subió san Francisco Javier<br />
favorecido y llevado <strong>de</strong> su gracia por medio do<br />
la mortificación y victoria <strong>de</strong> sí mismo y <strong>de</strong> la oración<br />
, que son las dos alas con que el alma pura y<br />
<strong>de</strong>sembarazada vuela á Dios. <strong>La</strong> mortificación<br />
(pie tuvo esle santo varón, y el fervor con que<br />
procuró alcanzar perfecta victoria <strong>de</strong> si mismo, se<br />
echa <strong>de</strong> ver en las dos cosas que entre otras muidlas<br />
hizo y nosotros arriba habernos contado: la<br />
una , <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les nudosos con que se aló y <strong>de</strong><br />
los dolores que pa<strong>de</strong>ció para vencer y mortificar<br />
la ligereza y gusto que había tenido <strong>de</strong> correr y<br />
sallar; y la otra, la fuerza y ardor <strong>de</strong> espíritu con<br />
que lamió las llagas <strong>de</strong>l pobre enfermo en Yene—<br />
cía y le chupó la podre que <strong>de</strong> ellas corria , para<br />
triunfar <strong>de</strong> sí y vencer el horror , asco y repugnancia<br />
que <strong>de</strong> curar aquel pobre sentía. Todo el<br />
resto <strong>de</strong> su vida fué una perpetua mortificación en<br />
la comida y bebida, en el vestido pobre y roto,<br />
en los ayunos , disciplinas, cilicios y penitencias,<br />
como en lo que hasta aquí habernos referido se<br />
puedo ver. Su comida comunmente era la que pedia<br />
y le daban <strong>de</strong> limosna : apenas comia carne<br />
ni bebía vino , sino cuando le convidaban , y comía<br />
con algún amigo , que entonces se acomodaba<br />
a los otros para ganarlos mas fácilmente para<br />
Dios : el cual le dio una victoria lan perfecta <strong>de</strong><br />
su carne (que es el enemigo mas peligroso y doméstico<br />
que tenemos) que guardó perpetuamente<br />
su virginidad sin corrupción, con una entereza lan<br />
extraña , y con un aborrecimiento á cualquiera<br />
pensamiento feo y torpe, tan gran<strong>de</strong>, que una vez<br />
durmiendo , por haber tenido en sueños una representación<br />
carnal , <strong>de</strong>spertó echando mucha<br />
copia <strong>de</strong> sangre por las narices , <strong>de</strong>spavorido y<br />
sobresaltado, y como fuera do sí, por el horror <strong>de</strong><br />
aquella representación, y por la fuerza que se hizo<br />
en <strong>de</strong>secharla.<br />
TOMO IV.<br />
401<br />
58 Mas ¿qué lengua podrá explicar la oración<br />
tan continua, lan ferv<strong>oro</strong>sa y lan regalada en esio<br />
gran siervo <strong>de</strong>l Señor , y las merce<strong>de</strong>s y favores<br />
que él le hizo, y le comunicó en la oración? Porque<br />
estando todo el día ocupado en negocios, ó<br />
en caminos v peligrosas navegaciones , y siendo<br />
<strong>de</strong> suyo lan benigno y tan afable con todos, es cosa<br />
que espanta ver que en cualquiera lugar y cualquiera<br />
cosa que luciese, siempre estaba en sí y con<br />
Dios , como si fuera un ermitaño , y viviera en<br />
un risco apartado y olvidado <strong>de</strong> todas las cosas<br />
<strong>de</strong>l mundo : y aunque todas las cosas que trataba<br />
le servían <strong>de</strong> libro y como <strong>de</strong> espejo,<br />
que le presentaban á Dios; todavía tenia sus<br />
tiempos <strong>de</strong>terminados para la oración: y cuando<br />
las ocupaciones eran tantas que no podía<br />
aten<strong>de</strong>r á ellas , ó por servir á los enfermos , ó<br />
por predicar á los gentiles , ó por otra obra <strong>de</strong><br />
candad , quitaba <strong>de</strong> las horas <strong>de</strong>l sueño breve que<br />
solía dar a su cansado cuerpo , para darlas á la<br />
oración queriendo , que faltase antes al cuerpo<br />
el necesario reposo , que al alma su sustento y<br />
entretenimiento con Dios. No pocas veces pasó<br />
todas las noches orando y comemplando sin cerrar<br />
los ojos; y el poco tiempo que dormía , mas<br />
oraba que dormía; porque durmiendo, muchas<br />
veces gemía , y con un am<strong>oro</strong>so suspiro <strong>de</strong>cía a<br />
voces: ¡ Buen Jesús mío I ¡O amor <strong>de</strong> mi alma!<br />
| O Criador min ! ¡ O mi Señor ! y otras semejantes:<br />
y <strong>de</strong>spués preguntado , por qué durmiendo<br />
clamaba , respondía el santo , que él no sabia ,<br />
ni se acordaba <strong>de</strong> tal cosa. Era san Francisco <strong>de</strong>votísimo<br />
<strong>de</strong> la sacratísima pasión <strong>de</strong> nuestro Señor<br />
, y meditaba muy á menudo los divinos misterios<br />
, que en ella se nos representan , y <strong>de</strong>cía ,<br />
que eran firmes testimonios y seguras prendas<br />
<strong>de</strong>l amor que el Señor nos tiene, y vivos ejemplos<br />
que nosotros <strong>de</strong>bemos imitar. Aparejábase antes<br />
<strong>de</strong> la oración con sumo cuidado : rezaba el oficio<br />
divino con particular atención y <strong>de</strong>voción ; v antes<br />
<strong>de</strong> comenzarle <strong>de</strong>cía el himno : Yeni, Creatar<br />
Spirilus: y aunque por andar lan ocupado<br />
en cosas <strong>de</strong> tanta caridad y servicio <strong>de</strong> Dios , pudiera<br />
rezar el breviario <strong>de</strong> lies lecciones (que <strong>de</strong>spués<br />
la santidad <strong>de</strong> Pió V prohibió) <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal<br />
don Francisco Quiñones , por ser mas breve ,<br />
y tuvo licencia para ello ; nunca quiso sino rezar<br />
por el breviario común , que usa la Iglesia romana,<br />
por conformarse mascón ella. Tuvo muy particular<br />
<strong>de</strong>voción á la santísima Trinidad y á Cristo<br />
nuestro Salvador, y á su purísima Madre la<br />
virgen María; y así en la hora <strong>de</strong> su muerte encomendó<br />
particularmente su alma á los que en<br />
su vida tantas veces se la había encomendado.<br />
Hacía muy á menudo oración al arcángel san Miguel<br />
, á su ángel <strong>de</strong> Guarda , y á los <strong>de</strong>más ángeles<br />
que son gobernadores do las provincias, y presi<strong>de</strong>ntes<br />
<strong>de</strong> los reinos en que él estaba.<br />
50 Su oración, a<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> ser continua , era<br />
ardiente y ferv<strong>oro</strong>sa, y muchas veces se transportaba<br />
y arrobaba en ella. Fué visto <strong>de</strong> noche en<br />
Goa , paseándose en la huerta como fuera <strong>de</strong> sí,<br />
y al cabo <strong>de</strong>. ralo alzar con las manos <strong>de</strong>l pecho<br />
la ropa que liaia (por el gran fuego que sentía en<br />
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