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230 LA LEYEND. A DE ORO. KOVIEMRRE, 12<br />
tas palabras: «Yo glorifico al Señor porque nos<br />
envía las tribulaciones como él sabe que conviene,<br />
especialmente viendo que en esta tierra es tan<br />
gran<strong>de</strong> la hambre y la necesidad, que el pan se<br />
nombra v no se ve, y si <strong>de</strong> allá no se nos envia<br />
algún socorro, es imposible vivir aquí. El espíritu<br />
está pronto, la carne Haca :» y en otra epístola,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber encarecido su pobreza y necesidad<br />
, aña<strong>de</strong> estas palabras: « El Señor tendrá cuidado<br />
<strong>de</strong> este mi cuerpo flaco y vil , y le gobernará<br />
como fuere servido, ahora sea afligiéndome con<br />
continuas tribulaciones; ahora dándome algún refrigerio<br />
y breve reposo. El Señor está cerca , y así<br />
no hay para que tener solicitud : porque confio cu<br />
su misericordia , que me encaminará á lo que mas<br />
le agradare, y hará do mí su voluntad. Saludad<br />
á todos en el Señor, especialmente á los que por<br />
su amor se han compa<strong>de</strong>cido <strong>de</strong> mis ca<strong>de</strong>nas y trabajos.»<br />
Esto es <strong>de</strong>l mismo san Martin : el cual<br />
<strong>de</strong>ntro do pocos chas vino á morir con grandísima<br />
paciencia , como glorioso mártir <strong>de</strong> Cristo nuestro<br />
Señor. Falleció en el año Gol, á '12 días <strong>de</strong>l mes<br />
<strong>de</strong> noviembre, en que la Iglesia católica celebra su<br />
fiesta, habiendo tenido la silla <strong>de</strong> san Pedro , sega<br />
n el car<strong>de</strong>nal liaromo, seis años, tres meses y<br />
doce días. Ilustró el Señor á este santísimo pontífice<br />
v esclarecido mártir con muchos milagros<br />
que obro en vicia ven muerte; porque aun en el<br />
tiempo que estaba en Conslantinopla aprisionado<br />
y afligido , dio vista á un ciego con su oración , como<br />
¡o escribe san Audoeno , obispo <strong>de</strong> Roban , en<br />
la vida <strong>de</strong> san Eligió: y <strong>de</strong>spués que murió, dice<br />
el autor que escribe su <strong>de</strong>sherró y martirio, y fué<br />
su compañero y testigo <strong>de</strong> vista , que lodos los enfermos<br />
<strong>de</strong> varias dolencias , llegando á su santo<br />
sepulcro, sanaban <strong>de</strong> ellas : los ciegos eran alumbrados<br />
: los sordos oian : los mudos hablaban : los<br />
mancos y cojos sanaban: los en<strong>de</strong>moniados quedaban<br />
libres ; y ninguno <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> alcanzar lo<br />
que pedia á Dios por intercesión <strong>de</strong> su santo. Su<br />
sagrado suerpo se transfirió <strong>de</strong>spués á Roma , y<br />
fué colocado en el título <strong>de</strong> Esquicio , que es la<br />
iglesia <strong>de</strong> San Silvestre . papa , y <strong>de</strong> San Marlin,<br />
chispo , que va antes eslaba edificada en honra <strong>de</strong><br />
estos dos santos ; y <strong>de</strong>spués que se sepultó en ella<br />
el cuerpo <strong>de</strong> san Martin, papa y mártir , algunos<br />
pensaron que habia sido edificada en honra suya,<br />
y no <strong>de</strong> san Martin , el obispo. Este fué el fin que<br />
tuvo este glorioso mártir <strong>de</strong> Dios, muriendo con<br />
un prolijo y penoso martirio, por la puridad do<br />
nuestra santa le, y por la unión <strong>de</strong> la Iglesia católica,<br />
permitiendo nuestro Señor tan gran maldad<br />
y tan <strong>de</strong>testable sacrilegio, para probar y<br />
afinar mas al santo pontifico, y c<strong>oro</strong>narle en el<br />
cielo con la gloriosa c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong> martirio , y para<br />
castigar al emperador Constante por este y otros<br />
<strong>de</strong>litos que cometió: porque <strong>de</strong>jando aparte las<br />
otras calamida<strong>de</strong>s que pa<strong>de</strong>ció , y la disminución<br />
y menoscabo <strong>de</strong> su imperio (que fué muy gran<strong>de</strong>)<br />
, él mismo pasó á Italia con un po<strong>de</strong>roso<br />
ejército, é hizo guerra á Grimaldo, rey délos<br />
longobardos, y fué vencido y <strong>de</strong>sbaratado su<br />
ejército en el reino <strong>de</strong> Ñapóles. Después llegó á<br />
Roma: y habiendo sido recibido con gran solem-<br />
nielad <strong>de</strong>l papa Vilahano y <strong>de</strong> los otros moradores<br />
<strong>de</strong> aquella sania ciudad, en doce dias solos<br />
que eslavo en ella , la robó y <strong>de</strong>spojó, nó como<br />
emperador y señor, sino como enemigo y tirano.<br />
De allí navegó al reino <strong>de</strong> Sicilia, ó imponiendo<br />
nuevas é injustas cargas y tributos en todas las<br />
provincias á él sujetas, se hizo tan odioso y mal<br />
qmsto, que le fué causa <strong>de</strong> su muerte: la cual le<br />
dieron estando en un baño, por mandado <strong>de</strong> un<br />
capitán suyo; para que entendamos, que aunque<br />
Dios nuestro Señor algunas veces permite tan<br />
gran<strong>de</strong>s males y excesos, y por algún tiempo los<br />
disimula; pero que al fin los castiga , aun en esta<br />
vida, para ejemplo y escarmiento do oíros. De<br />
san Martin , papa y mártir, hacen mención los<br />
Martirologios romanos, y los mas, aunque no lodos,<br />
concuerdan en el cha <strong>de</strong> su martirio. También<br />
escriben ele él los autores<strong>de</strong> la ¡listona pontifical<br />
, y c! que arriba alegamos que le acompañó<br />
y escribió su vida, y el car<strong>de</strong>nal Raronio en- sus<br />
anotaciones <strong>de</strong>l Martirologio , y en el vm tomo d e<br />
sus Anales.<br />
SAN MIELAN DE LA COGULLA , CONFESOR. —<strong>La</strong><br />
vida <strong>de</strong> san Millan , monje , que otros llaman Emiliano,<br />
escribió san Braulio, arzobispo <strong>de</strong> Zaragoza,<br />
y discípulo <strong>de</strong> san Isid<strong>oro</strong> : <strong>de</strong>l cual, y <strong>de</strong> los breviarios<br />
antiguos <strong>de</strong> España, sacaremos lo que<br />
aquí se dirá.<br />
2 Fué san Millan <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong> Rioja : siendo<br />
mozo era pastor, y guardaba ganado: enlreleníase,<br />
como suelen los pastores, en tañer un rabel;<br />
y con la dulzura <strong>de</strong> aquella música rústica aliviaba<br />
su trabajo , y <strong>de</strong>sechaba el cansancio ele la soledad.<br />
Al son <strong>de</strong> eslo su instrumento se quedó un<br />
dia dormido; y nuestro Señor le dio en el sueño<br />
tal gusto espiritual, que <strong>de</strong>spertó con nuevo<br />
menosprecio <strong>de</strong> todas las cosas <strong>de</strong> la tierra , y<br />
vivo <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>l cielo. Fuese luego al yermo<br />
en basca do un santo ermitaño , llamado<br />
Félix , que moraba en el <strong>de</strong>sierto , para ser enseñado<br />
en aquella vida que quena seguir. Félix le<br />
enseñó, y mucho mas el Señor invisiblemente,<br />
alumbrándole ó inspirándole como á hombre que<br />
ya habia escogido para doctrina y ejemplo ele<br />
otros. Apartóse <strong>de</strong>spués á vivir en una soledad,<br />
cerca <strong>de</strong>l lugar llamado Birgegio : pero como él<br />
era amigo <strong>de</strong> la quietud , y la mucha gente que<br />
venia á buscarle le estorbase su santo reposo,<br />
<strong>de</strong>terminó meterse mas a<strong>de</strong>ntro, en lo mas alio y<br />
mas áspero <strong>de</strong> un monte , llamado enlonc.es Destorció.<br />
En aquel yermo perseveró cuarenta años,<br />
apartado <strong>de</strong>l trato y comunicación délos hombres;<br />
irías muy acompañado y regalado <strong>de</strong> consolaciones<br />
angélicas. No pudo escon<strong>de</strong>rse tanto san Millan<br />
que el resplandor <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s no<br />
lo <strong>de</strong>scubriesen y le hiciesen conocer. Tuvo noticia<br />
<strong>de</strong>su santidad Dídimo, obispo <strong>de</strong> Tarazona:<br />
mandóle llamar, y casi por fuerza le or<strong>de</strong>nó <strong>de</strong> sacerdote<br />
, y lo mandó sirviese en la iglesia <strong>de</strong> Birgegio.<br />
El obe<strong>de</strong>ció , y comenzó á hacer su oficio<br />
con lanía exacción y cuidado , procurando <strong>de</strong>sarraigar<br />
do aquella Iglesia la codicia <strong>de</strong> los clérigos<br />
y los malos usos que <strong>de</strong> olla nacen, que ¡<br />
clérigos no lo pudieron sufrir, y acusaron á núes-