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.íü I-<br />
11 llUOIlíl filosofía, que no puedo haber mas <strong>de</strong> un<br />
solo Dos, que es artífice y Señor soberano <strong>de</strong>l<br />
cielo y <strong>de</strong> la tierra : quo toda la otra chusma do<br />
dioses que adoran los gentiles son vanos y falsos,<br />
v obras <strong>de</strong> nuestras manos, y que muchos <strong>de</strong> ellos<br />
fueron hombres viciosos, torpes, crueles ó indignos<br />
<strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> hombres: que lo que los hombres<br />
ciegos y <strong>de</strong>satinados oponen á la religión<br />
cristiana va fuera <strong>de</strong> camino ; y quo todo lo que<br />
ella profesa y enseña es muy conforme á toda<br />
buena razón , y á la majestad soberana é infinita<br />
do Dios, y á la virtud y dignidad <strong>de</strong> los que la<br />
profesan. Deshacíase el rey oyendo ¡as razones <strong>de</strong><br />
Nacor; mas por no <strong>de</strong>scubrir el artificio y maraña<br />
con que Nacor por su or<strong>de</strong>n se habia vendido<br />
por Barlaan, callaba y disimulaba. Finalmente,<br />
acabada la conferencia y disputa, Nacor aquella<br />
noche (temiendo el enojo <strong>de</strong>l rey) se fué con el<br />
príncipe (que lo suplicó á su padre) : y estando los<br />
dos soles, entendió <strong>de</strong> él, quo sabia quién era, y<br />
á lo que habia venido, y que á Dios ninguno le<br />
pue<strong>de</strong> r!p resistir, resislir y v- oyó oré tales líllps cosas ensíis <strong>de</strong> rlp la In excelencia,<br />
pvpplo<br />
pureza v majestad <strong>de</strong> la religión cristiana , que<br />
Nacor se compungió y <strong>de</strong>terminó á hacerse cristiano,<br />
y á i etirarse á algún <strong>de</strong>sierto á hacer penitencia<br />
<strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s pecados. En cumplimiento<br />
<strong>de</strong> ello se entró en una cueva apartada, en compañía<br />
<strong>de</strong> un santo monje, <strong>de</strong> quien fué instruido,<br />
enseñado y bautizado, comenzando á hacer vida,<br />
nó <strong>de</strong> encantador y mago (como antes lo había sido)<br />
, sino <strong>de</strong> persona alumbrada <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong>l cielo<br />
, y que aspiraba á la bienaventuranza : <strong>de</strong> suerte<br />
, que así como leemos que habiendo el rey Balad)<br />
llamado al profeta Baiaan para que maldijese<br />
al pueblo <strong>de</strong> Dios, cuando él vino le bendijo, y<br />
por la maldición le dio la bendición , así Nacor,<br />
habiendo venido para opugnarla fé <strong>de</strong> Cristo, la<br />
<strong>de</strong>fendió, y convirtió en medicina la ponzoña.<br />
9 Cuando el rey supo lo que Nacor habia hecho<br />
, creció mas la saña y furor contra él: y no<br />
pudicndo haberle á las manos, so volvió contra<br />
sus mismos astrólogos y cal<strong>de</strong>os, teniéndolos por<br />
hombres ignorantes, y que siendo muchos y los<br />
mas sabios <strong>de</strong> su reino , no habían sabido respon<strong>de</strong>r<br />
á Nacor, y por vengarse <strong>de</strong> ellos, á unos<br />
mandó azotar, á otros <strong>de</strong>sterrar, y á todos maltratar:<br />
y no coiileuto con esto, también comenzó á<br />
tener en poco sus dioses, y quitarles la reverencia<br />
v los sacrificios que anles les hacia; pues no sabían<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su partido y dar muestras <strong>de</strong> su<br />
gran po<strong>de</strong>r.<br />
10 Esta mudanza y <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong>l rey<br />
turbó en gran manera á los sacerdotes y ministros<br />
<strong>de</strong> los ídolos: y temiendo (pie si el rey pasaba a<strong>de</strong>lante<br />
en lo que habia comenzado, todo el pueblo<br />
seguiría su ejemplo, y el culto v veneración <strong>de</strong>sús<br />
dioses caería , y juntamente ellos per<strong>de</strong>rían sus<br />
honras, autoridad y aprovechamientos , procuraron<br />
que un gran<strong>de</strong> hechicero y nigromántico, llamado'Leudas<br />
(á quien el rey lema mucho respeto),<br />
viniese <strong>de</strong> la soledad en que estaba á la ciudad,<br />
para consolar al rey, y animarle y reducirle á la<br />
<strong>de</strong>voción y culto <strong>de</strong> sus dioses. Vino el mago, y<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> otras razones que dijo al rey para con<br />
LA LEYENDA DE ORO. NOVIEMBRE, 27<br />
solarle, le aconsejó, que sí quería que el principo<br />
su hijo negase la fé <strong>de</strong> Cristo, procurase quo se aficionase<br />
á mujeres y perdiese la castidad ; y quo<br />
para esto le quitase todos los criados que tenia en<br />
su servicio , y solamente le diese doncellas hermosas,<br />
galanas y <strong>de</strong>senvueltas, que estuviesen siempre<br />
con él, y con caricias y regalos le ablandasen;<br />
porque este era el único remedio que en caso tan<br />
dificultoso ó importante podia hallar. Añadió quo<br />
él tema un <strong>de</strong>monio , entre otros, muy po<strong>de</strong>roso,<br />
por medio <strong>de</strong>l cual procuraría encen<strong>de</strong>r el ánimo<br />
<strong>de</strong>l príncipe, y echar aceite en el fuego que las<br />
doncellas hubiesen emprendido, y darle tanta batería<br />
y lan fuerles asaltos, que el mozo no pudiese<br />
resistir: y para persuadir eslo mas fácilmente<br />
al rey, le contó una historia ó fábula <strong>de</strong> esla manera.<br />
Un rey (dijo) po<strong>de</strong>roso estaba muy triste por<br />
no tener hijos: nacióle uno , y recibió extremada<br />
alegría; pero los médicos le dijeron, que á lo que<br />
entendían <strong>de</strong> la complexión y compostura <strong>de</strong> los<br />
ojos <strong>de</strong> su hijo, si hasta los doce años <strong>de</strong> su edad<br />
veía sol ó fuego, sin duda por la flaqueza y ternura<br />
<strong>de</strong> ellos per<strong>de</strong>ría la vista, y totalmente quedaría<br />
ciego. Temiendo eslo el rey, su padre, le<br />
mandó criar en un aposento oscuro, don<strong>de</strong> estuvo<br />
hasta que tuvo doce años , y <strong>de</strong>spués le mandó sacar<br />
<strong>de</strong> él y ver mundo. Como el muchacho hasta<br />
entonces no habia visto cosa, y so hallaba tan<br />
nuevo en todas, íbanle mostrando muchas <strong>de</strong> las<br />
cosas que Dios ha criado, y <strong>de</strong>clarándole lo que<br />
era cada una y sus nombres, como son, <strong>oro</strong>, pla<br />
ta , joyas, piedras preciosas, aves, peces llores,<br />
frutas, hombres y animales: entre las otras cosas,<br />
también le mostraron algunas mujeres; y preguntando<br />
él cómo se llamaban , un soldado <strong>de</strong> la<br />
guardia dol rey su padre, burlándose, le dijo que<br />
se llamaban <strong>de</strong>monios, y que eran los que enredaban<br />
á los hombres : y que <strong>de</strong>spués que hubo<br />
visto tanta muchedumbre <strong>de</strong> cosas, y holgádose y<br />
aprendido los nombres <strong>de</strong> ellas, le había preguntado<br />
su padre cuál <strong>de</strong> todas las cosas que habia<br />
visto le había dado mayor gusto y <strong>de</strong>leite; y quo<br />
el muchacho habia respondido , que la que mas le<br />
había agradado, eran aquellos <strong>de</strong>monios que engañan<br />
á los hombres y los enredan, porque sola su<br />
vista le había encendido en su amor. Por don<strong>de</strong> se.<br />
ve, dijo el mago , cuan natural es al hombro el<br />
amor á las mujeres, y que no hay otra arma mas<br />
fuerte para ablandarlos y rendirlos, que sus dulzuras<br />
y <strong>de</strong>leites. Este fué el consejo <strong>de</strong> Teudas,<br />
inspirado <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios, á quien el mago servia,<br />
y semejante al quo Baiaan, también hechicero<br />
, dio al rey Balad) para arruinar al pueblo do<br />
Israel. Mandó, pues, el rey quitar todos los críados<br />
á su hijo, y darle doncellas muy hermosas,<br />
agraciadas y compuestas, dándoles la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> lo<br />
que con él <strong>de</strong>bían hacer.<br />
'! I Qué terrible y qué espantosa es la<br />
astucia do nuestro común enemigo, y cuan extrañas<br />
son las artes que toma para per<strong>de</strong>rnos; y<br />
cuanta es la bondad <strong>de</strong>l Señor, y la fuerza <strong>de</strong> su<br />
gracia para ampararnos y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rnos, y darnos,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las lluras batallas, victorias, c<strong>oro</strong>nas y<br />
triunfos ! Maravilloso se habia mostrado el Señor