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120 LA LEYENDA DE ORO. OCTUBRE, 19
de su conversión, corria y se apresuraba para adquirir
alguna virtud, el que en su concepto no tenia
ninguna , y en la estimación de los demás las
tenia todas en alto grado. Parecióles á los roligiosos,
que Dios habia traído áPedro á su casa para
grande aumento de la nueva recolección , que entonces
se empezaba á plantar; y así, después que
se hubo ejercitado por algún tiempo con maravilloso
ejemplo de humildad y caridad, en los oficios
humildes del convento, le fueron ocupando
sus prelados en cosas mayores, para que lograse,
como buen siervo, con los muchos talentos que el
Señor le habia entregado. Vivían los frailes con
grande rigor de observancia y fervor de vida, y
con la entrada del santo empezó á resplandecer
mas su virtud , y ó echar mayores rayos su santidad
, de que atraídos muchos religiosos venian
de varias provincias de la orden seráfica á la
nueva custodia, donde eran recibidos, por virtud
de un breve de León X: con que en poco
tiempo se llenaron cuatro conventos que entonces
tenia la custodia, y se fundaron otros muchos,
debiéndose principalmente todo este aumento ó la
santidad, zelo y diligencia de san Pedro de Alcántara.
k Siendo de solos veinte años, le enviaron sus
prelados con otros religiosos á fundar el convento
de Badajoz , y le hicieron superior de los demás:
prueba grande de su mucha santidad; pues no
repararon en su poca edad, ni en que no era sacerdote
, para hacerle prelado y fundador de un
nuevo convento; antes les pareció el mas á propósito
, para que se fundase en fervor y espíritu
verdadero. Los años siguientes le mandaron sus
superiores recibir los sacros órdenes hasta el sacerdocio
, con mucha repugnancia suya; porque
como tenia tan bajo concepto de sí, y tan alto do
la dignidad sacerdotal, deseaba no subir á ella,
y admitióla, obligado de la obediencia. Decia la
misa con tanta devoción y lágrimas, que las hacia
derramar á sus oyentes , y muchos se compungían
de solo verle celebrar; de manera , que hacia mas
fruto con una misa que otros predicadores con un
sermón fervoroso. Deseaba el provincial de su custodia
, que era el siervo de Dios Fr. Francisco
Frenegal, hacerle predicador , esperando que se
había de seguir á Dios mucha gloria, y á las almas
mucho provecho; mas deteníase, juzgando
que no podia ejercitar este ministerio con fundamento
, por no haber estudiado la sagrada teología.
Sucedió que estando juntos los religiosos con
el t provincial, tratando de materias espirituales;
llegando aun punto delicado, y habiendo dicho
los demás lo que les parecia, mandó el provincial
al santo que él también dijese su sentir en
aquella materia. Excusóse el santo con su falta de
letras escolásticas, que eran necesarias para explicar
aquel punto; mas por voluntad de Dios,
que quena descubrir la sabiduría de san Pedro,
como antiguamente la de san Antonio de Padua,
para ponerle en el candelero de la predicación , le
obiigó el prelado á que hablase; y él lo hizo con
tanto acierto, agudeza, espíritu, propiedad de
términos y palabras, que el prelado le mandó
que sin falta predicase , y no sepultase el talento
que Dios le habia dado para bien de muchas almas.
En lo restante de su vida corrió por muchas
ciudades, villas y lugares, especialmente de la
provincia de Extremadura, haciendo grande fruto
con su predicación , sacando innumerables pecadores
de las garras del demonio, y haciendo rarísimas
conversiones y mudanzas en las personas
con quienes tralaba : porque sus palabras eran
muy eficaces, pero mas eficaces sus obras, y solo
verle hecho un retrato de la penitencia, bastaba
por sermón, cuanto mas mudo, mas elocuente
para ablandar los mas endurecidos pecadores. Al
entrar en las ciudades, apareció tal vez un astro
resplandeciente, como avisando al pueblo de la
nueva luz que venia á alumbrarle, y estando
predicando, se vieron estrellas sobre su cabeza.
5 En las parles donde predicaba, hacia fabricar
cruces de madera, y llevándolas él sobre
sus hombros, acompañado de mucha gente en
forma de procesión , las colocaba por sí mismo en
lugares eminentes y cumbres de los montes, para
que fuesen vistas de muy lejos, y adorado el Señor
en ellas. En Sierra de Gatas fabricaron una cruz
tan grande, para que pudiese ser vista en aquella
altura, que doce hombres de muchas fuerzas apenas
la podian levantar; pero el sanio, sin permitir
que nadie le ayudase, la lomó en sus hombros
y subió por ia sierra, parte del camino
hincado de rodillas, hasta que la colocó en la
eminencia, dando el espíritu , mas que de gigante,
prodigiosas fuerzas al cuerpo ilaco y debilitado
con los ayunos y penitencias. En Sierra Morena
llevó y colocó de la misma manera otra cruz,
compuesta de dos pinos, que veinte hombres no
pudieran subir veinte pasos; y el sanio la subió
solo, por un despeñadero en que un hombre sin
embarazo sube con mucha dificultad y peligro.
Predicando por los confines de Extremadura, llegó
á Alcántara : y aunque dice Cristo, que ninguno
es profeta acepto en su patria, quiso que
san Pedro fuese excepción de esta regla ; porque
fué en ella muy venerado , y cogió no menos fruto
que en las demás partes donde sembró la palabra
de Dios : y muchos de sus parientes se hicieron
religiosos, y tomaron su mismo hábito , y particularmente
un sobrino suyo llamado Antonio
Maldonado, entrando en la provincia de San Gabriel,
fué en la penitencia y demás virtudes un
vi\o retrato de su santo Lio y padre espiritual, y
murió con grande fama de santidad : algunas sobrinas
suyas trocaron el siglo por la religión , y
resplandecieron en virtudes y milagros; y los parientes
que quedaron en el siglo, vivían como religiosos,
con hábito do seglares: lauto fué el fruto
que sacó con sus ejemplos y palabras. Volaba su
fama por todas parles, y no cabiendo en Castilla,
llenó también á Portugal, adonde fué llamado
del rey y la reina, que deseaban verlo y hablarle:
y fué lanío el provecho que experimentaron con
su tralo y conversación, que desearon se quedase
en su corte y palacio; mas no se lo pudieron persuadir,
porque le parecía, según el dicho de Cristo,
hablando del Bautista, que no dice bien el vestido