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NOVIEMBRE. 17 LA LEYENDA DE ORO. 297<br />
eanzó, y con gran ansí.? y furor lo dijo, que le bahía<br />
<strong>de</strong> acusar al magistrado y hacer casiigar severamente;<br />
porque siendo cristiano y enemigo <strong>de</strong><br />
los dioses, había entrado en su templo y cebadóles<br />
<strong>de</strong> él, é impedido sus oráculos. A lo cual san<br />
Gregorio con gran mo<strong>de</strong>stia le respondió, que supiese<br />
que era siervo <strong>de</strong> un Señoreo cuyo nombre<br />
podía echar los <strong>de</strong>monios <strong>de</strong> don<strong>de</strong> quisiese. El<br />
sacerdote admirado <strong>de</strong> esto le dijo: Pues haz que<br />
tornen al templo don<strong>de</strong> estaban , para que yo entienda<br />
, que tienes tan gran potestad. Abrió Gregorio<br />
un libro (pie traía consigo, y rompió <strong>de</strong> una<br />
hoja una pequeña parle, y escribió en ella estas<br />
solas palabras: « Gregorio á Satanás: Entra.» Llevó<br />
el sacerdote la carta: púsola sobre el aliar;<br />
hizo su sacrificio : y luego le respondieron los <strong>de</strong>monios<br />
como primero. Quedó asombrado el sacerdote<br />
: y como <strong>de</strong>bia ser discreto, y Dios por este<br />
camino le queria alumbrar, púsose á consi<strong>de</strong>rar<br />
que el Diosa quien servia Gregorio <strong>de</strong>bia ser mas<br />
po<strong>de</strong>roso que sus dioses; pues en su nombre Gregorio<br />
los habia podido echar <strong>de</strong> su templo , y volverlos<br />
con el mandato <strong>de</strong> una sola palabra ; y movido<br />
<strong>de</strong> esta consi<strong>de</strong>ración , se fué á san Gregorio<br />
y le contó lo que le había pasado , y le rogó que<br />
le <strong>de</strong>clarase quién era aquel Dios á quien él servia<br />
y le daba tangían po<strong>de</strong>r: y habiéndole respondido<br />
el santo lo que le convenia oir, que los mislerios<strong>de</strong><br />
nuestra santa le no se confirmaban con palabras,<br />
sino con milagros, para que él entendiese<br />
que le <strong>de</strong>cia la verdad , y se sujetase y tuviese por<br />
Dios el que él predicaba. Y como Gregorio le añadiese<br />
que escogiese el milagro que queria que hiciese<br />
; el sacerdote le dijo, que [rasase una peña grandísima<br />
que allí estaba á otra parte, llízolo luego san<br />
Gregorio: y como si la peña luviera razón , así la<br />
mandó que se pasase edon<strong>de</strong> el otro habia señalado;<br />
y ella obe<strong>de</strong>ció ó hizo lo que la fué mandado.<br />
Quedó el hombre asombrado y convencido, y<br />
con su mujer, hijos y familia se convirtió á la<br />
l'ó <strong>de</strong> Cristo , y suplicó al santo quo le recibiese<br />
en su servicio y compañía , para ser particionero<br />
<strong>de</strong> sus trabajos y merecimientos. Divulgóse<br />
la fama <strong>de</strong> eslos dos milagros tan gran<strong>de</strong>s<br />
en la ciudad , y como san Gregorio habia echado<br />
á sus dioses <strong>de</strong>l templo, y dádoles licencia<br />
para volver á él , y trasladado la peña á otro<br />
lugar • y confuso y atónito <strong>de</strong> oir cosas tan nuevas<br />
y admirables, sabiendo que venia , le salió á<br />
recibir lodo el pueblo con extraordinario aplauso<br />
y regocijo. Pero fué cosa maravillosa y otro milagro<br />
mayor, que el sanio iba tan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí y<br />
tan puesto en Dios, que pasó por medio <strong>de</strong> toda la<br />
gente como si estuviera en el <strong>de</strong>sierto y no viera<br />
a nadie , estando , como estaba, cercado por todas<br />
partes y apretado <strong>de</strong> lanía gente. No quiso<br />
buscar casa en la ciudad , ni tener heredados<br />
y posesiones; porque todo su cuidado era<br />
Dios y la salvación <strong>de</strong> las almas, hasta que un caballero<br />
rico y principal, llamado Mausomo, le rogó<br />
encarecidamente y le importunó quo se fuese á<br />
su casa. El lo hizo, y comenzó á venir á ella mucha<br />
gente <strong>de</strong> lodos estados, eda<strong>de</strong>s y condiciones,<br />
para ver y tratar á un hombre que era mas que<br />
TOMO IY.<br />
hombre , y tener doctrina para sus almas y salud<br />
para sus cuerpos. Así lo hacia el santo, enseñando<br />
á cada uno lo que habia <strong>de</strong> hacer para salvarse,<br />
y sanando á los enfermos <strong>de</strong> lodas las dolencias<br />
que pa<strong>de</strong>cían : consolaba á los <strong>de</strong>sconsolados: persuadía<br />
á los mancebos la castidad , á los viejos la<br />
paciencia , á los siervos la obediencia para con sus<br />
señores , á los señores la benignidad para con sus<br />
criados, á los ricos la limosna , y á los pobres el<br />
sufrimiento y contento con su estado; finalmente,<br />
á todos los hombres " " v,,,:<br />
y mujeres,<br />
"~-"<br />
mozos y<br />
-<br />
viejos,<br />
repartía el pan <strong>de</strong> la celestial doctrina , y daba<br />
documentos <strong>de</strong> salud.<br />
í Fueron tantos lo que se convirtieron á nuestra<br />
fé , y tan gran<strong>de</strong> el fuego <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> Dios que<br />
en ellos se emprendió por las palabras <strong>de</strong> san Gregorio<br />
, que luego pusieron la mano para edificar<br />
un templo al Dios verda<strong>de</strong>ro , olreciendo cada uno<br />
su trabajo y su hacienda para la obra , la cual<br />
se hizo echándola el santo su bendición, y quedó<br />
tan fuerte y tan firme y bien fundada , que sucediendo<br />
<strong>de</strong>spués un grandísimo temblor <strong>de</strong> tierra<br />
(con el cual cayeron todos los edificios , casas y<br />
templos <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Neocesarea ); solo este<br />
templo que edificó san Gregorio quedó en pié , por<br />
especial gracia y provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Señor. Eusebio<br />
Cesarienso dice, que para la edificación <strong>de</strong> un templo<br />
hizo con su oíaoion , que una gran peña se<br />
partiese y diese lugar, para que edifícase el templo<br />
: tanto podia con sus oraciones , y tanto era lo<br />
que Dios honraba á su sanio: el cual era tenido<br />
por tal, y respetado y reverenciado como una cosa<br />
divina y venida <strong>de</strong>l cíelo ; y por esto los que tenían<br />
pleitos y contiendas entre sí se las ponían en<br />
sus manos, para que él las <strong>de</strong>cidiese y <strong>de</strong>terminase.<br />
Verdad es que no todos le obe<strong>de</strong>cian en todo ;<br />
pero los <strong>de</strong>sobedientes luego sentían su daño , como<br />
aconleció á dos hermanos mozos , ricos y recien<br />
heredados, que pleitaban sobre quien <strong>de</strong> ellos había<br />
<strong>de</strong> ser señor <strong>de</strong> una laguna <strong>de</strong> mucha pesca,<br />
queriendo cada uno serlo sin admitir compañero.<br />
Creció lanío esla discordia con el hervor <strong>de</strong> la sangre<br />
v codicia <strong>de</strong>l propio interés en los dos mozos<br />
hermanos, que <strong>de</strong>terminaron venir á las manos , y<br />
llevar aquel negocio por armas:súpolo san Gregorio;<br />
y estando á punto para darse la batalla , fué<br />
á ellos : rogóles que se pacificasen y que estimasen<br />
mas el amor natural que el interés, y que<br />
como buenos hermanos se concordasen : oyéronlo<br />
los mozos; mas no obe<strong>de</strong>cieron al santo. Volvióse<br />
él á Dios : hizo oración una noche á la ribera <strong>de</strong><br />
la laguna; y á la mañana no apareció mas la laguna<br />
, porque toda se había convertido en tierra<br />
fértil y fructuosa. Visto el milagro, los dos hermanos<br />
se conformaron, y <strong>de</strong>jaron sus pen<strong>de</strong>ncias y<br />
rencillas, echándose á los pies <strong>de</strong>l sanio, que<br />
con sus oraciones les habia quitado y cortado la<br />
raíz.<br />
5 No menos es admirable otro milagro que<br />
hizo , poniendo freno y termino al rio Lico, muy<br />
caudaloso y furioso , que saliendo <strong>de</strong> madre, arruinaba<br />
y <strong>de</strong>struía toda aquella tierra don<strong>de</strong> pasaba.<br />
Vinieron los pueblos <strong>de</strong> aquella comarca á<br />
san Gregorio: dijéronle los daños gran<strong>de</strong>s que re