La leyenda de oro 4.pdf

208 LA LEYRND A DE ORO. NOVIEMBRE . k
obligaban á mavor tardanza. Aumentaba estos
trabajos el tener por costumbre alojarse siempre
en las casas de los curas (de ordinario pobrísimas),
huyendo las comodidades del hospedaje, que á
porfía lo ofrecían los ricos: con que en lugares
pobres muchas veces dormía sobre unas tablas
desnudas , ó en la tierra, ó en hojas do árboles, ó
pajas, dejando las camas á sus ministros y familiares.
Lo mismo hacia en la comida : tomando lo
peor para sí, dejaba lo mejor á los suyos. Sustentábase
de castañas y ¡eche, y otros frutos groseros
de las montañas, mostrando gusto grande del
uso de estos manjares viles, como uno de los pobres
que habitan en aquellas sierras. Prohibió expresamente
á sus criados llevar provisión alguna de
alhajas ó cosas de comer: y advirtiendo en la valle
Levenlina, que un gentilhombre suyo llevaba una
cuchara de latón (porque solóse hallaban de palo
entre aquella pobre gente), lo reprendió de hombre
demasiadamente delicado. Solia provenir á
los curas de los lugares adonde iba , le enviasen
minuta de los desórdenes del pueblo, y pecados
mas graves y frecuentes. Hacia después los sermones
conforme á la necesidad , aplicando , como un
buen médico, el remedio que la enfermedad pedia.
Eran con esto los sermones de gran fruto . con
raros y maravillosos efectos; mas, como buen pastor
, no contento con las exhortaciones del pulpito,
hacia llamar secretamente los pecadores mas graves,
y hacíales tan fervorosas y eficaces amonestaciones-,
que los convertía á Dios, y muchas veces
con súbita y total mudanza de vida.
23 Enviaba adelante, antes de/entrar en los
pueblos, padres de la Compañía , y otros sacerdotes,
con facultad de casos reservados, que dispusiesen
el pueblo á la santa comunión. Hacia llamar
los curas circunvecinos, para mayor comodidad de
confesores: el cardenal comulgaba á todos de su
mano ; de manera, que todos los dias que duraba
la visita habia comunión general, y esta era muy
numerosa; porque los pueblos, por la gran devoción
que con el santo pastor tenian , procuraban
recibir de su mano el divino pasto : íbonle siguiendo
de unos lugares á otros, de que él recibía cordial
contento, pareciéndole era parte del fruto de
sus caminos. Era este un trabajo sin duda grande,
siendo necesario á ratos enjugarse la frente con un
lienzo, del demasiado sudor: admiraba pudiese
tolerar aquella inclinación continua tanto tiempo:
y por inflamar los corazones, puraque recibiesen
tan gran Señor con devoción y reverencia , habia
hallado una devotísima invención. Yendo por la
iglesia comulgando al pueblo, llevaba al lado un
sacerdote que con voz tierna y llena de admiración
decia algunas oraciones jaculatorias, para
mover los ánimos á reconocer la gran bondad de
Dios en dársenos , ó de acción de gracias , ó para
causar temor de llesar á tan tremendo misterio.
24 Tal era la solicitud do este gran prelado
con sus subditos , que á mas del estado general de
las almas de cada parroquia , todos los años en un
libro intitulado: «Las Necesidades de las almas
de los feligreses , » tenia notadas todas las almas
que estuviesen en particular necesidad corporal ó
espiritual, ó en peligro de caer, ó en estado d e
pecado, para procurar remediarlas , socorriéndolas
de su hacienda , ó apartando la ocasión , ó poner
mano al castigo ú otros medios eficaces : y á sus
visitadores advertir el caso ó necesidad , para que
con exactísima diligencia procurasen remediarlo,
y se asegurasen si habia cesado el peligro , y jamás
desistia de la empresa hasta haberse remediado ó
quitado el escándalo. Algunos años hizo las visitas
á caballo: después, herido de un ardentísimo espíritu,
determinó hacerlas á pié. Era de gran
ejemplo ver este gran cardenal caminar de uno á
otro lugar, seguido de innumerable gente, que so
movían á acompañarlo por sola devoción , como á
un nuevo apóstol.
25 Conoció san Carlos por las visitas la falta
que habia de saberse los misterios de la fé , y que
esto fué causa que se introdujese en muchas partes
la herejía: y para poner eficaz remedio , inventó
su santo zelo unas escuelas de la doctrina
cristiana con admirable traza , para que tuviesen
el fruto que convenia, y perseverasen en lodo el
arzobispado. Constaba la mayor parte de seglares,
hombres de gran virtud , formando lodos una
compañía y un gobierno. divididos en diferentes
escuelas, en la ciudad y diócesis. Señaló diversos
ministerios , todos encaminados á esta enseñanza
de ocupar bien el tiempo y desterrar la ignorancia.
Los domingos y fiestas del año daba señal la campana
antes de vísperas en las parles donde habia
estas escuelas, que de ordinario estaban en parroquias.
Enviaban los padres do familia sus hijos
y criados, adonde también concurría gran número
de personas deseosas de aprender, sin lo que no
hay salvación. Eslaban los hermanos operarios de
la doctrina cristiana en sus bancos . de que estaba
llénala iglesia : cada uno reconocía su puesto, y
discípulos , que no pasaban de seis : á estos hacia
decir las oraciones: pedia cuenta de la lección del
domingo antecedente: declaraba la doctrina, y
enseñaba buenas costumbres , modestia . obediencia
á los padres, temor de Dios , y todas las obligaciones
de un cristiano. Después de este ejercicio
, á la señal que hacia el prior, se arrodillaban
todos, y decian ciertas oraciones que andaban en
libritos uniformes en todas las escuelas. Habia
luego disputas, puestos dos niños en lugar emiminente
, y de lo que iban diciendo se hacían preguntas,
ya á osle, ya á aquel niño, por tenerlos atentos,
á cada cual según su capacidad. Dividiéndose
en varias clases, pasaban de unas á otras, mejorando
de maestro , siendo capaces de mayor enseñanza.
Leíase luego en altas voces la tabla de las
costumbres, volviendo á arrodillarse y rezar otras
oraciones. Mirábase los que faltaban : habia pláticas
de personas religiosas para los operarios y
personas capaces de mayor doctrina. Para mayor
firmeza de esta sania costumbre hizo una congregación
en Milán (quo llamó Primaria) de veinte
hombres de los mas prudentes y pios de esta compañía,
que se mudasen cada año, y los electos
confirmase el arzobispo, la cual constaba de estos
oficios, un prior general, cabeza de las escuelas,
y un sustituto con título de superior, dos visita-