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La leyenda de oro 4.pdf

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3V0<br />

4 Toda su niñez fue pronóstico <strong>de</strong> la adadmirablc<br />

vida y gloriosos asuntos para que le<br />

tenia <strong>de</strong>stinado el cielo; porque la mansedumbre,<br />

la quietud , el silencio y la <strong>de</strong>voción no fueron en él<br />

<strong>de</strong> niño , sino <strong>de</strong> religioso y <strong>de</strong> santo. Cooperaba la<br />

buena madre, que habiendo enviudado presto, criaba<br />

sus hijos con toda virtud , y con especialidad les<br />

imponía en la <strong>de</strong>voción <strong>de</strong> nuestra Señora. Tanto<br />

se le entrañó al niño Juan , que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego obligó<br />

á la santísima Virgen á favorecerle; pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los cuatro á los cinco años empezó á experimentar<br />

los favores <strong>de</strong> tal Madre. Jugando un día con sus<br />

iguales á la orilla <strong>de</strong> una balsa profunda y cenagosa<br />

, arrojando unas varillas al agua, cayó en ella<br />

y se hundió á lo profundo: y aunque tres veces<br />

volvió á salir, la última se <strong>de</strong>sapareció por gran<strong>de</strong><br />

rato. Huyeron asustados los otros niños, y él volvió<br />

á la lengua <strong>de</strong>l agua muy sosegado y alegre.<br />

Vio entonces á la orilla ó la santísima Virgen , que<br />

le ofreció la mano para que saliese á fuera. Rehusó<br />

el niño darle la suya , por verla llena <strong>de</strong> cieno<br />

para no manchar tanta belleza : duró algún rato<br />

la recíproca y <strong>de</strong>vola porfía, hasta que pasando un<br />

labrador (que sin duda fué el ángel <strong>de</strong> su guarda),<br />

le alargó la aguijada , y le sacó á tierra como á otro<br />

Moisés, para que fuese maestro y legislador en los<br />

<strong>de</strong>siertos <strong>de</strong>l Carmelo. Este fué el primer favor<br />

que recibió <strong>de</strong> María santísima; pero causó tanta<br />

envidia al <strong>de</strong>monio, que barruntando <strong>de</strong> aquí mayores<br />

cosas en aquel niño, quiso acabarlo <strong>de</strong> una<br />

vez. Siendo ya <strong>de</strong> siete años, le salió á un camino<br />

en figura <strong>de</strong> un monstruo horrible, abierta su infernal<br />

y espantosa boca para tragarlo. No se asustó)<br />

Juan , sino que con valor y reposo muy superior á<br />

sus años le hizo la señal <strong>de</strong> la cruz: retiróse al<br />

momento el enemigo , y <strong>de</strong>sapareció guardando<br />

para mejor tiempo mayores batallas; y Juan tomó<br />

también la cruz por <strong>de</strong>fensa para los combales futuros.<br />

5 Creciendo mas en las virtu<strong>de</strong>s, que en lósanos<br />

le acomodó su madre en un seminario <strong>de</strong> niños,<br />

para que aprendiese las primeras letras. Aprendió<br />

las con facilidad , y señalándose entre los <strong>de</strong>más<br />

en la virtud y buenas inclinaciones , como el sol entre<br />

las estrellas, era el imán y la admiración <strong>de</strong><br />

todos. Quien mas se prendió <strong>de</strong> tanta virtud fué<br />

don Alonso Alvarez <strong>de</strong> Toledo , administrador <strong>de</strong><br />

un insigne hospital que habia en aquella villa <strong>de</strong><br />

Medina <strong>de</strong>l Campo : y teniendo ya doce años Juan,<br />

se lo pidió á su madre para que asistiese en el hospital<br />

, ofreciendo darle alimentos , estudios y capellanía.<br />

Presto cenoció don Alonso la buena elección<br />

que habia hecho, con el cumplido <strong>de</strong>sempeño<br />

y raro ejemplo que daba <strong>de</strong> sí Juan <strong>de</strong> Yepes.<br />

Creció todo con el caso siguiente. Habia en el patio<br />

<strong>de</strong>l hospital un pozo profundo: y como el sanio<br />

mozo era nuevo en la casa , y andaba tan encogido<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí, cayo en él, sin que le pudiesen valer.<br />

<strong>La</strong>s voces fueron iguales al espanto <strong>de</strong> los<br />

que lo vieron, y presto se convocó la vecindad.<br />

Llegándose algunosá la boca <strong>de</strong>l pozo, vieron á san<br />

Juan sentado sobre las aguas: alargáronle una soga<br />

; y asido <strong>de</strong> ella salió muy alegre. Preguntáronle<br />

, cómo no se habia ahogado , y tan sin tur-<br />

LA LEYENDA DE ORO. NOVIEMBRE , 2i<br />

bacion estaba sobre las aguas. Respondió con<br />

humildad muy sincera , que una hermosísima señora<br />

, al tiempo <strong>de</strong> caer lo recibió en súmanlo,<br />

y hasla entonces lo habia sostenido sobre el agua,<br />

para que no se hundiese á lo profundo; y que así.<br />

á la santísima Virgen <strong>de</strong>bia él la merced, y todas<br />

alabanzas.»<br />

6 Reconocido á este nuevo favor do la Virgen<br />

. crecía por instantes en su <strong>de</strong>voción : rezaba<br />

su oficio menor <strong>de</strong> rodillas : gastaba en su presencia<br />

largas horas ; y sabiendo que servia á la Madre<br />

y al Hijo en sus pobres, se <strong>de</strong>dicó con nuevo<br />

fervor á servirlos, y hacíalo con extraña candad,<br />

siendo para lodos <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> consuelo y alivio.<br />

Para po<strong>de</strong>r cumplir con esto y con los estudios,<br />

se quitaba mucho <strong>de</strong>l sueño , gastando gran parle<br />

déla noche , ya en oración , ya en asistir á los que<br />

veia <strong>de</strong> peligro. Para que el cuerpo estuviese mas<br />

ágil en el servicio <strong>de</strong>l alma , hizo su cama <strong>de</strong> unos<br />

sarmientos <strong>de</strong>siguales: su comida era parca: el<br />

vestido honesto : la mortificación continua , así en<br />

el cuerpo , castigándole con cilicios, disciplinas y<br />

ayunos , como en los sentidos , que traia siempre<br />

reprimidos. Con tan buena disposición le alum-<br />

.braba el Señor copiosamente; porque le queria<br />

para farol <strong>de</strong> su Iglesia: corrió con facilidad la gramática<br />

, retórica y filosofía , en que salió muy consumado.<br />

Ya entraba por este tiempo en los veinte<br />

años , en que dándole el administrador mas tiempo<br />

para sus estudios y ejercicios, él frecuentaba mas<br />

el <strong>de</strong> la oración, en la cual pedia continuamente<br />

al Señor que le encaminase en su servicio ydiese el<br />

estado <strong>de</strong> vida, en que lapudiese servir y serle mas<br />

agradable. Estando un dia encendido en esta oracion<br />

, oyó una voz que le dijo : «Servirme has en<br />

una religión , cuya perfección antigua ayudarás a<br />

levanlar. » No entendió por entonces lo que el Señor<br />

pretendía en estas palabras; pero <strong>de</strong>positólas<br />

en su corazón, humil<strong>de</strong> y resignado á su santísima<br />

voluntad.<br />

7 No pasó mucho tiempo , que llegaron á fundar<br />

convento en aquella villa los padres carmelitas<br />

<strong>de</strong> la Observancia: y sabiendo él que aquella<br />

religión se fundó <strong>de</strong>bajo el patrocinio <strong>de</strong> la sacratísima<br />

Virgen , se le renovaron los ecos <strong>de</strong> la voz ; y<br />

entendiendo ser aquella profesión piara don<strong>de</strong> Dios<br />

le llamaba , trató <strong>de</strong> vestir su hábito. Díéronselo<br />

gustosos los religiosos, sabiendo cuan religioso era<br />

ya en las virtu<strong>de</strong>s. Recibióle, siendo ya <strong>de</strong> edad<br />

<strong>de</strong> veinte y un años, y <strong>de</strong>jando el apellido <strong>de</strong> i e—<br />

pes . se llamó Fr. Juan ele San Matías. Estando<br />

i el noviciado , corrió tan veloz , que su humildad<br />

, su obediencia , su puntualidad en el c<strong>oro</strong> y<br />

oración , servian mas á la admiración que á la<br />

imitación. Profesó al siguiente año, y poco <strong>de</strong>spués<br />

pasó al colegio que la religión tiene en Salamanca<br />

, don<strong>de</strong> estudió la teología con suma aprobación<br />

, juntando siempre la oración y espíritu con<br />

las letras. Aunque en lo público profesó la regla<br />

mitigada por el papa Eugenio , en lo secreto guardaba<br />

la primitiva dada por san Alberto, patriarca<br />

<strong>de</strong>Jerusalen, en cuanto los superiores se lo permilian.<br />

No comia carne , y continuaba los siete<br />

meses <strong>de</strong> ayuno : guardaba gran<strong>de</strong> recogimiento

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