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La leyenda de oro 4.pdf

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49í LA LEYENDA DE ORO. DICIOIliKE , 25<br />

preñada y para parir, con so esposo san José; pordió la sacratísima y purísima Yírgen que se acerque<br />

<strong>de</strong>sccndia <strong>de</strong> la casa y familia <strong>de</strong>l rey David, caba la hora en que Dios (pieria manifeslar al<br />

que nació en Rolen , don<strong>de</strong> estaba el solar y cepa mundo sus riquezas y tes<strong>oro</strong>s; y encendida do un<br />

tie toda su familia: y no solamente los hombres am<strong>oro</strong>so y dulcísimo afecto <strong>de</strong> ver á su benditísi­<br />

habían <strong>de</strong> presentarle y empadronarse , sino tammo Hijo, se puso en una altísima contemplación<br />

bién las mujeres , á lo que algunos graves autores <strong>de</strong> aquel inefable misterio. Después <strong>de</strong> haber es­<br />

dicen , y parece que el sagrado Evangenlio lo tado un ralo absorta y trasportada en Dios, dice<br />

significa. Habia <strong>de</strong> Nazaret á Belén cuatro jorna­ sania brigada en sus revelaciones, que la Virgen<br />

das : el camino era áspero , y el tiempo riguroso y se <strong>de</strong>scalzó sus zapatos, y so quilo el maulo blanco<br />

frió : los caminantes pobres y mal proveídos; y la con que se cubría , y el velo do la cabeza , y que<br />

Yírgen sacratísima <strong>de</strong> pocos años y preñada <strong>de</strong> quedando en cuerpo y en cabello , sacó dos ¡láña­<br />

nueve meses , y con tantas y tan gran<strong>de</strong>s incomoles <strong>de</strong> lana y lino, que traía aparejados para endida<strong>de</strong>s<br />

, como se pue<strong>de</strong>n pensar: pero ninguna volver al Niño , viles y pobres, pero aseados y<br />

rosa ni impedimento fué parle . peía (pie no obe­ limpios. Después hincada <strong>de</strong> rodillas, volviéndose<br />

<strong>de</strong>ciese al mandato <strong>de</strong>l profano emperador; por­ hacia la parle do Oriente , levantadas las manos<br />

que conio tenia en sus entrañas aquel Señor que y ojos al cielo, llena <strong>de</strong> una divina dulzura , co­<br />

venia con su obediencia á remediar al mundo permenzó á suplicar al Señor, que saliese á la luz la<br />

dido por falla <strong>de</strong> ella, él mismo la movía y alen-, luz <strong>de</strong>l mundo , con eslas ú oirás semejantes pa­<br />

taba, paia que ella hiciese anles <strong>de</strong> su nacimiento, labras: O Padre cierno, que os habéis dignado<br />

lo que él había <strong>de</strong> hacer en loria la vida : y con daime por hijo á vueslro unigénito Hijo , y encer­<br />

su ejemplo enseñase á dará César, lo que es <strong>de</strong>l rar en mis entrañas vueslre tes<strong>oro</strong> , y en esta vil<br />

César , v á Dios , lo que es <strong>de</strong> Dios. Muchos conidia <strong>de</strong> mí cuerpo la perla inestimable do vues­<br />

creen, y no sin gran fundamento, que lodo aquei tra figura y su.-lanc.ia; yo os suplico humil<strong>de</strong>mente<br />

largo camino anduvo la Yírgen á pié: porque que <strong>de</strong>scubráis al inundo esla vuestra perfectísima<br />

su pobreza era gran<strong>de</strong> , y su preñez no se lo imagen, para que por ella os conozcan. Salga <strong>de</strong><br />

i'sloibaba, ni el ihjo que tema en su sagrado su criatura el Criador <strong>de</strong>. lodas ias cosas, la fuente<br />

vientre lo era carga, sino alivio, ni le quitaba caudalosa <strong>de</strong> un rio pequeño, la raíz <strong>de</strong> su rama,<br />

las fuerzas , antes se las daba ¡jara cualquiera <strong>de</strong> su pámpano la vid verda<strong>de</strong>ra , el sol <strong>de</strong> la es—<br />

irabiijo <strong>de</strong>l camino. Verdad es que el evangelista Iredn , y la esposa <strong>de</strong> su tálamo. Yea el mundo á<br />

¡10 lo dice el haber ido á pié, y que el haber ido su Hacedor, el ángel á su Rey , y á su cabeza co­<br />

en algún jómenlo (como comunmente la pintan) no ronada con la dia<strong>de</strong>ma <strong>de</strong> nuestra humildad , el<br />

repugna á su pobreza: y algunos autores son <strong>de</strong> pecadora su Re<strong>de</strong>ntor, el justo á su Justificador,<br />

esta opinión.<br />

el atribulado á su Consolador , el gentil á su Alumbrador,<br />

y el judío á su Gloníicador; y yo, vuestra<br />

8 Llegaron á Belén los divinos caminantes,<br />

humil<strong>de</strong> sierva y eschiva, á mi unigénito Hijo.<br />

muy faltos ele regalos, p<strong>oro</strong> muy Henos <strong>de</strong> la dul­<br />

Era la media noche mucho mas clara que el mezura<br />

y consuelo <strong>de</strong>l cielo, que llevaban consigo.<br />

dio día , cuando todas las cosas se reparan <strong>de</strong>l Ira-<br />

Hallaron el pueblo , que oía pequeño, lleno <strong>de</strong><br />

bajo y gozan <strong>de</strong>l silencio y quietud: y acabada la<br />

gente que <strong>de</strong> lodas partes venían á encabe­<br />

oración do la Virgen sacratísima , comenzaron los<br />

zarse.: ludas las posadas oslaban ocupadas , y<br />

cielos á <strong>de</strong>stilar miel y dulzura ; v ella sin dolor,<br />

por mucho que lo buscaron, no hallaron albergue<br />

sin pesadumbre, sin corrupción y mengua <strong>de</strong> su<br />

ni mesón: porque como los veían pobres , lodos<br />

pureza virginal , vio (leíanle <strong>de</strong> sí , salido <strong>de</strong> sus<br />

les (Libando mano , sin haber (pilen los. acogiese ni<br />

entrañas, mas limpio y mas resplan<strong>de</strong>ciente que<br />

se compa<strong>de</strong>ciese; y asi fueron forzados á retirarse<br />

el mismo sol, al bien y remedio <strong>de</strong>l mundo, tiri­<br />

a un esiablo (pie estaba pegado al arrabal, y certando<br />

<strong>de</strong> frió , y que ya con sus lágrimas comenca<br />

(lo Rolen, la cual esinba edificada en una eoszaba<br />

á hacer oficio <strong>de</strong> Re<strong>de</strong>ntor. No se pue<strong>de</strong> con<br />

lanera do un collado, y al íin do él, hacíala parte<br />

palabras explicar , ni con entendimiento humano<br />

<strong>de</strong> Oriente, habia una cueva, don<strong>de</strong> comunmente<br />

compren<strong>de</strong>r el gozo que ¡a purísima Virgen tuvo<br />

los pobres peregrinos y pastores se acogían en<br />

en aquel punto , y la admiración y estupor que le<br />

tiempo <strong>de</strong> necesidad. En este palacio entró ¡a Rei­<br />

causó ver al que sabia que era verda<strong>de</strong>ro Dios,<br />

na <strong>de</strong> los ángeles ; este pobre y vil lugar, y pro­<br />

tan abatido y humillado : y postrándose <strong>de</strong>lante do<br />

pio <strong>de</strong> bestias, escogió para nacer el Criador <strong>de</strong>l<br />

él con profundísima reverencia . dicen, que dijo:<br />

universo, v id que por su inmensidad no puedo<br />

tiene veneris, Deas meas, Dominus mena et<br />

ser comprendido <strong>de</strong>l cielo ni <strong>de</strong> la tierra. Estando<br />

Filius meus: Bien seáis venido , mi Dios, mi Se­<br />

aquí , dice el evangelista que llegó aquella hora<br />

ñor y mi Hijo: y así le adoró y besó los pies , co­<br />

déla cual pendía la salud <strong>de</strong>l mundo, el reparo<br />

mo á Dios , la mano como á su Señor, y el rostro<br />

<strong>de</strong>l cíelo, ia victoria <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, el triunfo déla<br />

como á su II Jo; y abrazándole y aplicándolo á<br />

muerte y <strong>de</strong>l pecado : llegó aquella dichosa, y<br />

sus virginales pechos, lo envolvió en aquellos pa­<br />

bienaventurada hora en que la Virgen habia do<br />

ñales que traía aparejados. Sonrióse, como niño,<br />

parir á su unigénito Hijo: ahora sea porque la<br />

a la madre el santo infante: halágala con el ros­<br />

misma noche que llegaron ( como algunos conco;<br />

y vuelve sus dulces y alegres ojos á mirarla:<br />

templan) , so cumplió; ahora, porque habiendo t<br />

y como dice san Cipriano : « El Niño mamando en<br />

llegado algún día anles , oslando en aquella cueva<br />

los brazos <strong>de</strong> la Madre gozaba <strong>de</strong> aquella leche<br />

y establo (como parece que lo significa san Lucas),<br />

proveída <strong>de</strong>l cielo, y la fuente <strong>de</strong>l sagrado pecho.<br />

el término <strong>de</strong>l sagrado parto se cumplió. Enten

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