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ocTumiE 23 LA LEYENDA DE ORO. 163
criticar á los dioses. Miníalo, no solamente no
quiso renunciar á su religión , sino que confesó en
alia voz á Jesucristo , y fué degollado en la plaza
pública de Florencia.
Los SANTOS GAYINO , FROTO, Y GENARO Ó
JANUAIUO, MÁRTIRES.—El segundo era sacerdote
y el tercero diácono de la Iglesia de Roma, y junto
con el primero fueron enviados por el papa san
Cayo á la isla do Cerdeña á predicar el Evangelio
á sus habitantes. En tiempo de Diocleciano, por
orden del gobernador . llamado Bárbaro, fueron
presos, martirizados, y decapitados en Torres,
ciudad de la misma isla.
Los SANTOS MARTIRIO Y MARCIANO, MÁRTIRES.
—Fueron naturales de Grecia y el primero llegó á
ser subdiácono y el otro cantor de la Iglesia de
Constantinopla. En tiempo del emperador Constancio,
mostraron estos dos santos gran valoren
defensa de la fé católica contra los herejes, principalmente
arrianos, por cuyo motivo fueron encerrados
en la cárcel por orden del pretor Felipe,
que quería hacerlos morir de hambre y de miseria.
Mas al cabo de algunos días los sacaron de aquel
lugar, y después de haberles hecho padecer muy
crueles tratamientos, les quitaron la vida en la
misma ciudad de Constantinopla.
SAN BONIFACIO, PAPA Y CONFESOR.—Este santo,
que es el primer papa de su nombre, y que fué elegido
para el soberano pontificado el día 29 de diciembre
del año 418, era un anciano sacerdote de
Roma , dotado de una virtud eminente y muy versado
en el conocimiento de la disciplina eclesiástica.
Por el relato de su elección . que enviaron el
clero de Roma y los obispos vecinos al emperador
Honorio, se ve que habia sido elegido conlra su voluntad.
Sin embargo , la Iglesia se vio afligida por
los principios de un cisma , que fueron corlados
por el decrelo de un concilio confirmando la elección
de Bonifacio. Durante su pontificado , se distinguió
principalmente por su suavidad y por su
amor á la paz, sin dejar por esto de ser firme é
inexorable conlra los orientales, que ya entonces
querían introducir en la Iglesia novedades peligrosas.
En su liempo murió san Gerónimo v publicó
gran parte de sus escritos, y san Agustín le
dedicó sus cuatro libros contra los errores do Pelagio.
El santo pontífice murió en paz , en Roma,
el dia 4 de setiembre del año 422, y fué enterrado
en el cementerio de San Felicitas, en la via Salaria,
el cual habia hecho decorar durante su vida.
SAN FRONTÓN, OUISPO Y CONFESOR.—Fué discípulo
do los apóstoles, y san Pedro que lo envió
ó las Galias á predicar el Evangelio, le consagró
obispo antes de su salida de Roma. San Frontón
fundó la Iglesia de Perigord en Francia , y fué su
primer obispo. Trabajó sin descanso en la propagación
de las verdades cristianas por aquel país,
en compañía de un presbítero llamado Jorge , y
después de haber convertido gran multitud do gentiles,
esclarecido en milagros, murió en paz.
SAN GAUDENCIO, OUISPO Y CONFESOR.—Educóse
bajo la dirección de sanFilastro, obispo de Brescia.
Gozaba ya de gran reputación cuando emprendió
un viaje á Jerusalcn, ya para sustraerse al
aplauso y á los honores del mundo, ya también
para que con su ausencia se olvidasen de él en su
patria y pudiese vivir en paz; pero se engañó.
Hallándose en Cesareade Capadocia, supo que san
Filaslro habia muerto, y que el pueblo y el clero
reunidos lo habian elegido obispo , y que todos
habian jurado no admitir otro obispo mas que á él.
Confirmada la elección por los obispos de la provincia
y por san Ambrosio, su metropolitano, estos
escribieron á Gaudencio en Capadocia, conjurándole
á admitir el cargo ; pero fué preciso para decidirle
amenazarle con la excomunión. Por fin no
pudo negarse á tantas instancias y amenazas, y san
Ambrosio le consagró el año 387. Muy pronto conoció
la Iglesia de Brescia el inestimable tesoro que
poseía en su nuevo pastor; pues se reanimó muy
pronto el espíritu de piedad , se purificaron las costumbres,
y la disciplina eclesiástica apareció en todo
su esplendor. Gaudencio no descansaba un momento
en el desempeño de su ministerio. El año
405 fué uno de los legados que el concilio de Roma
envió á Arcadio, emperador de Oriente, para
defender la causa de san Juan Crisóslomo , en cuya
misión tuvo el santo mucho qué sufrir. Su sabiduría
y su virtud están impresas en todas las obras
que de él nos han quedado y de ellas colegimos que
murió por los años de 420, en olor de santidad.
SAN HILARIO, ORISPO Y CONFESOR.—Gobernó
la Iglesia de Gevaudan en paz y santidad, y descansó
tranquilo en el Señor, después de un laborioso
episcopado de muchos años.
SAN FRUTOS, CONFESOR, PATRÓN DE SEGOVIA.
—Nació este santo en Segovia el año 642 de Jesucristo.
Sus padres , que eran honrados y de alguna
fortuna, le criaron en el temor de Dios y en
el conocimiento de aquellas santas máximas que
en edad madura constituyen la paz de las familias
y la felicidad de los individuos. Frutos era apacible
y benigno de condición , y tenia aun pocos años,
cuando ya resplandecían en sus modales aquella
vejez honrada y aquellas venerables canas que
cria la virtud. A los quince años creyó quo debía
resolver sobre el género de vida que debería abrazar,
v después de muchas meditaciones y oración,
se inclinó á vivir en la soledad , á la cual marchó,
después de haber repartido su hacienda entre los
pobres. Al despedirse desús hermanos, les habló
con tanta energía sobre la vanidad y futileza de los
bienes terrenos , y las dulzuras que se encuentran
en el servicio de Dios, que aquellos se decidieron
á seguirle. Anduvieron los tres santos
hermanos como nueve ó diez leguas al norte de
Segovia , v atravesando el rio Duraton , lomaron
su caminóla ribera abajo, y ó poco mas de media
legua de donde se edificó después el monasterio
de Nuestro Señor de la Hoz , fijaron su morada
y asiento. En esta soledad , de peñas muy quebradas
y casi inaccesibles, hallaron reposo y tranquilidad
para darse del lodo á la contemplación de
las cosas del cielo; y después de construidas sus
chozas, edificaron en lo alto del monte un oratorio
ó ermita ó nuestra Señora donde pudiesenjunlarse á
hacer oración. Dícese que con el dedo tocó Fruí os
en una peña, y de ella salió luego un manantial