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La leyenda de oro 4.pdf

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488 LA LEYENDA DE ORO.<br />

riré en tus malda<strong>de</strong>s; porque solo sacrifico á mi<br />

Señor Jesucristo quo se ha dignado, por su infinita<br />

misericordia, <strong>de</strong> traerme aquí á ganar esta c<strong>oro</strong>na<br />

<strong>de</strong>juslicia. Hola (dijo Flacco) pues esteno haceeaso<br />

<strong>de</strong> mis gran<strong>de</strong>s pieda<strong>de</strong>s; traed al instante unos<br />

cardos ó garfios <strong>de</strong> acero , y herid cruelmente con<br />

ellos sus rodillas y todo su cuerpo, y ved si con<br />

este riguroso tormento se le quila la locura. <strong>La</strong> locura<br />

es solo tuya (replicó Gregorio) , que negando<br />

á tu Criador y Señor Jesucristo, reconoces y adoras<br />

á los <strong>de</strong>monios.<br />

5 Esclavo vil y señalado con la horca como<br />

los mas viles y huidos <strong>de</strong> sus señores ( dijo enfurecido<br />

Flacco) , ¿yo ad<strong>oro</strong> y sirvo á los <strong>de</strong>monios?<br />

Sí (dijo Gregorio); y ellos te tienen ciego: pues no<br />

los ves, ni conoces, adorándolos. Hola (dijo Flacco)<br />

, al instante traed lámparas y hachas encendidas,<br />

y abrasadle los costados, diciéndole : No seas<br />

soberbio. Todo lo iban ejecutando por su or<strong>de</strong>n,<br />

como el impío juez lo mandaba : y cuando con mas<br />

furor le abrasaban los crueles verdugos con las<br />

hachas encendidas; vuelto al tirano, le dijo Gregorio<br />

santo: Aunque abrases lodo mi cuerpo y lo<br />

<strong>de</strong>spedaces á tormentos, no le canses, Flacco<br />

cruel; porque tengo á mi Señor Jesucristo, médico<br />

celestial y divino que me cura, consuela , y da<br />

nuevas fuerzas y alientos nuevos, como ves ; <strong>de</strong><br />

tal suerte, que en nada estimo tus tormentos. Llega,<br />

maldito-(dijo el soberbio Flacco) y reconcilíale<br />

con los dioses, adorándolos antes que le acabe <strong>de</strong><br />

quitar la vida. Malditos son todos los que confian<br />

en los ídolos y falsos dioses, respondió el invictísimo<br />

Gregorio. Oyendo estas razones Flacco, se encendió<br />

como un fuego, y temblando todo <strong>de</strong> cólera,<br />

como un azogado, sin saber qué hacerse, dijo:<br />

Llámenme presto á Tircano. Aquí estoy, respondió<br />

Tircano. Pues, lo que quiero (dijo Flacco) . es<br />

que supuesto que esle hechicero y encaulandor ha<br />

apurado cuantos tormentos imaginar se pue<strong>de</strong>n,<br />

y mi paciencia y entendimíenlo.^que lo saquen en<br />

medio <strong>de</strong>l anfiteatro y allí le corlen la cabeza sin<br />

dilación alguna.<br />

6 Puesto en medio <strong>de</strong>l anfiteatro, exclamó así<br />

el valeroso campeón y guerrero fuerte ó invencible<br />

Reedito seáis, mi Dios y Señor, Rey mío,<br />

consolador mío y libertador mió, que os habéis<br />

dignado <strong>de</strong> llamarme hoy <strong>de</strong> este mundo caduco y<br />

perece<strong>de</strong>ro, á vuestro reino y eternos gozos: y<br />

mirando al cielo, oyó una voz, que le dijo: Gregorio,<br />

ya eslás c<strong>oro</strong>nado : ya estás escrito en el<br />

número <strong>de</strong> mis sanios y escogidos: enlra en mi<br />

reino, bendito <strong>de</strong>l Señor, preparada tienes la silla<br />

<strong>de</strong> gloria y habitación eterna: y antes que acabase<br />

el ángel <strong>de</strong> pronunciar las referidas palabras,<br />

le cortó el verdugo la cabeza sacrosanta , y<br />

voló su benditísima alma al cíelo con el mismo<br />

ángel que la llamaba, y hablaba, á ocupar<br />

la silla para que le convidaba. Fué su martirio<br />

glorioso á 24 <strong>de</strong> diciembre (cha en que le<br />

celebra la Iglesia) por los años <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 303<br />

imperando los ya referidos Diocleciano y Maximiano.<br />

Quedó el santísimo cuerpo dividido do<br />

la sacrosanta cabeza : y no contento el tirano con<br />

la suma <strong>de</strong> tormentos , que en él habia ejecutado<br />

DIOTEMRRE 94<br />

cuando vivo, pesaroso <strong>de</strong> no haberlo echado antes<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>gollarle á las fieras , como eslaban en el anfileairo,<br />

mandó Tircano que las sobasen. Iliciéronlo<br />

así: salieron rabiosísimas y feroces las fieras:<br />

partieron para el santo cuerpo ; pero apenas llegaron<br />

á él, cuando mansas y humil<strong>de</strong>s se le postraron<br />

, é inclinando sus cabezas , le veneraron. Estaba<br />

toda la ciudad mirando el espectáculo , y á<br />

gran<strong>de</strong>s voces exclamó la turba: ¡ Verda<strong>de</strong>ramente<br />

es gran<strong>de</strong> el Dios <strong>de</strong> los cristianos I y creyeron<br />

infinitos en Jesucristo, y se bautizaron, Al<br />

mismo tiempo el tirano Flacco fué herido por un<br />

ángel: con que. vomitando las entrañas, espiró<br />

rabiosamente. El sanio cuerpo quedó en medio<br />

<strong>de</strong>l anfiteatro, y una señora cristiana llamada<br />

Abundancia , se fué á Tircano y le compró el santísimo<br />

cuerpo por treinta y cinco doblones que pichó<br />

el tirano por él , dándolos muy gozosa , y haciendo<br />

gracias á nueslro Señor , canjando himnos<br />

y salmos, lo sepultó (envuelto en bálsamo, nardo<br />

y preciosas aromas) junto al puente <strong>de</strong> piedra y<br />

rio llamado Sanguinario , cerca <strong>de</strong> los muros <strong>de</strong> la<br />

ciudad : cuyas reliquias liene hoy en gran veneración<br />

la iglesia mavor <strong>de</strong> Colonia con los cuerpos do<br />

los santos Ires reyes Magos, que vinieron al portal<br />

<strong>de</strong> Rolen á adorar al recién nacido infante Jesús.<br />

Escribieron esta prodigiosa historia y martirio <strong>de</strong><br />

san Gregorio , Reda ; Usuardo; Adon ; Mombricio,<br />

tom. ii; Surio , lom. vi; Pedro <strong>de</strong> Natahbus , in<br />

CalhaliHjo Sancionan , hb. i, cap. 88 ; el Martirologio<br />

romano ; v Raronio en sus anotaciones, y<br />

en el tom. n do sus Anales , año 303 , núm. 121,<br />

y año 378 , núm. 15.<br />

7 Por dar nueva vida á la vida la perdió el<br />

Autor <strong>de</strong> ella. En la historia presente y martirio <strong>de</strong>l<br />

santísimo sacerdote Gregorio (que por prodigioso<br />

pue<strong>de</strong> servir do i<strong>de</strong>a y libro do memoria para lodos<br />

los <strong>de</strong>más), se ve esta verdad. ¿ Cuántos géneros<br />

do muerles pa<strong>de</strong>ció? No hay duda, que<br />

laníos cuantos fueron los tormentos, á que le expuso<br />

el tirano. ¿Luego murió muchas veces? Sí.<br />

¿Pues quién le daba tantas vicias? <strong>La</strong> vida que<br />

vivia , y por quien moría , que era Cristo. A su<br />

vida sola el menor tormento era muerte; pero fortalecido<br />

<strong>de</strong>l Autor <strong>de</strong> la vida , tuvo vida para lanías<br />

muertes, hasta que gozoso el mismo Dios, y<br />

glorioso en sus triunfos, le c<strong>oro</strong>nó en la úliima<br />

muerte con la vida eterna , que posee con el mismo<br />

Jesucristo, con quien por su intercesión vivamos<br />

lodos. Amen.<br />

* LA CONMEMORACIÓN »E CUARENTA SANTAS VÍR­<br />

GENES , MÁRTIRES. — Fueron man izadas en Antiaquía,<br />

durante la persecución <strong>de</strong> Decio, el año<br />

<strong>de</strong> 251.<br />

Los SANTOS LUCIANO, METROMO, PAULO, CE­<br />

NOBIO , TKÓTIMO , Y Diruso , MÁRTIRES. —Sufrieron<br />

por la le <strong>de</strong> Cristo , y ganaron la palma <strong>de</strong>l<br />

martirio en Trípoli. Galesiuo dice que lo fueron<br />

en Roma.<br />

SAN EUTIMIO Ó LUTIMIO , MÁRTIR. — Viendo<br />

el valor y la constancia con que iban al martirio<br />

los cristianos , abrazó con ardor una religión tan<br />

sublimo , y en tiempo <strong>de</strong> la persecución <strong>de</strong> Diocleciano<br />

fué martirizado en Nicomedia.

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