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La leyenda de oro 4.pdf

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mcTK.HaRE, 3 LA LEYENDA DE ORO. 3!/.-><br />

risco , cargado <strong>de</strong> los ornamentos para <strong>de</strong>cir misa, <strong>de</strong> san Francisco un japón que habia venido á<br />

y <strong>de</strong> otro hato <strong>de</strong> su amo , iha lias él á pié por la oirle el sermón , y[era mozo libre y <strong>de</strong>senvuelto,<br />

nieve ( y muchas veces <strong>de</strong>scalzo ) por los panta­ hizo burla <strong>de</strong> él, y para mayor oprobio le escupió<br />

nos y rios (pie habia <strong>de</strong> pasar, y lastimándose los en la cara. El hermano, sm turbarse , limpiándo­<br />

pies con las piedras y espinas que topaba ; mas sela con el lienzo, prosiguió su sermón con la mis­<br />

iba tan enajenado y como fuera <strong>de</strong> sí, y lan trasma serenidad y semblanle que antes. Vio esto otro<br />

portado en Dios, que no parecía qoesenlia algún <strong>de</strong> los oyentes : y pareciéndole que aquella pa­<br />

trabajo, ni las voces y gritería que algunas veces ciencia y sufrimiento <strong>de</strong>l hermano, era cosa mas<br />

le daban los japones por el camino, por verle tan divina que humana, y que no podia <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser<br />

pobre y extranjero , y tenerle por hombre loco y verda<strong>de</strong>ra la ley que predicaba , pues le enseñaba<br />

sin juicio. Llegado á Meaco, nunca pudo haber y daba virtud para ser tan manso, y llevar con<br />

audiencia <strong>de</strong>l rey, porque las guardas no le <strong>de</strong>ja­ tanta serenidad la injuria que se le habia hecho;<br />

ron entrar, haciendo burla <strong>de</strong> su persona. Quiso vino luego á buscar á san Francisco , y le pidió<br />

predicar en la ciudad , mas estaba tan alb<strong>oro</strong>tada que le luciese cristiano ; y fué el primero que esta<br />

y con tanto temor <strong>de</strong> guerra, que le pareció al vez recibió la fé en Amanguiche : para que se. vea,<br />

santo que no seria oido : y encomendándose á cuánta mas fuerza tienen los ejemplos <strong>de</strong> pacien­<br />

nuestro Señor, se resolvió á volverse á Amangui— cia que las palabras. Tras este se siguieron otros<br />

che , por ser ciudad muy principal (como diji­ muchos , y entre ellos un mozo muy docto, ejermos)<br />

, y tener esperanza <strong>de</strong> mas copiosa cosecha, citado en todas las sectas <strong>de</strong>l Japón , que recibió<br />

y volvió con el mismo trabajo ó incomodidad que el bautismo, y se llamó Lorenzo, y se <strong>de</strong>terminó<br />

habia venido.<br />

á entrar en la Compañía y consagrarse <strong>de</strong>l todo á<br />

41 En Amanguiche se fué al rev y luego le<br />

dieron entrada , y fué recibido <strong>de</strong> él con gran cortesía<br />

y humildad , especialmente <strong>de</strong>spués que le<br />

dio las cartas <strong>de</strong>l virey y obispo <strong>de</strong> la India , v<br />

algunos presentes, que aunque no eran <strong>de</strong> mucho<br />

valor , mas por ser <strong>de</strong> cosas nuevas y no vistas en<br />

aquella tierra, fueron muv estimadas <strong>de</strong>l rey: el<br />

cual por correspon<strong>de</strong>r al santo , le ofreció buena<br />

cantidad <strong>de</strong> <strong>oro</strong> y plata; mas él no la quiso recibir,<br />

diciendo, que no habia venido <strong>de</strong> lan lejas<br />

tierras por cosa alguna <strong>de</strong> la tierra , mas por solo<br />

llevar el alma <strong>de</strong> su alteza y la <strong>de</strong> sus vasallos al<br />

cielo, enseñándoles el camino para ir allá, que<br />

era el conocimiento y obediencia <strong>de</strong> un Dios solo<br />

y verda<strong>de</strong>ro , criador do todas las cosas, y <strong>de</strong> su<br />

unigénito HIJO Jesucristo; y que pura eslo le suplicaba<br />

que le diese licencia para predicar, y mandase<br />

pregonar, que todos sus vasallos que quisiesen<br />

, podian libremente recibir la religión cristiana.<br />

El rey quedó lan pagado <strong>de</strong>l sanio , y <strong>de</strong>l<br />

menosprecio <strong>de</strong>l <strong>oro</strong> y piala que le había ofrecido,<br />

Dios, y fué uno <strong>de</strong> los mayores ministros que su<br />

divina.Majestad tomó para convertir á los japones,<br />

y amplificar su santa religión en aquel reino. Fué<br />

tanto el fruto que se hizo en Amanguiche , que en<br />

espacio dn un año se bautizaron tres mil personas,<br />

y entre ellas algunas doctas y <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> ingenio,<br />

que disputaban con los bonzos y los convencían <strong>de</strong><br />

sus errores. Crecieron tanto en la virtud y piedad<br />

aquellos cristianos, que en veinte y cinco años <strong>de</strong><br />

torbellinos y tempesta<strong>de</strong>s , que <strong>de</strong>spués pa<strong>de</strong>cieron,<br />

faltándoles padres y maestros que los amparasen<br />

y ensoñasen ; ellos mismos se hicieron maestros<br />

entre sí, y conservaron la doctrina que <strong>de</strong><br />

san Francisco habían recibido.<br />

y él no habia querido recibir, que le concedió<br />

luego todo lo que habia pedido, v juntamente un<br />

monasterio <strong>de</strong> bonzos , que estaba vacío , para que<br />

pudiese en él habitar.<br />

42 Con osla buena gracia y liberalidad <strong>de</strong>l<br />

rey, Ingente <strong>de</strong> Amanguiche cobró eslima <strong>de</strong> la<br />

persona <strong>de</strong>l santo varón y <strong>de</strong> la doctrina que enseñaba.<br />

Venían muchos á oirle cuando predicaba<br />

(que era dos veces al día), y á preguntarle varias<br />

cosas acerca do lo que había enseñado, y <strong>de</strong> los<br />

misterios <strong>de</strong> nuestra sania religión ; y también venían<br />

al monasterio don<strong>de</strong> moraba , bonzos y Lienzas<br />

(que son sus religiosos y religiosas), y muchos<br />

caballeros y genio noble, proponiéndole lanías<br />

dudas , que le leniancasi lóela la noche sin <strong>de</strong>jarle<br />

reposar. Y aunque gastó muchos diasen eslo, y<br />

los japones mostraban que les cuadraba, v era<br />

conformo á razón lo que el sanio padre les enseñaba<br />

; ninguno se movía á ser cristiano (por ser<br />

cosa muy diferente parecemos bien lo bueno y ponerlo<br />

por obra ) , hasta que un dia , predicando en<br />

la plaza el hermano Juan Fernan<strong>de</strong>z . compañero<br />

43 Era ya tan gran<strong>de</strong> la fama que por lodo<br />

el Japón se habia extendido <strong>de</strong> la santidad y excelencia<br />

<strong>de</strong> su persona , que el rey <strong>de</strong> Rungo , hombre<br />

pru<strong>de</strong>ntísimo, y muy po<strong>de</strong>roso y estimado, le<br />

envió á rogar que le viese, y el santo frió, acompañado<br />

<strong>de</strong> muchos portugueses que le quisieron<br />

honrar, así por mostrarlo que le estimaban, como<br />

por acreditar mas la doctrina que enseñaba y,<br />

amplificar nuestra santa religión. Fué recibido <strong>de</strong>l<br />

rev <strong>de</strong> Rungo con extraordinario apáralo y benevolencia<br />

: disputó <strong>de</strong>lante do él y <strong>de</strong> toda su corto<br />

muchas veces con los bonzos, que una vez vinieron<br />

á la disputa en número <strong>de</strong> tres mil, escogiendo<br />

á los mas sabios y famosos entre ellos para que<br />

hablasen, y todos quedaron convencidos, avergonzados<br />

y corridos, sm que ninguno supiese respon<strong>de</strong>r<br />

ó replicar ó lo que <strong>de</strong>cía san Francisco; y<br />

y el mismo rey , y toda la gente, admirada <strong>de</strong> la<br />

verdad que enseñaba , y <strong>de</strong> la eficacia y mo<strong>de</strong>stia<br />

con que la enseñaba , entendieron que aquella no<br />

era doctrina humana sino venida <strong>de</strong> arriba. Mas<br />

estando san Francisco ocupado con el rey do Bungo<br />

, en Amanguiche , dondo habia quedado el padre<br />

Cosme <strong>de</strong> Torres para cultivar aquella viña,<br />

al mejor tiempo se armó un nublado , que la apedreó;<br />

porquo el mismo rey <strong>de</strong> Amanguiche fué<br />

<strong>de</strong>spojado <strong>de</strong>l reino por un vasallo suyo, y se mató<br />

con sus manos temiendo caer en las <strong>de</strong> su enemigo<br />

, y la nueva Iglesia <strong>de</strong>l Señor pa<strong>de</strong>ció mucho,

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