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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVlKMUllli 2V LA LEYENDA DE ORO.<br />

las aguas, y con nueva maravilla le vieron <strong>de</strong>spués<br />

salir <strong>de</strong>l lodo enjuto. En la última jornada,<br />

para entrar en la corle sin registro y sin concurso,<br />

salieron <strong>de</strong> Gelafe , puesto el sol: con qire les cogió<br />

la noche en medio <strong>de</strong> la jornada: pero á vírgenes<br />

tan pru<strong>de</strong>ntes y á padre tan ceñido, el cielo les<br />

envió lámparas, cercando el carro y todo el acompañamiento<br />

con un resplandor tan celestial, que<br />

<strong>de</strong>jando lo <strong>de</strong>más <strong>de</strong>l campo en su obscuridad, les<br />

clarificó el carril hasta entrarlos en la villa.<br />

27 Vuelto el santo á la provincia, fundó otro<br />

convento <strong>de</strong> frailes en la Mancha Real; y al año<br />

siguiente, por expresa revelación do Dios, fundó<br />

el <strong>de</strong> Caravaca : y vendo á fundar otro en Bujalance,<br />

libró dos mujeres poseídas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio; y<br />

diciendo un dia misa, le regaló el Señor, mostrándosele<br />

cerrado <strong>de</strong> un globo <strong>de</strong> luz que lodo lo<br />

ro<strong>de</strong>aba y <strong>de</strong>jaba iluminado. Llegando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

la misa á la reja para hacer una plática á las monjas,<br />

todavía se conlinuabael resplandor tan a lo<br />

sensible, que entrando los ra vos por la reja, los<br />

participaron las religiosas: Con estas luces profélicas<br />

conoció las tinieblas que pa<strong>de</strong>cía en su celda<br />

una religiosa llamada Bárbara <strong>de</strong>l Espíritu Sanio:<br />

hízola llamar ,y la dijo : ¿Cómo no me dice, hija,<br />

lo que pa<strong>de</strong>ce? Pues ya que ella lo calla, yo se lo<br />

quiero <strong>de</strong>cir: y diciéndole punto por punió todo<br />

loque en su interior pa<strong>de</strong>cia, la consoló, y aseguró<br />

que presto estaria en paz. Vio también en espírilu<br />

que las monjas do olro convento estaban dividirlas<br />

en la aprobación <strong>de</strong> una novicia , y las escribió<br />

que le quitasen el hábito, sin embargo que era<br />

sobrina <strong>de</strong> un obispo.<br />

28 Como el sanio padre era como aquel árbol<br />

que vio san Juan , que todo el año daba frutos,<br />

y sus hojas eran para salud <strong>de</strong> las gentes, continuó<br />

también por este tiempo sus milagros y maravillas<br />

en beneficio <strong>de</strong> las almas y <strong>de</strong> los cuerpos.<br />

Dallábase una religiosa con lan mortal acci<strong>de</strong>nte,<br />

que or<strong>de</strong>nó el médico la sacramentasen muy apriesa.<br />

Llamaron al santo padre para que lo luciese;<br />

pero diciéndole un evangelio, y poniéndole sus<br />

manos en la cabeza , estuvo sana , y al otro dia so<br />

levantó. Llevando las monjas para fundar en Málaga,<br />

dio María do Cristo tan [religiosa caida do la<br />

cabalgadura , que lodos creyeron era muerta. Estuvo<br />

un rato sin sentido , <strong>de</strong>rramando mucha sangre<br />

<strong>de</strong> la cabeza : llegó el sanio , y limpiándole la<br />

herida con su pañuelo, sin otro beneficio, se levantó<br />

sana y prosiguió su viaje. Yendo olía, vez<br />

<strong>de</strong> camino con su compañero el hermano Fr. Martin<br />

, y un hermano donado, llamado Pedro <strong>de</strong><br />

Santa María, dio ésle lan mala caida , que por<br />

muchas parles se rompió la canilla <strong>de</strong> una pierna.<br />

<strong>La</strong>stimados los compañeros, y tratando <strong>de</strong> la<br />

cura , hallaron la canilla hecha pedazos y quesonaba<br />

como una raña muy cascada. Teníale la<br />

pierna el hermano Fr. Martín ; y siendo el médico<br />

el santo provincial, no le aplicó mus remedio que<br />

un [JOCO do su saliva, y alando la pierna con el<br />

pañuelo, le subieron sobre el jumenlillo. Llegarlos<br />

á una venia, dijo el santo: Aguar<strong>de</strong>, hermano, y<br />

le apearemos para que no so lastime. Respondió:<br />

¿Qué es lastimar, padre nuestro? Ya no me duelo<br />

la pierna ; y tentándola, vio que estaba sana. Salló<br />

en tierra, y se halló tan sano y sólido como antes<br />

<strong>de</strong> la caida. Por milagrosa calificaban los dos hermanos<br />

la cura ; pero el santo padre, para <strong>de</strong>slumhrarlos,<br />

les elijo: Callen ubi: ¿qué saben ellos <strong>de</strong><br />

milagros? Mas viendo que no bastaba, les mandó<br />

con obediencia el silencio. Rematemos con otro<br />

caso <strong>de</strong> mayores circunstancias. Caminando en<br />

olra ocasión con el hermano Pedro <strong>de</strong> la Madre<br />

<strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Baena á Jaén hubo <strong>de</strong> pasar un<br />

rio: llegó al vado, y venia lan lleno, que los arrieros<br />

no se atrevieron á va<strong>de</strong>arle. Quiso también<br />

el santo provincial quedarse con ellos ; pero<br />

alumbrado <strong>de</strong>l Señor, dijo al compañero se quedase;<br />

y él con el jumentillo se entró por el rio. A<br />

poco trecho tropezó el jumento, y viendo su peligro<br />

el santo padre, llamó á la santísima Virgen,<br />

que acudiendo luego á socorrerle, le asió <strong>de</strong> las<br />

punías <strong>de</strong> la capa, y llevó sobre las aguas hasta<br />

<strong>de</strong>jarlo en la oriila, con gran<strong>de</strong> admiración <strong>de</strong> los<br />

que la miraban. Salió también la cabalgadura: y<br />

volviendo á subir, á lodo correr no paró hasta la<br />

venta que llaman <strong>de</strong> Doña María : halló en ella un<br />

pasajero mal herido con tres puñaladas que el hijo<br />

<strong>de</strong>l huésped le habia dado: admiró el sanio padre<br />

la benignidad <strong>de</strong>l Señor con aquella alma, y<br />

mas cuando llegándole á consolar, supo que era<br />

religioso profeso <strong>de</strong> cierta or<strong>de</strong>n, que andaba apóstata.<br />

Confesólo y dispersólo por espacio <strong>de</strong> dos horas;<br />

y al fin <strong>de</strong> ellas, arrepentido y reconocido á<br />

Dios, espiró con gran<strong>de</strong> y muy singular consuelo<br />

<strong>de</strong>l santo confesor ¡ consi<strong>de</strong>rando cuántos milagros<br />

obró nuestro Señor por la salvación <strong>de</strong> aquella<br />

alma.<br />

29 Mucho <strong>de</strong>seaba el sanio padre verse <strong>de</strong>scargado<br />

<strong>de</strong> oficios, por el gran<strong>de</strong> amor que tenia<br />

á la soledad y retiro, y <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> tratar á solas con<br />

Dios; pero aun no se lo permitía su Majestad. Habiendo<br />

concluido la ocupación <strong>de</strong> vicario provincial<br />

, le hicieron segunda vez prior <strong>de</strong>l convenio<br />

<strong>de</strong> Granada; y aunque con muchas lágrimas lo<br />

renunció , no quiso el capítulo admitir sus ruegos.<br />

Rindióse á la carga el humil<strong>de</strong> padre, y prosiguiendo<br />

su gobierno con el acostumbrado ejemplo y<br />

crecido fruto <strong>de</strong> las almas, se le notó por este tiempo<br />

que sus hábitos y remiendos <strong>de</strong>spedían un olor<br />

celestial y peregrino. Llegó ocasión en que á<br />

gran<strong>de</strong>s instancias se hubo <strong>de</strong> rendir á mudar hábito<br />

, y el que <strong>de</strong>jó se lo vistió otro religioso , eslimándolo<br />

por reliquia,aunque bien pobre. Al punto<br />

echó <strong>de</strong> sí tal fragancia, que se persuadieron<br />

los <strong>de</strong>más que iba cargado <strong>de</strong> olores. Excusábase<br />

el religioso con la verdad , y llegaron á creerla,<br />

cuando quitándose el hábito el rehg'oso, reconocieron<br />

lodos nacer <strong>de</strong> solo el hábito la fragancia.<br />

Era el santo aquel buen olor <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong> que so<br />

gloriaba el Apóstol; porque en lodo <strong>de</strong>seaba<br />

conformarse y asemejarse á Cristo crucificado,<br />

humillado y abatido : por lo cual, continuamente<br />

y con muchas ansias le pedia tres cosas: la primera<br />

; que no le llevase <strong>de</strong> esla vida siendo prelado<br />

: la segunda; que le diese que pa<strong>de</strong>cer por<br />

su amor; y la tercera; que muriese habitando<br />

don<strong>de</strong> no le conociesen : v se las concedió el Se-

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