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NOVIEMBRE , 20 LA LEYENDA DE ORO. 323
tianos que habian quedado en Inglaterra . trataron
de buscar el santo cuerpo de su rey y mártir glorioso
Eadmundo. El cuerpo le bailaron fácilmente
vendo al lugar del martirio, donde cubierto de
ycibas le guardaba Dios do las inclemencias de los
tiempos, de las (leras y aves, incorrupto , oloroso
y hernioso. Diéronlo honorífica sepultura , venerándole
como á rey, santo y mártir, quitándolo
las saetas de las heridas , y guardándolas para reliquias.
Pero no tuvieron lodo el gozo cumplido
por fallarles la cabeza, y no saber donde la hallarían
; mas discurriendo que los bárbaros no la
habrían llevado por reliquia, sino arrojado en aquellos
campos, se resolvieron á buscarla, confiados en
que Dios seles descubriría. Repartiéronse en cuadrillas
: y dándose cierta señal para juntarse , y no
dejar cosa en aquellos bosques que no mirasen,
dieron principio á la ejecución de sus deseos. Apenas
se dividieron por aquellos campos cuando
una voz que todos á un tiempo oyeron , los volvió
ajeniar. Era la voz de la sagrada cabeza que dijo:
Aquí estoy. Perocomo aun no la viesen, preguntaban
todos á un tiempo: ¿Dondeeslás? Y la cabeza
respondió tros veces: 11er , her , her: voz , ó palabra
inglesa , que quiere decir: Aquí, aquí, aquí:
y luego volvió á repetir la misma palabra , sin cesar
hasta que los tuvo cerca de sí. Entonces vioron
otro prodigio ; y fué que un fiero lobo tenia
enlre las zarzas la santísima cabeza en sus manos,
para que no la tocasen las espinas, y como si fuera
racional la acariciaba y besaba. Entrególes el tesoro;
pero con tanto sentimiento de dejarle, que se
íué , como si fuera un manso cordero , en su seguimiento,
sin que á ninguno causase asombro latiera,
ni hubiese hombre tampoco que la hiciese mal alguno.
Con esto caminando en procesión gozosos y
alegres, derramando copiosas lágrimas de devoción
por el hallazgo , llegaron al lugar donde habian
colocado el sanio cuerpo , y descubriéndole,
pusieron la sagrada cabeza junio á él. El lobo habiendo
cumplido con ser custodio fiel de aquella
sania reliquia , y defendídcla de las oirás fieras
tanto tiempo, se volvió á su bosque, sin quejamos
fuese visto de hombre alguno. Edificaron allí una
iglesia al sanio cuerpo, según la posibilidad do
los tiempos. Después pasados muchos años, cuando
ya las co=as de Inglaterra estaban mas quietas, le
edificaron un templo suntuosísimo; y al colocarle
nuevamente, vieron todos como la cabeza se habia
unido á su lugar, dejando solo para memoria eterna
de su martirio una señal en su pescuezo , como
un hilo de seda carmes!. Crecíanle los cabellos y
úñasele pies y manos, como si estuviera vivo; y
una devota señora so las corlaba de cuando en
cuando , y guardábalas por reliquias sagradas , curando
con ellas enfermos ele diversas enfermedades.
Al fin son tantos los milagros y prodigios
que cada dia se ven en el sepulcro del invictísimo
márlir y rey Eadmundo . quo era menester un libro
entero , y aun muchos para copiarlos: que así
honra Dios á quien por su honor y fé pierde la
vida. Escribieron la ele este rev santísimo y su
glorioso martirio Abbo, abad Floriacenso, de quien
son las lecciones del breviario, donde está toda la
historia sucintamente copiada ; Surio, tomo vi;
Podro de Natalibus, in Calhalogo Sanct., lib. x ,
cap. 89 ; Molano in Addit. ad Usuard.; el Martirologio
romano; y Baronio en sus anotaciones , y
en el tomo x de sus Anales, año 870, núm. ko.
* Los SANTOS AMPELIO Y CAVO , MÁRTIRES.—
Fc-eron presos por orden del emperador Decio , y
puestos en el potro , donde murieron destrozados.
Esle ilustre martirio tuvo lugar enMesina do Sicilia,
patria de ambos santos, por cuya intercesiónha
recibido dicha ciudad grandes favores del cielo.
Los SANTOS OCTAVIO , SOLUTOR , Y AVENTOR
MÁRTIRES.—Fueron deTurin, y pertenecieron á
la célebre legión tebana. El Martirologio romano
dice, que portándose valerosamente por la fé católica
, en tiempo del emperador Maximiano , fueron
coronados con el martirio. Existe un sermón
de san Ambrosio, arzobispo de Milán, en honrosa
memoria de estos santos.
SAN AGAPIO , MÁRTIR. — Fué atleta esforzado do
la religión cristiana , y su vida y muerte estuvieron
siempre acompañadas de visibles portentos celestiales.
Hallándose en Casarea de Palestina , de
donde era natural , fué acusado ante el prefecto;
pero lejos de intimidarse con las terribles amenazas
que se lo hicieron , confesó con libre voz que él
solo servia á Jesucristo, por quien estaba dispuesto
á recibirlos mayores horrores que pudiese la crueldad
inventar.-Entregáronle , pues, á un oso para
que le despedazase; pero la fiera se arrodilló á sus
pies y no le hizo daño alguno. En seguida le azotaron
inhumanamente y lo llevaron á la cárcel ,
hasta que al dia siguiente le ataron dos grandes
piedras á los pies, y le sumergieron en el mar,
donde espiró. El P. Pagi coloca su muerte en el
año 303, y el cardenal Baronio en el año 306.
SAN NiíRSAS,OBisro, Y SUS COMPAÑEROS, MÁR­
TIRES.—El cuarto año de la gran persecución excitada
por Sapor II, Nersas, obispo de Sciarcadat,
ciudad de Persia , fué preso con un discípulo
suyo, cuando el rey se hallaba en la misma ciudad.
Ambos fueron conducidos á la presencia de! principo,
que , después do haberles preguntado si eran
cristianos, los condenó á ser decapitados. Ejecutóse
la sentencia en presencia de una gran multitud
de pueblo, el día20 de noviembre del año 3i3
de Jesucristo.
SAN DASIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo de
la ciudad de Dorosloro en Misia, cuyos habitantes
ilustró con la predicación evangélica. En liemdo
de los emperadores Diocleciano y Maximiano
so opuso una vez á las deshonestidades quo se cometían
en la fiesta do Saturno , por cuvo motivo
lo maltrataron los gentiles, y por orden del gobernador
Baso fué atormentado y degollado.
Los SANTOS ECSTAQ'JIO , TKSPRSIO , Y A NATO-
LÍO , MÁRTIRES. — Fueron de la ciudad de Nicea
en Hitinia , donde sellaron con su sangre las verdades
ele la fé que profesaban. El Martirologio romano
dice que fueron martirizados durante la
persecución de Maximiano , y el venerable Boda
pone su muerte en el año 237.
Los SANTOS BASO , DIONISIO, AC.APITO, Y OTROS
CUARENTA COMPAÑEROS . MAR PIBES. — Nada sa--