08.05.2013 Views

La leyenda de oro 4.pdf

La leyenda de oro 4.pdf

La leyenda de oro 4.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NOVIEMBRE, 20 LA LEYENDA DE ORO: :¡r><br />

rlebia partirse á Нота , y dar cuenta al sumo pontífice,<br />

que á la sazón era Celestino III, y pedirie<br />

quo diese facultad pata fundar la nueva religión;<br />

y el obispo y aba<strong>de</strong>s le dieron cartas para el sumo<br />

puntillee, en que le daban cuenta <strong>de</strong> lo sucedido,<br />

y recomendaban la persona <strong>de</strong> Juan.<br />

5 Escribe Macedo Andra<strong>de</strong> y el M. Er. Jacinto<br />

<strong>de</strong> Barra , <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Santo Domingo,<br />

en su Rosa laureada , triunfo VI, que reveló Dios<br />

en España á santo Domingo <strong>de</strong> Gtizman esta elección<br />

<strong>de</strong> san Juan <strong>de</strong> Blata para primer re<strong>de</strong>ntor<br />

<strong>de</strong> cautivos; y por oso no lo quiero callar, y lo<br />

contaré como lo refiere Macedo. Estudiando en<br />

Valencia santo Domingo, vino á él una mujer afligida<br />

á pedirle limosna para rescatar un hermano<br />

suyo que estaba en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los m<strong>oro</strong>s : y no teniendo<br />

que darla , movido <strong>de</strong> ar<strong>de</strong>ntísima caridad,<br />

la rogó le vendiese á él para rescatar á su hermano<br />

; y no pudiéndolo alcanzar, ofreció rogaría á<br />

Dios con instancia para el rescate <strong>de</strong> su hermana<br />

v <strong>de</strong>más cautivos. Lleno <strong>de</strong> aflicción y compasión,<br />

se postró á los pies <strong>de</strong> una imagen do un santo<br />

crucifijo, lamentándose <strong>de</strong> que no hubiese algún<br />

remedio para rescatar cautivos , ofreciéndose con<br />

toda voluntad á emplearse en obra <strong>de</strong> tan alta<br />

caridad ; y le respondió con voz clara el Señor por<br />

su santa imagen las siguientes palabras: Hijo,<br />

no le tocaá ti esto que me pi<strong>de</strong>s, sino á Juan,<br />

doctor parisiense, y á sus compañeros, á quienes<br />

tengo encargado esto ministerio. A tí está reservado<br />

otro no menos principal que ejercitarás<br />

con los tuyos. Quedó santo Domingo consolado<br />

con el divino oráculo, y también suspenso por no<br />

conocer á Juan, hasta rpie <strong>de</strong>spués en Francia so<br />

encontraron ejercitando sus divinos institutos.<br />

0 Partióse, pues, <strong>de</strong> París san Juan con intento<br />

<strong>de</strong> ir á Roma: pasó por la Piovenza: llegó<br />

á Palcon, su patria; y entregándose á la contemplación,<br />

so vio tirar <strong>de</strong> nuevas ansias <strong>de</strong> la soledad<br />

, acordándose <strong>de</strong> aquella paz interior y consuelos<br />

celestiales que en ella habia gozado. Andaba<br />

aun dudoso <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía hacer: porque aunque<br />

había entendido que Dios le quería tomar por<br />

i:!sli'umeulo para fundar una nueva or<strong>de</strong>n; no salea<br />

el tiempo ni el modo con que esto se había <strong>de</strong><br />

(jeeiilar; y así, <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la voluntad<br />

<strong>de</strong> Dios, se dio á laiga oración, repitiendo muchasveces<br />

las palabras <strong>de</strong> san Pablo: Domine, quid<br />

lite ris faceré? Señor, ¿que queréis que haga?<br />

íiespundióle interiormente el Señor, que saliese<strong>de</strong><br />

su patria y <strong>de</strong> sus parientes, y se fuese peregrinan<br />

lo por el mundo á la tierra que él le mostraría.<br />

Así lo ejecutó el santo: salió do Falcon á<br />

pié con un vestido humil<strong>de</strong> y un báculo en la mano:<br />

caminaba <strong>de</strong> pueblo en pueblo , predicando<br />

la palabra <strong>de</strong> Dios, y sustentándose <strong>de</strong> lo que le<br />

daban <strong>de</strong> limosna: llegó á París: restituyó á los<br />

prelados las caitas que le Rabian dado: excusóse<br />

<strong>de</strong> no hacer por entonces aquella jornada , diciendo<br />

que Dios le mandaba que se apartase do los<br />

hombres, para tratar con él asólas, quizá porque<br />

no era tiempo do poner en ejecución obra tan gran<strong>de</strong>,<br />

ni estar él sazonado para sor instrumento <strong>de</strong><br />

ella: que Dios dispondría á su tiempo <strong>de</strong> la cje­<br />

cucion <strong>de</strong> su voluntad ; v qiie á los. hombres toca<br />

obe<strong>de</strong>cer, nú escudriñar los juicios <strong>de</strong>l Señor.<br />

7 Salió <strong>de</strong> París, ignorante <strong>de</strong>l camino é incierto<br />

<strong>de</strong>l término; y el espíritu que le llevaba al<br />

<strong>de</strong>sierto , le guió á la Galia Bélgica , al territorio<br />

Mel<strong>de</strong>n.se, á la montaña Brolelia, tierra fragosa<br />

y áspera, <strong>de</strong>spoblada <strong>de</strong> hombres y poblada <strong>de</strong><br />

fieras: y habiendo penetrado lo interior <strong>de</strong> la­montaña<br />

con gran<strong>de</strong>s fatigas y peligros, halló diversas<br />

cuevas mas a propósito­para habitación dolieras,<br />

que para morada <strong>de</strong> hombres : escogió la<br />

mas horr<strong>oro</strong>sa, por ser la mas á propósito para sepultura<br />

en que <strong>de</strong>seaba sepultarse vivo, para vi­<br />

\ ir en el mundo como muerto, mientras la niuerleno<br />

le sacaba <strong>de</strong>l mundo. Entre las sombras <strong>de</strong> su<br />

cueva se ocultaron sus ayunos, penitencias, oraciones<br />

, revelaciones , batallas y triunfos, puraque<br />

aun no llegasen á la noticia <strong>de</strong> los hombres<br />

las obras <strong>de</strong>l que así huyó <strong>de</strong> ser conocido <strong>de</strong> los<br />

hombres; Habiendo estado casi siete meses en<br />

esta cueva, le reveló el Señor que moraba en otra<br />

soledad no lejos <strong>de</strong> la suya un varón santo, á<br />

quien le convenía ir á buscar. Temió no fuese engaño<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio para sacarle <strong>de</strong> su soledad y<br />

\ ol verle al mundo: gastó toda una noche en oración<br />

ferv<strong>oro</strong>sa, suplicando al Señor le guiase y nopermitiese<br />

que fuese engañado <strong>de</strong>l enemigo ; y á la<br />

mañana halló á la puerta <strong>de</strong> su cueva un maneebo<strong>de</strong><br />

mas que humana hermosura. Admiróse al<br />

principio con la novedad, y <strong>de</strong>spués le gregorito á<br />

quién buscaba y á qué venia; y respondió que venia<br />

enviado <strong>de</strong> Dios para guiarle en aquella soledad.<br />

Dio el santo gracias al Señor porque le enviaba<br />

, como á Tobías, su santo ángel, para que<br />

fuese guia y compañero <strong>de</strong> su camino. Anduvieron<br />

juntos algunas millas, conversando <strong>de</strong> las cosas<br />

<strong>de</strong>l cielo, los que cuanto se diferenciaban en<br />

la naturaleza , tanto se parecian en la santidad: el<br />

ángel que se había vestido <strong>de</strong> la (¡gura <strong>de</strong> hombre;<br />

y el hombre que se habia vestido <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> ángel; hasta que fatigado san Juan <strong>de</strong>l camino,<br />

se sentó sobre una piedra para <strong>de</strong>scansar<br />

un breve ralo. Cerró sus ojos al dulce sueño, que<br />

al <strong>de</strong>spertar fué muy amargo, porque no vio ó<br />

su guia y compañero: miró por todas partes: dio<br />

voces: y como nadie lo respondiese, prosiguió su<br />

camino, triste y arrepentido <strong>de</strong> haber dormido el<br />

sueño que le privó do tal compañía , hasta que<br />

pa­ó el rio Materna, y halló un pastor <strong>de</strong> ovejas., á<br />

quien preguntó si sabia dón<strong>de</strong> habitaba un varón<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong> santidad que hacia vida solitaria; y perlas<br />

señas quo el pastor le dio, vino á hallar la ermita<br />

y encontrar con el ermitaño, que era san<br />

FYdix <strong>de</strong> Yalois, que había mas <strong>de</strong> veinte años habitaba<br />

aquel <strong>de</strong>sierto, y tenia cerca <strong>de</strong> setenta <strong>de</strong><br />

edad. <strong>La</strong> noche antes había tenido revelación san<br />

FYdix <strong>de</strong> que el día siguiente habla <strong>de</strong> venir á visitarle<br />

san Juan: y en viéndose los dos sanios, so<br />

saludaron por sus nombres, como antiguamente<br />

Pablo y Antonio. Pidió san Félix á san Juan quo<br />

se sentase, porque venia cansado <strong>de</strong>l camino : no<br />

quiso san Juan hasta que se sentase san Félix por<br />

mas anciano; y tuvieron semejante contienda que<br />

Pablo y Antonio sobre el partir el pan. Niiigucr,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!