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196 LA LEYENDA DE ORO. NoVIEttURK
resto del clero y pueblo obedecia , sino todos los
otros señores , hasta los mismos reyes. Pusieron
los ojos en Malaquías, para encomendarle aquella
Iglesia de tanta preeminencia y dignidad ; y el
mismo Celso en vida le nombró , señaló y ordenó,
(pie fuese Malaquías su sucesor, para cortar el hilo
de un abuso que se habia introducido doscientos
años antes , con que aquella suprema dignidad
se daba siempre á los hombres de una familia ;
y cuando en ella no habia persona eclesiástica
(pie la mereciese , dábanla á hombre lego de la
misma familia. Por esto juzgó Celso ,• que para
cortar del todo aquella mala raíz , y arrancar cosa
tan perjudicial de la Iglesia , no habia otro remedio
, sino que Malaquías se encargase de aquella
Iglesia. El santo rehusó cuanto pudo aquella
carga , y nunca la quiso aceptar , hasta que le
prometieron que después de haber allanado las
muchas y gravísimas dificultades que en aquel
negocio se le ofreeian , le dejarían volver ó su primera
Iglesia , y renunciar esla otra , quo con lanío
ahinco ó instancia le encomendaban , siendo
la una tanto mas rica y preeminente que la otra:
en lo cual se ve cuan apartado estaba de codicia
y ambición , y cuan amigo era de humildad y pobreza.
No bastaran las razones y persuasiones
que los hombres hicieron á Maiaquías, para aceptar
aquella dignidad de primado , si Dios nuestro
Señor no lo hubiera movido , y moslrádole quo
aquella era su voluntad , con una señal del cielo
; porque al tiempo que Celso estaba enfermo
y Malaquías lejos , y sin saber lo que Celso pretendía
, le apareció una mujer venerable , y de
grande estatura y grave semblante : y preguntada
por el santo, quién era ; le respondió , que
era la esposa de Celso , y le puso en la mano la
vara del gobierno ; y luego desapareció : y el mismo
Celso , estando para morir , envió á Malaquías
, como á su sucesor , una vara de la misma
figura, y muy semejante á la que le dio aquella
mujer en la visión que habia tenido: y así por no
repugnar á la voluntad de Dios . bajó la cabeza ,
y aceptó el cargo , y comenzó á ejercitarle , nó
como hombre santo , sino como varón divino; mas
tuvo grandes borrascas, y espaniosas contradicciones
en la prosecución de su oficio pastoral :
porque todos los de aquella familia , en que por
espacio de doscientos años habia eslaclo aquella
dignidad , que eran muchos y poderosos , se armaron
de saña y furor , y se determinaron á quitar
antes la vida á Malaquías , que dejarlo con la
primacía de Ilibernia , y perder ellos las honras y
rentas de ella: y pusiéranlo por obra , si ol Señor
no volviera por su siervo , y no le amparara con
su mano poderosa. Vino una vez un caballero
principal , y cabeza de aquel bando , acompañado
de gran número de gente armada y atrevida ,
para ejecutar esla maldad y acabarle , y puso su
celada en el camino , por donde habia de pasar
Malaquías , que iba á celebrar una junta de los
estados de Híbernia. Súpolo el santo : entróse en
la iglesia: hizo oración ; v al mismo punió comenzó
á cubrirse el cielo , oscurecerse ol aire , sonar
truenos, despedir relámpagos, y caer rayos ,
con un torbellino tan impetuoso y horrible , que
parecía que amenazaba el cha de la ira , y del extremo
juico del Señor. El capitán de aquella diaból
ca compañía , traspasado de un rayo , quedó
muerto , y con él otros tros de los mas principales
; v al dia siguiente so hallaron sus cuerpos secos
y quemados , sobre los árboles del campo : v
los que iban con Malaquías, estando tan cerca de
aquel lugar , no recibieron daño alguno. Con esto
buen suceso , y con el haber cobrado dos reliquias
sagradas , la una el texto de los Evangelios , quo
habia sido de san Patricio , y la otra , un báculo
cubierto y engastado en oro y ricas piedras, que
llamaban el « báculo de Jesús,» teniendo por cierto
que nuestro Salvador haliia usado de él, que
eran las insignias de aquella dignidad ; se sosegó
aquella tempestad , viendo que Dios peleaba por
su siervo: y así pudo el santo ejercer su oficio
mas libremente ; aunque no sin gran trabajo , por
no hallar ni lugar , ni tiempo seguro de traiciones
y de personas , que le lachaban é infamaban en
público , y en secreto. Entre ellos uno mas atrevido
y desvergonzado , y grande hablador , tomó
por asunto el morder al sanio , y ladrar contra él
entre la genle mas ilustre , y señores mas principales
, cuya gracia había ganado con lisonjas y
chocarrerías. A este castigó nuestro Señor ; porque
so le hinchó •' pudrió la lengua de lal suerte ,
quo por siete dias continuos escupió gusanos ; v
filialmente, echando mucha materia de la boca ,
dio su alma y acabó infelizmente la vida. Olra
mujer de aquel mismo linaje y familia , estando
el santo predicando, alzóla voz, y le llamó hipúerila
, y robador de la hacienda ajena , motejándole
de calvo , y diciéndole otras injurias : á
las cuales el santo , como sabio y manso, no respondió
; mas el Señor respondió por él , y aquella
pobre mujer perdió eJ seso , y frenética y furiosa
daba voces continuamente , y clamaba que
Malaquías la ahogaba , y de esla manera murió ;
y dentro de poco tiempo toda aquella desventurada
casia, que habla perseguido al santo , se acabó
y aniquiló, con grande admiración y temor
de todos los que la conocian; para que sepamos el
respeto que.debemos á los santos, y que el Santo
de los santos vuelve por ellos. Habiendo, pues, el
sanio poní ¡fice puesto en buen estado las cosas do
aquella Iglesia, se descargó de ella : y sustituyendo
en su legará una persona de rara y experimentada
virtud, que se llamaba Gelasio, se volvió
á la suya de Conerolcb, conforme al concierto
que antes habia hecho: y porque la diócesis de
Conerelch , por justos respetos se habia dividido
en dos obispados, dejó la mas noble y la mas rica
á otro calificado sugelo , y lomó para sí la de I)uno,
que era pobre, pequeña y de poca eslima:
y para dar mejor cuenta a Dios de aquella
Iglesia , quiso tener cabe sí un colegio de clérigos
reglares, con deseo do retirarse , y darse á la contemplación
v á la vida religiosa.
5 Pero, para acertar mas en tocio, el Señor
le movió á que fuese á Roma, no solamente para
visitar las reliquias y santuarios de aquella santa
ciudad , sino particularmente para conferir y re-