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DICIEMBRE, 3 LA LEYENDA DE ORO. 393<br />
ÜII la Compañía. y lo imiló <strong>de</strong> lal manera, que vino<br />
ú ser un varón apostólico , y padre (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />
mismo san Francisco) <strong>de</strong> loda la crísliandad <strong>de</strong>l<br />
Japón, como a<strong>de</strong>lante se dirá.<br />
37 Oyó <strong>de</strong>cir el glorioso san Francisco , que<br />
<strong>La</strong>bia una isla llamada <strong>de</strong>l M<strong>oro</strong>, habitada <strong>de</strong><br />
gente (cuyos antepasados babian sido bautizados);<br />
pero tan fiera y bárbara , que no se podia tratar<br />
con ella sin notable peligro <strong>de</strong> la vida ; y él <strong>de</strong>terminó<br />
ir á ella para ayudar á aquellos hombres,<br />
en quienes apenas habia rastro <strong>de</strong> fé ni <strong>de</strong> humanidad.<br />
Quisiéronle sus amigos persuadir que no<br />
fuese allá, representándole la aspereza y fragosidad<br />
, esterilidad y temblores <strong>de</strong> tierra , la bestialidad<br />
<strong>de</strong> los naturales, que mas parecen monstruos<br />
v crueles lieras , que hombres , pues los hijos quitan<br />
la vida á los padres , y los padres á los lujos;<br />
pero ninguna cosa bastó para divertirle <strong>de</strong> su intento<br />
, ni para hacer que tomase algunas cosas<br />
que le daban contra la ponzoña (<strong>de</strong> la cual aquella<br />
gente también usa para malar); porque tenia<br />
puesia toda su esperanza en Dios , y armado con<br />
ella y con la fuerza <strong>de</strong> su espíritu, corrió toda la<br />
isla visitando y halagando á los moradores , y con<br />
la luz y blandura <strong>de</strong>l Evangelio los amansó y domesticó,<br />
anclando enire ellos con una admirable<br />
segundad y paz <strong>de</strong> su alma: y fueron tantos los<br />
regalos <strong>de</strong>l cielo que recibió en aquella isla , que<br />
él mismo <strong>de</strong>cia que no se habia <strong>de</strong> llamar isla <strong>de</strong>l<br />
M<strong>oro</strong> , sino isla <strong>de</strong> Es¡)eranza, y que si viviera<br />
muchos días en ella , viniera á per<strong>de</strong>r los ojos <strong>de</strong><br />
puras lágrimas <strong>de</strong> consuelo. Habiendo , pues, eslado<br />
en las islas <strong>de</strong>l M<strong>oro</strong>, y <strong>de</strong>jado las cosas asentadas<br />
lo mejor que pudo , volvió á Teníale , don<strong>de</strong><br />
dio or<strong>de</strong>n que se hiciese casa <strong>de</strong> la Compañía ,<br />
para que los nuestros mas fácilmente pudiesen<br />
acudir á la conversión <strong>de</strong> los gentiles, y á la enseñanza<br />
<strong>de</strong> los cristianos <strong>de</strong> todas aquellas islas<br />
Malucas. De Teníate llegó al puerto <strong>de</strong> Ambomo,<br />
y se embarcó para Malaca , y allí halló á dos padres<br />
<strong>de</strong> la Compañía que habían venido <strong>de</strong> Goa<br />
por su or<strong>de</strong>n , y se llamaban Juan <strong>de</strong> Beira y Juan<br />
ile Ribera, y enviólos á Teníate, para que viviesen<br />
en la casa que él <strong>de</strong>jaba comenzada.<br />
38 Esta vez que estuvo en Malaca , lo sucedió<br />
una cosa que le hizo muy famoso y admirable<br />
en toda la India. Vino una armada <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong><br />
Azen <strong>de</strong> improviso sobre Malaca : no pudo lomar<br />
la fortaleza como pensaba ; pero quemó algunos<br />
navios <strong>de</strong> los portugueses, que estaban en el puerto,<br />
y retiróse. Procuró san Francisco que luego se<br />
reparasen v aprestasen algunas galeotas que habían<br />
quedado rotas y maltratadas, y que siguiesen<br />
la armada enemiga : y aunque hubo gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s,<br />
él las allanó y animó á la gente , á quien<br />
parecía temeridad ir á pelear unos pocos soldados<br />
portugueses con cinco mil azenos y turcos , y ocho<br />
navios nuestros con setenta <strong>de</strong> los enemigos: pero<br />
pudo lauto su autoridad y la opinión <strong>de</strong> su santidad<br />
, que los cristianos salieron <strong>de</strong> Malaca en busca<br />
<strong>de</strong> los bárbaros , y estando toda la ciudad suspensa<br />
y en gran temor, y llorando la pérdida <strong>de</strong><br />
nuestra armada ; san Francisco en un sermón les<br />
reprendió , y avisó que hiciesen gracias á Dios<br />
TOMO IV.<br />
nueslro Señor por la victoria que les habia dado,<br />
pintando el día y la hora y el modo <strong>de</strong> la batalla,<br />
como si ron los ojos la viera , y anunciándoles<br />
cuando había <strong>de</strong> volver nuestra armada victoriosa<br />
, y cargada <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spojos <strong>de</strong> los enemigos : y<br />
así volvió á Malaca con veinte y cinco naves<br />
<strong>de</strong> los azenos , habiendo echado á fondo las <strong>de</strong>más,<br />
y muerto cuatro mil <strong>de</strong> ellos , con pérdida<br />
<strong>de</strong> solos cuatro cristianos. Y como este caso<br />
fué tan ilustre y tan sabido , <strong>de</strong>rramóse por todas<br />
las Indias , é hizo muy esclarecido á san<br />
Francisco: el cual estando aquí en Malaca , v <strong>de</strong><br />
camino para Goa ( adon<strong>de</strong> le llevaba la obligación<br />
do su oficio), para ver el estado <strong>de</strong> la cristiandad,<br />
y los padres y hermanos que <strong>de</strong>spués que él salió<br />
<strong>de</strong> ella habían venido <strong>de</strong> Portugal para avadarle,<br />
y repartirlos en varias parles; tuvo noticia<br />
<strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l Japón , que dos años antes habían<br />
<strong>de</strong>scubierto los portugueses, <strong>de</strong> su gran<strong>de</strong>za, nú—<br />
"mero , sitio , distancia , reyes y señores , y <strong>de</strong> sus<br />
ingenios , naturales y costumbres, y principalmente<br />
<strong>de</strong> los errores que tienen en sus sedas y falsa<br />
religión , y la disposición para recibir la verda<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> Crislo nuestro Re<strong>de</strong>ntor. Esta noticia le dio un<br />
japón llamado Angero , que vino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Japón,<br />
para comunicar con el sanio padre los remordimientos<br />
<strong>de</strong> su conciencia , que le Iraia muy afligido<br />
por algunos pecados que había cometido en<br />
su mocedad ; y no habiendo hallado remedio entre<br />
sus sacerdotes, le venia á buscar, per haber entendido<br />
<strong>de</strong> a.guisos portugueses sus enemigos , que era<br />
varón santo y amigo <strong>de</strong> Dios, y que sin duda<br />
hallaría paz en su alma si le obe<strong>de</strong>ciese. Con esle<br />
intento liego Angero, gentil y japón , á Ala laca :<br />
v san Francisco le llevó consigo á Goa . don<strong>de</strong> con<br />
dos criados suvos se hizo cristiano , y se llamó<br />
Pablo <strong>de</strong> Santa Fé , por haberle bautizarlo en el<br />
colegio <strong>de</strong> San Pablo <strong>de</strong> la Compañía. Por la información<br />
que le dio el mismo Pablo, se <strong>de</strong>terminó<br />
el sanio á ir en persona al Japón , para <strong>de</strong>scubrir<br />
á aquella gente ciega los primeros resplandores<br />
<strong>de</strong>l Evangelio, y sujetarla al yugo <strong>de</strong>l Señor:<br />
mas en sabiéndose esta <strong>de</strong>terminación , no se pue<strong>de</strong><br />
fácilmente creer el sentimiento que hizo loda<br />
la ciudad , y los combates que le dieron los <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>ntro y los <strong>de</strong> fuera , para apartarle <strong>de</strong> aquella<br />
navegación, por ser larga <strong>de</strong>más <strong>de</strong> 1300 leguas,<br />
y peligrosa por la alteración y braveza <strong>de</strong> los mares<br />
y furia <strong>de</strong> ios vientos , y multitud y crueldad<br />
<strong>de</strong> los corsarios; proponiéndole que no <strong>de</strong>bía arriesgar<br />
su vida , <strong>de</strong> la cual <strong>de</strong>pendía la vida <strong>de</strong><br />
tantos, y el bien y seguridad <strong>de</strong> aquella cristiandad.<br />
Ninguna cosa <strong>de</strong> las que se le dijeron , ni las<br />
lágrimas que muchos <strong>de</strong>rramaron pudieron hacer<br />
mella en aquel pecho invencible , que era como<br />
una fuerte roca, que <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> todas ias ondas que<br />
la combalen <strong>de</strong>l mar. Armado , pues, <strong>de</strong> la confianza<br />
que tenia en Dios , y abrasado <strong>de</strong>l zelo do<br />
su gloria y <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> las almas, no hizo caso<br />
<strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s, peligros y molestias <strong>de</strong> aquella<br />
navegación ; antes repartió luego los padres y<br />
hermanos que habían venido <strong>de</strong> Portugal por los<br />
pueblos <strong>de</strong> Coulan , Santo Tomé, Malaca , Malucas,<br />
Bazain , Onmiz ( que en la Pesquería ya es--