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La leyenda de oro 4.pdf

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422 LA LEYEND<br />

rieíados v honrados, como personas que lan bien<br />

lo merecían. Mas como la envidia es enemiga do<br />

la virtud, algunos (á quienes pesaba (pie eslos<br />

maestres <strong>de</strong> campo fuesen lan eslimados y honrados<br />

<strong>de</strong>l eniperadur) los acusaron <strong>de</strong>lante do él.<br />

como á <strong>de</strong>sleales, inquietos, v personas, que maquinaban<br />

y urdían aigiuia traición contra su imperio.<br />

Y como los príncipes son zelosos y sospechosos<br />

en cualquier cosa (pie locaá la conservación<br />

<strong>de</strong> su estado : el emperador los mandó pren<strong>de</strong>r por<br />

consejo <strong>de</strong> Ablavio, su gran privado v prefecto <strong>de</strong>l<br />

pretorio, que era codiciosísimo , y le habían untado<br />

las manos para que quitase la vida á los que<br />

tan bien habían servido: y pudo lanío con la privanza<br />

y po<strong>de</strong>r que tenia , que hizo dar la sentencia<br />

<strong>de</strong> muerte contra ellos. Cuando los tres<br />

maestres <strong>de</strong> campo la supieron no tuvieron otro<br />

remedio, sino encomendarse con muchas lágrimas<br />

y sollozos á san Nicolás, aunque estaba ausente,<br />

v lan lejos, acordándose como había librado<br />

en su presencia aquellos tres ciudadanos<br />

condonados á muerte, <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong>l verdugo.<br />

Oyólos Dios <strong>de</strong>.-<strong>de</strong> el cielo, y san Nicolás <strong>de</strong>sdo<br />

la tierra , don<strong>de</strong> eslaba ; y aquella noche estando<br />

durmiendo á buen reposo el emperador Constanlino<br />

y Ablavio les apareció á cada uno por sí san<br />

Nicolás , rhciéndoles quién era , y reprendiéndoles<br />

severamente <strong>de</strong> la injusta sentencia que habían<br />

dado contra aquellos tres maestres <strong>de</strong> campo, que<br />

estaban sin culpa , v que Dios le enviaba para que<br />

vengase lan gran maldad; v que asi lo liana si no<br />

<strong>de</strong>shacían luego lo que habían hecho. Fué <strong>de</strong> lauto<br />

peso lo que el santo dijo y la severidad con que<br />

Íes habló, que luego en amaneciendo, Constantino<br />

mandó llamar á Ablavio , y le contó la visión que<br />

habia tenido: y sabiendo que Ablav ¡o habia (enidola<br />

misma , mandó soltar á los soldados, v les or<strong>de</strong>nó<br />

que fuesen á Mira á san Nicolás y que le hiciesen<br />

gracias , por haberles librado <strong>de</strong> la muerte, y que<br />

en su nombre le saludasen y ofreciesen el libro<br />

<strong>de</strong> los Evangelios, escrito con letras <strong>de</strong> <strong>oro</strong>,<br />

v encua<strong>de</strong>rnado y cubierto ricamente, y un incensario<br />

<strong>de</strong> exre'ente labor , adornado <strong>de</strong> piedras<br />

preciosas, y dos can<strong>de</strong>leras <strong>de</strong> <strong>oro</strong> para servicio<br />

<strong>de</strong>l aliar, y perpetua memoria <strong>de</strong> la <strong>de</strong>voción<br />

que el ^emperador con él tenia: el cual<br />

por ocasión <strong>de</strong> esle milagro escribió á Ablavio,<br />

é hizo una ley , en que manda que se guar<strong>de</strong>n<br />

y obe<strong>de</strong>zcan los juicios y sentencias <strong>de</strong> los<br />

obispos: y dice en ella estas palabras : « Establecemos<br />

que las sentencias <strong>de</strong> los obispos , <strong>de</strong> cualquiera<br />

manera quesean pronunciadas, se guar<strong>de</strong>n<br />

siempre entera é inviolablemente; y se tenga por<br />

santo y venerable lodo lo que fuere <strong>de</strong>terminado por<br />

sentencia <strong>de</strong> los obispos. » Divulgóse esle milagro,<br />

v creció la fama v. reverencia <strong>de</strong>l sanio por el mundo,<br />

y lodos los afligidos , y (pro se hallaban en algún<br />

gran peligro y necesidad , le invocaban y hallaban<br />

remedio como aconteció á unos marineros en<br />

una tempestad tan horrible y temerosa , cpie se tuvieron<br />

todos por muertes , y no sabiendo ya mas<br />

(pie hacer , suplicaron á Dios que los librase polla<br />

intercesión <strong>de</strong>l sanio pontífice Nicolás y él<br />

so les apareció luego , y les dijo : lióme aquí paia<br />

A DE ORO. DICIEMBRE, G<br />

ayudaros, y confiad en Dios cuyo ministro soy : y<br />

temando, á vista <strong>de</strong> tedos , el gobernalle, sacóla<br />

nave á salvamento, y sosegó el mar con espanto<br />

y estupor <strong>de</strong> ¡os que allí estaban : los cuales fueron<br />

luego a la ciudad <strong>de</strong> Mira, para hacer gracias al<br />

santo prelado por aquel beneficio que <strong>de</strong> él habían<br />

recibirlo: y hallándole en el c<strong>oro</strong> cantando los divinos<br />

oficios , se echaron á sus pies, y le contaron<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los que estaban presentes, todo lo que<br />

per ellos había pasado: <strong>de</strong> lo cual el santo (por<br />

su gran<strong>de</strong> humildad) quedó corrido y confuso, y<br />

les dijo: Dad la gloria , hijos, á Dios; que yo hombre<br />

soy , pecador y siervo inútil: y llamándoles á<br />

parle les <strong>de</strong>claró que aquel trabajo les habia venido<br />

por sus pecados, y les <strong>de</strong>scubrió algunas culpas<br />

secretas que tenían para que se enmendasen<br />

<strong>de</strong> ellas: porque entre los oíros dones <strong>de</strong> Dios<br />

que tenia,fué uno muy señalado el ver las conciencias<br />

<strong>de</strong> los que con él trataban , y todo lo que tenían<br />

en el corazón , y una suavísima eficacia,<br />

para persuadirles lorio lo que quería ; y con eslo,<br />

compungidos y asombrados , los <strong>de</strong>spulió.<br />

12 Resplan<strong>de</strong>ciendo, pues, san Nicolás como<br />

un sol en el mundo , con su santísima vida , doctrina<br />

y milagros, lleno \a <strong>de</strong> días, <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s y<br />

merecimientos, <strong>de</strong>seando acabar su peregrinación<br />

y anhelando á la patria eterna , 'e vino una ligera<br />

enfermedad y entendiendo que había <strong>de</strong> morir do<br />

ella, aunque siempre eslaba tan aparejado, se<br />

dispuso con mas cuidado para aquella gloriosa jornada<br />

, y con gran<strong>de</strong> y extremada alegría y júbilo<br />

suyo díó su espíritu al Señor á los 6 <strong>de</strong> diciembre<br />

<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 320. imperando Constantino Magno.<br />

Con ia muerte <strong>de</strong> san Nicolás tuvo increíble sentimiento<br />

toda aquella ciudad y provincia , que perdía<br />

tan gran pastor, padre , maestro , amparo y<br />

<strong>de</strong>fensor. Concurrieron los obispos, clero y pueblo<br />

<strong>de</strong> toda aquella comarca , y enterraron su sagrado<br />

cuerpo con mucha solemnidad, y copiosas lágrimas<br />

y gemidos , en un magnifico y suntuoso templo,<br />

que en aquella sazón había en la ciudad <strong>de</strong> Mira :<br />

y el Señor, que habia honrado al santo vivo, con<br />

tantos y tan estupendos milagros, le ensalzó <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> muerto con oíros no menores: porque luego<br />

comenzó á manar <strong>de</strong>l santo cuerpo un licor<br />

milagroso y saludable para lodas las enfermeda<strong>de</strong>s,<br />

y <strong>de</strong> muchas partes y provincias distantes venían<br />

los fieles en romería á su sepulcro para adorar sus<br />

preciosas reliquias , y gozar <strong>de</strong> aquel lan continuo<br />

milagro y beneficio. Y aun Juan Diácono, en<br />

la Vida que escribió <strong>de</strong> san Nicolás , recogida do<br />

Melodio, patriarca, aña<strong>de</strong>, que habiendo echado<br />

<strong>de</strong> su silla á un obispo <strong>de</strong> Mira , <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> manar<br />

aquel ungüento saludable <strong>de</strong>l sepulcro <strong>de</strong>l sanio;<br />

y que en siendo restituido el obispo á su Iglesia,<br />

tornó á manar como antes.<br />

1 3 Pero entre las otras'cosas prodigiosas quo<br />

so cuentan <strong>de</strong> san Nicolás . <strong>de</strong>spués que murió,<br />

una es muy notable. Iban una vez muchos peregrinos<br />

en una nave , para visitarel cuerpo <strong>de</strong> san<br />

Nicolás: y el <strong>de</strong>monio, que había sido echado <strong>de</strong><br />

aquel templo <strong>de</strong> Diana, que el santo (como arriba<br />

dijimos) <strong>de</strong>rribó, queriéndose vengar <strong>de</strong> él, en<br />

los quo le tenían <strong>de</strong>voción, ya que no podía en su.

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