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La leyenda de oro 4.pdf

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oauüitE, 19<br />

en España, Francia , Ilalia , Alemania, y oirás<br />

remolas provincias, adon<strong>de</strong> lian sido llevados por<br />

reliquias, para sanar enfermeda<strong>de</strong>s: por lo cual<br />

es llamada esla higueía « la higuera santa.» Créese<br />

comunmente que la higuera <strong>de</strong>l convento do<br />

Arenas fué plantada por el santo padre; pero<br />

Fr. Juan <strong>de</strong> San Bernardo aOrma, que es una rama<br />

déla <strong>de</strong>l Pedroso, plantada por un hijo <strong>de</strong> san<br />

Pedro <strong>de</strong> Alcántara, gran siervo <strong>de</strong> Dios, llamado<br />

Fr. Alonso <strong>de</strong> San Martin, que la plantó<br />

en nombre do san Pedro do Alcántara; y por oso<br />

la ha concedido Dios los mismos privilegios y<br />

virtu<strong>de</strong>s que á la <strong>de</strong>l Pedroso. El espíritu <strong>de</strong> profecía<br />

con que sabia lo oculto , penetraba lo interior<br />

y <strong>de</strong>cía lo veni<strong>de</strong>ro , fué uno <strong>de</strong> los dones mas<br />

raros con que Dios nuestro Señor adornó á su<br />

siervo. Yo solamente contaró una <strong>de</strong> sus muchas<br />

ó insignes profecías; porque pue<strong>de</strong> servir á muchos<br />

<strong>de</strong> aviso y enseñanza. Habia educado el santo en<br />

toda virtud á un mancebo <strong>de</strong> ilustre sangre, <strong>de</strong><br />

tal manera, que el mancebo en cuanto podia , y<br />

su edad lo permitía , seguía los pasos <strong>de</strong> su santísimo<br />

maestro. Estaban juntos un día, y vínole<br />

un pliego ile la corto al mancebo, en quo le avisaban<br />

sus parientes como por la muerto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udo<br />

suyo habia heredado un estado <strong>de</strong> mucha consi<strong>de</strong>ración.<br />

Alegróse como mozo <strong>de</strong> verse here<strong>de</strong>ro,<br />

y trató luego <strong>de</strong> tomar postas, para partirse á la<br />

corle. Procuró el santo <strong>de</strong>tenerle, diciéndole dos<br />

y tres veces, que no le convenia partirse tan presto;<br />

mas el mancebo, <strong>de</strong>seoso ya <strong>de</strong> verso en la posesión<br />

<strong>de</strong> su mayorazgo , no daba oídos ó las palabras<br />

<strong>de</strong>l santo : el cual por <strong>de</strong>spedida lo encargó<br />

que no se olvidase do los consejos que le habia<br />

dado , ni <strong>de</strong>jase las buenas costumbres con la mudanza<br />

<strong>de</strong> estado , ni se mudase por ningún suceso<br />

adverso que le acaeciese. Y como el mancebo con<br />

la poca experiencia prometiese mucho, y sor<br />

siempre el mismo que habia sido y nunca <strong>de</strong>samparar<br />

la virtud ; lo miró el santo con rostro triste,<br />

como quien miraba compasivo los varios sucesos<br />

que había <strong>de</strong> tener: y preguntóle: Decidme, hijo<br />

mió, si os viése<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro do poco tiempo sin el<br />

estado <strong>de</strong>l cual vaisá tomar posesión, y que otro<br />

lo gozaba ¿lendría<strong>de</strong>s paciencia por amor <strong>de</strong><br />

Dios? Sí lendria (dijo él); porque por todas las<br />

cosas <strong>de</strong> la tierra no quiero per<strong>de</strong>r las <strong>de</strong>l cielo.<br />

Añadió el sanio y dijo : Y si con veros sin vuestra<br />

hacienda y estado, os viése<strong>de</strong>s también sin honra<br />

¿lendría<strong>de</strong>s paciencia por amor <strong>de</strong> Dios? Si lendria<br />

(respondió) ; pues Dios nuestro Señor se humilló,<br />

y mucho mas que esto , pa<strong>de</strong>ció por mí. Y<br />

si juntamente con esto (replicó el santo), con veros<br />

sin hacienda y sin honra, os viése<strong>de</strong>s en tal<br />

estado, que las personas que según naturaleza os<br />

habian <strong>de</strong> ayudar y favorecer, esas mismas os persigan<br />

y no solo <strong>de</strong>seen quitaros la hacienda y la<br />

honra, pero aun quitaros <strong>de</strong>l mundo si pudiesen<br />

¿tendría<strong>de</strong>s paciencia por amor <strong>de</strong> Dios? A oslo<br />

el caballero bien turbado respondió: Padre mió,<br />

como no toque á mi alma; en todas las cosas temporales<br />

y <strong>de</strong>l cuerpo procuraré tener paciencia<br />

por amor <strong>de</strong> Dios. El santo padre, dando un dol<strong>oro</strong>so<br />

suspiro , le dijo con lágrimas en los ojos: |Ay,<br />

LA LEYENDA DE ORO. 133<br />

hijo i y si junlamenlo'con todo lo dicho estuviese<br />

vuestra alma por espacio <strong>de</strong> algunas horas perdida<br />

por ceguedad contra Dios nuestro Señor, y por<br />

elio os viése<strong>de</strong>s encarcelado , sentenciado , ensambenilado<br />

y pueslo en el último extremo <strong>de</strong> la<br />

infamia ¿tendría<strong>de</strong>s paciencia por amor <strong>de</strong> Dios?<br />

Quedó el caballero como muerto; y como fuera <strong>de</strong><br />

sí, dio una voz, diciendo: Dios me tenga <strong>de</strong> su<br />

mano para que no le ofenda. Pues id con Dios<br />

(concluyó el sanio), y armaos <strong>de</strong> paciencia , para<br />

lo que os sucediere. Partióse el mancebo muy<br />

triste y pensativo , por lo que el santo le habia dicho<br />

: encontró en el camino una persona muy calificada,<br />

pero locada <strong>de</strong> la herejía, que pasaba<br />

<strong>de</strong> Alemania á España, la cual inficionó al simple<br />

mancebo, que perseveró hereje veinte y cuatro<br />

horas; porque luego reconoció su engaño. Descubrióse<br />

el caso poco tiempo <strong>de</strong>spués , y le sucedieron<br />

los trabajos que el santo lo profetizó: fué preso<br />

sentenciado, <strong>de</strong>shonrado, privado <strong>de</strong> su estado,<br />

perseguido <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>udos, y <strong>de</strong> su propia madre y<br />

hermanos , y vivió lo restante <strong>de</strong> su vida <strong>de</strong>sterrado<br />

en un lugar lejos <strong>de</strong> la corte, llorando sus<br />

culpas , y el no haber creido al santo padre, llevando<br />

sus trabajos con mucha paciencia , y ejercitándose<br />

en las buenas costumbres que aprendió<br />

<strong>de</strong> su santo maestro.<br />

lo Concedió el Señor á san Pedro <strong>de</strong> Alcántara<br />

en eminente grado el don <strong>de</strong> discernir espíritus,<br />

como se vio en la segundad con que aprobó<br />

el <strong>de</strong> santa Teresa <strong>de</strong> Jesús , y el <strong>de</strong> oirás siervas<br />

<strong>de</strong> Dios, que eran tenidas <strong>de</strong> muchos por ilusas,<br />

y aseguró que su espíritu era <strong>de</strong> Dios, como so<br />

comprobó <strong>de</strong>spués por los efeclos. A los mancebos<br />

que venían á pedirle el hábito, les <strong>de</strong>cía la religión<br />

que les convenia , y para enfervorizarlos , soha<br />

profetizarles los sucesos <strong>de</strong>l tiempo futuro. Conocía<br />

en todas las personas que le comunicaban y<br />

consultaban cuál ora su espíritu, y en qué grado<br />

estaban; y soba <strong>de</strong>cir á sus discípulos, que era<br />

tanta la variedad <strong>de</strong> espíritus y grados <strong>de</strong> oración,<br />

como la <strong>de</strong> los rostros <strong>de</strong> los que la ejercitan,<br />

sin que uno se parezca á otro. En varias ocasiones<br />

so conoció que Dios nuestro Señor le habia<br />

concedido don <strong>de</strong> interpretar las Escrituras sagradas;<br />

porque, consultado <strong>de</strong> varones doctos en lugares<br />

muy oscuros <strong>de</strong> la Escritura , que ellos no<br />

entendían, los explicaba con tanta claridad y profundidad<br />

, que los <strong>de</strong>jaba no menos satisfechos quo<br />

admirados <strong>de</strong> ver que el Espíritu santo le había<br />

comunicado en la oración aquella sabiduría que<br />

ellos no habían podido alcanzar con el estudio.<br />

Otra gracia singular notaron en el santo cuando<br />

predicaba, que algunos historiadores do su vida<br />

llamaron don <strong>de</strong> lenguas , por la semejanza quo<br />

tiene con él; y era que , predicando una misma<br />

doctrina á diversos estados y condiciones <strong>de</strong> personas<br />

que necesitaban do diversa enseñanza,<br />

cada uno la entendía para sí, como si á él solo se<br />

dirigiese la doctrina y en<strong>de</strong>rezase el sermón. Con<br />

estas y otras gracias lo enriqueció el Señor, y el<br />

que era lan favorecido do Dios, lo era también<br />

<strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong> los ángeles y sanios.<br />

Queriendo rezar una noche en el campo los maí-

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