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DICIEMBRE, 17 LA LEYENDA DE ORO. 471<br />
la cui<strong>de</strong> , y en todo me sujeto á tu gusto , y con<br />
él vivirás , y serás mas provechoso á su Iglesia.<br />
Franco , que luego conoció entre aquellas flores el<br />
áspid , tomando un palo comenzó á esgrimirlo en<br />
el aire , para romperle la cabeza : y haciendo con<br />
él la señal <strong>de</strong> la cruz en la pared, le dijo: En virtud<br />
<strong>de</strong> Jesucristo , que te venció en el <strong>de</strong>sierto, te<br />
mando que no me molestes mas, ni dures en mi<br />
presencia. Con esto huyó el común enemigo, confesando<br />
en el ruido y estruendo con que <strong>de</strong>sapareció<br />
, que quedaba por Franco el triunfo y la<br />
victoria.<br />
13 Acabada esta pelea y tentación , viendo<br />
la sagrada Virgen María, sin pecado concebida ,<br />
que el que habia escogido para suyo y <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>n<br />
, se había portado tan animoso , se le apareció<br />
sentada en un trono real , asistida <strong>de</strong> muchos<br />
cortesanos celestiales : traia en la mano <strong>de</strong>recha<br />
una guirnalda <strong>de</strong> varias y hermosas flores, y en<br />
la siniestra el hábito <strong>de</strong> su religión carmelita; y<br />
dijole : <strong>La</strong> voluntad <strong>de</strong> mi Hijo y mia , es que vistas<br />
este hábito do mi religión <strong>de</strong>l Carmen en la<br />
cual , si perseverares , sirviéndonos con toda pureza<br />
y perfección , serás c<strong>oro</strong>nado en la gloria con<br />
esta guirnalda. Con esto <strong>de</strong>sapareció la Madre <strong>de</strong><br />
Dios; y Franco, agra<strong>de</strong>cido y <strong>de</strong>voto , procuró<br />
obe<strong>de</strong>cerla. Partió al convento <strong>de</strong> los carmelitas<br />
<strong>de</strong> Sena : comunicó con un religioso docto y espiritual<br />
la revelación , y rogóle fuese buen medianero<br />
con el prelado , para quo llegase á conseguir<br />
su santo hábito. El padre prior , viendo su mucha<br />
edad , y que ni habia estudiado para corista , ni<br />
para fuera <strong>de</strong>l c<strong>oro</strong> tenia fuerzas , lo <strong>de</strong>spidió , y<br />
aconsejó perseverase en su vocación <strong>de</strong> ermitaño;<br />
pues en ella servia á Dios, y edificaba á los<br />
fieles. Mucho sintió el bendito pretendiente la repulsa;<br />
pero alentado <strong>de</strong> la sacratísima Virgen María,<br />
sin pecado concebida , y echándose á los pies<br />
<strong>de</strong> los religiosos, ya con ruegos, ya con lágrimas<br />
, consiguió lo que tanto <strong>de</strong>seaba. Entraron<br />
los padres en el capitulo y con gusto le admitieron<br />
: solo faltaba el dinero para comprarle<br />
los hábitos ; porque no los tenia Franco ni el<br />
convento , que con mas <strong>de</strong> quinientos años<br />
<strong>de</strong> antigüedad conservaba su pobreza primitiva.<br />
Entonces llamaron á Franco á la comunidad<br />
: dijéronle como ya estaba admitido , pero<br />
quo era preciso tuviera paciencia, hasta tener<br />
posibilidad para comprarle los hábitos.<br />
ik Tiernamente sintió el ferv<strong>oro</strong>so pretendiente<br />
la <strong>de</strong>tención ; aunque no duró mucho su<br />
pena : porque la Reina <strong>de</strong>l cielo , que lodo lo facilitaba<br />
, envió al convento (al mismo punto) un<br />
ángel en forma <strong>de</strong> un agraciado mancebo , que<br />
trayendo en sus manos ya cosido y dispuesto el<br />
hábito <strong>de</strong> la religión, entró en la pieza don<strong>de</strong> asistía<br />
la comunidad , y dándolo al padre prior , dijo:<br />
Este hábito es para Franco; y al punto <strong>de</strong>sapareció.<br />
Quedaron todos tan pasmados , que en largo<br />
espacio nadie pudo hablar palabra : y cuando<br />
ya pudieron , levantando las manos al cielo y los<br />
corazones á Dios , dieron á su Majestad y á su Madre<br />
santísima las gracias <strong>de</strong> que trajese á su religión<br />
á un varón tan hijo <strong>de</strong>sús cuidados : y Fran<br />
co, no menos obligado que reconocido, y mas advirtiendo<br />
en que aquel hábito era el mismo que<br />
traia en sus manos la soberana Reina María ; <strong>de</strong>rramando<br />
muchas lágrimas <strong>de</strong> ternura y gozo, le<br />
ofreció <strong>de</strong> nuevo su humil<strong>de</strong> corazón, por c<strong>oro</strong>narlo,<br />
á sus divinas plantas.<br />
15 Viéndose con el hábito, que tomó el año<br />
1279, y con la profesión á su tiempo , no es <strong>de</strong>cible<br />
los fervores , con que procuró que con el<br />
nuevo estado se conformase la vida : <strong>de</strong>smentia<br />
con su aliento las carnes : la edad volvió en juventud<br />
: ninguno habia mas diligente en el trabajo ,<br />
mas continuo en la oración , mas ferviente en los<br />
rigores . mas afecto ó la humildad , siendo en lodo<br />
un perfecto ejemplar , <strong>de</strong> que aprendian los mas<br />
ejercitados en la religión. <strong>La</strong> vida que en ella<br />
sentó fué <strong>de</strong> esta forma. Su comida ordinaria no<br />
pasaba <strong>de</strong> unas raíces <strong>de</strong> yerbas , y en falta <strong>de</strong><br />
ellas, pan yagua : que vino no lo probaba : esta<br />
comida era solo los tres días <strong>de</strong> la semana ; porque<br />
lunes , miércoles, viernes y sábado , con sola<br />
la sagrada comunión se sustentaba. Su cama era<br />
la tierra <strong>de</strong>snuda y una tabla. Para enjaular el<br />
cuerpo , hizo unos aros <strong>de</strong> hierro <strong>de</strong> dos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />
ancho , ligados con unas ca<strong>de</strong>nas , tan estrechos<br />
y apretados, que le entraban por lascarnos. Echóse<br />
una argolla al cuello para pa<strong>de</strong>cer <strong>de</strong> todas maneras<br />
, y que no hubiese parle en su cuerpo que<br />
no particípase su dolor: y para guardar perpetuo<br />
silencio , hizo una bola <strong>de</strong> plomo do media libra<br />
<strong>de</strong> peso , y la traia siempre en la boca ; y para no<br />
per<strong>de</strong>rla , cuando se ofrecía sacarla , la traia pendiente<br />
<strong>de</strong> una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> las que ceñian su cuerpo.<br />
En el c<strong>oro</strong> siempre era el primero, sin faltar<br />
por esto á las ocupaciones en que le ponia la<br />
obediencia. Compa<strong>de</strong>cíanse mucho los religiosos :<br />
admiraban aquel espectáculo los ángeles ; y aun<br />
el mismo Dios , sin duda , lo atendía con ternura,<br />
viendo una alma, como mil otros , cargada <strong>de</strong> tantos<br />
hierros, según lo dio á enten<strong>de</strong>r con el suceso<br />
siguiente. Estaba Franco un viernes contemplando<br />
los misterios <strong>de</strong> la sagrada pasión, y se le apareció<br />
nuestro Re<strong>de</strong>ntor puesto en la cruz , cubierto<br />
<strong>de</strong> las muchas llagas y heridas que pa<strong>de</strong>ció en el<br />
Calvario; y mirando á Franco y como consolándose<br />
con él , dijo: Mirad, Franco, lo mucho que<br />
pa<strong>de</strong>cí por los hombres ; y lo mal quo lo agra<strong>de</strong>cen.<br />
Con eslo <strong>de</strong>sapareció ; pero <strong>de</strong>jó al sanio con<br />
tan vivo sentimiento , asi por ver á su Majestad<br />
tan herido , como tan ingratos á los hombres; que<br />
fué provi<strong>de</strong>ncia particular no se le arrancase el<br />
alma. Tomó luego la-ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> hierro , y con ella<br />
tan gran disciplina , que salian arroyos <strong>de</strong> sangre<br />
do su cuerpo. Rogaba al Señor diese ó los hombres<br />
un claro conocimiento y verda<strong>de</strong>ro dolor <strong>de</strong><br />
sus culpas , é hizo fabricar una efigie <strong>de</strong>votísima<br />
<strong>de</strong> Cristo en la cruz , como se le había aparecido,<br />
y con ella salia por las calles y plazas , predicando<br />
con fervor la obligación , quo á tan buen Dios<br />
tenemos , y el olvido y <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> los<br />
hombres.<br />
16 Con esta visión nació en el santo un temor<br />
filial , en que consi<strong>de</strong>rando lo mucho que<br />
Dios pa<strong>de</strong>ció por él, y lo poco que pa<strong>de</strong>cia por él;