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La leyenda de oro 4.pdf

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SOVIEÍI' r,!í , ! L<br />

présenle san Marlin : ol cual vio un grandísimo<br />

<strong>de</strong>monio á las espaldas <strong>de</strong> Adiciano , y con el soplo<br />

le ahuyentó y lo echó <strong>de</strong> allí ; y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquella<br />

hora comenzó Adiciano á ser mas blando y<br />

benigno. No es <strong>de</strong> menor admiración lo que acaeció<br />

á san ¡Martin con el emperador Valenliniano,<br />

el m'.ivor, que <strong>de</strong> su condicicn era severo , y tenia<br />

una mujer hereje arria na , que le instigaba contra<br />

los católicos. Por esto habiendo sabido que san<br />

Martin iba á tratar con él algunos negocios <strong>de</strong> que<br />

él no gusiaba , mandó que no le <strong>de</strong>jasen enlrar<br />

en palacio , por no tener ocasión <strong>de</strong> negarle lo<br />

que le venia á pedir. Fué san Marlin una y dos<br />

veces, y no pudo haber audiencia : y no por eso<br />

perdió el áulico , antes se armó <strong>de</strong> oración, cilicio,<br />

ceniza y aveno. El séptimo dia <strong>de</strong> su oración y<br />

penitencia , vino un ángel <strong>de</strong>l cielo que le elijo ,<br />

que se fuese á palacio; porque hallaría las puertas<br />

abiertas , y al príncipe mas blando y humano.<br />

Hizo el santo lo que el ángel le or<strong>de</strong>nó; y halló la<br />

entrada lan <strong>de</strong>sembarazada, que sin que ninguno ie<br />

pusiese estorbo, enlró hasta el aposento don<strong>de</strong><br />

eslaba el mismo emperador: el cual , en viéndole,<br />

se enojó , y con rostro severo reprendió á los<br />

criados que le habian <strong>de</strong>jado entrar , sin hacer<br />

algún género <strong>de</strong> corlesla y <strong>de</strong> buena crianza con<br />

el santo obispo; y él se eslaba quedo, sentado, sin<br />

respon<strong>de</strong>rle: mas súbitamente cercó la silla en<br />

que eslaba sentado una llama <strong>de</strong> fuego , y comenzó<br />

á llegarse al cuerpo <strong>de</strong> Valenliniano; y él<br />

conociendo que aquella no era cosa humana , se<br />

levantó <strong>de</strong>spavorido , y se humilló y reverenció al<br />

santo : y sm esperar mas , le concedió lodo lo que<br />

<strong>de</strong>seaba, y <strong>de</strong>spués le trató con mucha familiaridad<br />

, y le convidó ó comer, y le ofreció vanos y<br />

ricos presentes : los cuales san Marlin (como fiel<br />

amigo <strong>de</strong> la pobreza) no quiso aceptar; y con mucha<br />

edificación <strong>de</strong>l emperador y <strong>de</strong> su corte , se<br />

volvió á su Iglesia.<br />

11 Así como no se <strong>de</strong>jaba vencer <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s<br />

y agravios en las cosas que emprendía<br />

por servicio <strong>de</strong>l Señor, así tampoco se <strong>de</strong>svanecía<br />

en las prosperida<strong>de</strong>s y favores do los príncipes :<br />

untes siempre guardaba un mismo tenor <strong>de</strong> vida,<br />

y con una apostólica majestad ajustaba la religiosa<br />

mo<strong>de</strong>stia , como parece . en lo que lo sucedió con<br />

el emperador Máximo. Habiendo ido san Martin,<br />

para tratar con él <strong>de</strong> algunos negocios <strong>de</strong> gran candad<br />

y gloria <strong>de</strong>l Señor . fue recibido <strong>de</strong> Máximo<br />

con suma veneración , v regalado y servido como<br />

nn hombre venido <strong>de</strong>l cielo. Entre otras rosas<br />

(pie hizo el emperador , para favorecer á san Martin<br />

, fué convidarle á comer consigo : y habiendo<br />

linalmenle alcanzado ele él , con muchos ruegos é<br />

instancia , que lo baria , se sentaron á la mesa ,<br />

primero el emperador, luego el sanio obispo á su<br />

lado , y otros tres glan<strong>de</strong>s, el uno cónsul , el otro<br />

hermano , y el tercero lio <strong>de</strong>l emperador: entro<br />

los cuales se sentó el clérigo que san Marlin llevaba<br />

en su compañía. Yendo el convite a<strong>de</strong>lante,<br />

trajeron una copa gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> vino á la usanza ele<br />

la tierra , y pusiéronla <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l emperador<br />

para que bebiese: él, por el respeto que tuvo á<br />

san Martin , mandó que se la diesen á él la copa<br />

LA LEYENDA DE ORO.<br />

para que bebiese primero . preiendiendo <strong>de</strong>spués<br />

recibirla <strong>de</strong> su mano : mas el gran prelado , gustado<br />

que hubo el vino, luego dio la copa á su clérigo<br />

, juzgando que en la mesa no habia persona<br />

( aunque fuese la <strong>de</strong>l emperador) que se <strong>de</strong>biese<br />

anteponer al sacerdote : y aunque pareció cosa<br />

nueva y no usada <strong>de</strong> oíros obispos (que algunas<br />

veces con andar indignamente en las corles . y procurar<br />

la gracia <strong>de</strong> los ministros do los príncipes,<br />

apocan y envilecen su dignidad), todavía el haber<br />

sido en tal caso como <strong>de</strong>spreciados , dio su edificación<br />

al emperador v á los oíros señores que<br />

allí estaban , porque lemán á san Martin por un<br />

hombre mas divino que humano. No fué <strong>de</strong> menos<br />

estima y admiración la honra que le hizo la emperatriz<br />

, mujer <strong>de</strong> Máximo. Hallóse esta princesa<br />

muchas veces con su marido á oir los razonamientos<br />

<strong>de</strong>l bienaventurado obispo , v las palabras <strong>de</strong><br />

vida que los <strong>de</strong>cia , para <strong>de</strong>spertarlos al menosprecio<br />

<strong>de</strong> las cosas inciertas <strong>de</strong> esto siglo , y enamorarlos<br />

y encen<strong>de</strong>rlos al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> las eternas : y<br />

reverenciando con viva fé y afecto castísimo en<br />

Marlin la persona <strong>de</strong> Cristo (á mas <strong>de</strong> estar muchos<br />

ralos á sus pies , como otra María Magdalena<br />

á los <strong>de</strong> Crislo;, quiso ejercitar con él también el<br />

oficio <strong>de</strong> Marta : para eslo le suplicó y le importunó,<br />

que se <strong>de</strong>jase servir , y tomase una sobria<br />

refección <strong>de</strong> su mano : y habiéndoselo negado muchas<br />

veces el sanio ( porque no gustaba <strong>de</strong> semejantes<br />

regalos <strong>de</strong> mujeres),interpuso la autoridad<br />

<strong>de</strong>l emperador, al cual se rindió el santo prelado<br />

, por tenerle mas grato para las cosas <strong>de</strong>l<br />

servicio divino que <strong>de</strong> él pretendía. <strong>La</strong> <strong>de</strong>vola<br />

emperatriz ella misma por sí. le hizo semar ó la<br />

mesa, y le dio aguamanos, y trajo la vianda que<br />

ella misma habia a<strong>de</strong>rezado , y le sirvió la copa,<br />

y estuvo en pié mientras que. duró la comida ,<br />

haciendo oficio <strong>de</strong> humil<strong>de</strong> criada,con los ojos bajos,<br />

y con el corazón gozosa y atenta áservir al<br />

santo obispo. Después levantó la mesa y recogió<br />

las sobras , hasta las migajas <strong>de</strong> pan , teniéndolas<br />

por preciosos reliquias y por un gran tes<strong>oro</strong>. Raro<br />

ejemplo por cierto en una princesa lan gran<strong>de</strong>,<br />

<strong>de</strong> la reverencia que se <strong>de</strong>bo á los sanios, y <strong>de</strong>l<br />

respeto con que se han <strong>de</strong> tratar los sacerdotes y<br />

prelados; y mucho para nolar en tiempo lan esiragado<br />

y perdido como al presento tenemos.<br />

Admirable fué la humildad y <strong>de</strong>voción do la emperatriz<br />

para honrar en su siervo al Señor , y<br />

testificar la estima que tenia <strong>de</strong> aquel santísimo<br />

prelado,á quien servia v veneraba en la tierra como<br />

si hiera venido <strong>de</strong>l cielo : pero (aunque por diferente<br />

camino ) no es menos admirable lo que una<br />

santa doncella hizo con san Marlin , nó por menospreciarle<br />

, sino por aprecio y guarda do la castidad.<br />

]labia una doncella principal y <strong>de</strong> extremada<br />

virtud , la cual por vivir en mayor recogimiento<br />

, apartada <strong>de</strong> los ojos y peligros <strong>de</strong> los hombros<br />

, se había retirado á una casa suya <strong>de</strong> campo,<br />

don<strong>de</strong> había vivido muchos años con gran fama <strong>de</strong><br />

santidad. San Marlin, yendo camino, pasó por<br />

allí cerca don<strong>de</strong> aquella virgen moraba : y (pieriendo<br />

el santo honrarla y animarla á llevar a<strong>de</strong>lante<br />

sus sanios propósitos . <strong>de</strong>terminó visitarla, y

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