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NOVIEMBRE , 1 LA LEYENDA DE ORO. . 177
mó su sangro juntamente con
otros en una ciudad de Grecia á fines del siglo I.
De san Narciso dice también el apóstol san Pablo
en su carta citada estas palabras: « Saludad á los
de la casa de Narciso, que son en el Señor.»
SAN ESTAQUIO, OBISPO Y CONFESOR. —Fué convertido
á Jesucristo y consagrado obispo de liiz.auciojboy
Constantinopla, por el apóstol san A ndrés.
San Pablo en su epístola á los romanos habla tambicndc
este santo, por las siguientes palabras: «Saludad
á mi amado Estaquio. » Fué el primer obispo
de Bízancio y luego el fundador de la iglesia de Arginópolis,
en la cual enseñaba constantemente el
Evangelio á mas de dos mil cristianos. Su episcopado
, que duró quince años , fué el de un verdadero
apóstol, y terminó su vida en paz, durante
el siglo I.
SAN YOLFANGO, omsro Y CONFESOR.—Nació
este siervo de Dios en la Snavia, de padres plebeyos,
y cuidó de su educación un virtuoso eclesiástico
de su patria. Era bastante niño aun, que ya
entró en el monasterio de Ríehenaw, célebre escuela
de ciencias y virtudes, adonde acudian muchas-Iglesias
á sacar sus pastores. Yolfango deseaba
solo consagrarse al retiro y á la oración; pero
vióse obligado á pasará \V urtaburgo á perfeccionar
sus estudios, y después á Tréveris, cuyo arzobispo,
que conocia sus talentos, le obligó á aceptar
el empleo de deán, con el cargo de regentar una
escuela. Desempeñó , pues, estos dos destinos con
mra piedad y un zelo que dieron á todos la mas
alta idea de su virtud. Después de la muerte de
iHa 1.
NOVIEIBR
LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS.--Entre
todas las fiestas quo la santa Iglesia ha instituido
por todo ol año, en reverencia de los bienaventurados
que eslán en el cielo, la mas solemne
y de mayor devoción es la que celebra el
primero dia de noviembre en conmemoración y
honra de lodos los santos ; porque en esta fiesta
los abraza á lodos , sin excluir alguno , y se encomienda
á ellos, ó invoca y llama en su favor á
toda aquella bienaventurada compañía y corte
celestial. Instituyó esla fiesta en Roma el papa
Bonifacio, IV de este nombre, en honra de la
gloriosísima Virgen María nuestra Señora, y de
lodos los santos mártires, consagrando al Señor
aquel suntuosísimo templo, que no Domiciano,
emperador (como dice Adon), sino Marco Agripa,
ciudadano romano, y gran privado del emperador
Oclaviano Augusto, habia dedicado á Júpiter
Vengúdor (como dice Plinio) después de la bala-
TOIHO IV.
Narciso y muchos aquel arzobispo, ¡asó nuestro sanio á Colonia, don
de permaneció algún tiempo , y luego
e retiró al
monasterio de Eulilden , para servir á Dios en el
silencio y la práctica do la mortificación. Aquí
abrió también una escuela y recibió las sagradas
órdenes. Consiguió entonces permiso para ir á predicar
el Evangelio, y partió para Hungría, el
año 972. Algún tiempo después el emperador
Otón II lo recomendó para el obispado do Ilatisbona
, y en efecto , Yolfango fué elegido canónicamente
y consagrado , leniendo que vencerse en
aquella ocasión toda la inclinación que él profesaba
á la soledad. Continuó viviendo como un monje:
su principal cuidado fué dar reglamentos que corlasen
los abusos introducidos en el clero y la disciplina
, y los pobres encontraron en él un padre
tierno y cariñoso. Fué preceptor de los hijos del
duque de Baviera, que, merced á la piadosa educación
que el santo les dio , llegaron á ser príncipes
altamente útiles á la Iglesia y al estado. Habiendo
Yolfango emprendido un viaje por un objeto
de caridad, cayó enfermo en el camino, y murió
en Pupping, en Austria, el cha 31 de octubre del
año 994 , y en 1052 el papa León IN lo colocó en
el número de los santos.
LA CONMEMORACIÓN DE LA VICTORIA BEL SALA­
DO.— 'Lodos los historiadores eslán contestes en
reputar por milagrosa la victoria del Salado conseguida
por los españoles conlra ios moros, y no es
exlraño que cu esle dia la católica España dé gracias
á la Providencia por el singular beneficio que
le fué dispensado.
lia naval en que Octavíano venció á Marco Antonio,
y quedó señor absoluto del imperio romano.
Llamó Agripa á este templo Panteón, que
quiere decir «casa de todos los dioses; » porque
en él todos los falsos dioses de la antigüedad eran
venerados. Y dado que, después que el emperador
Constantino se convirtió á nuestra santa fé, y comenzó
á edificar templos á Jesucristo nuestro
Salvador, los cristianos derribaron muy magníficos
y maravillosos templos de los gentiles, para
que no quedasen en pié los lugares en que se habían
ofrecido tan sucios y abominables sacrificios
al demonio; porcaya razón en Alejandría asolaron
un templo de Serapis , en Gaza el de Marna,
en Apamena el de Júpiter, en Carlago el de Celeste,
y en otras partes otros muchos , que eran
tan soberbios y de tan excelente arquitectura,
queso lenian por milagros del mundo; todavía
después juzgaron que era mejor (ya que estaba
caida y rendida la gentilidad) que donde antes
habia sido servido el demonio, fuese servido ol
veidadcro Dios , y que los mismos lemp'os pro