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NOViESBllE, H LA LEYENDA DE ORO. 2'i3<br />
su vida : y el pobre hombro , no solamente no so<br />
enmendó y compungió con las palabras blandas<br />
<strong>de</strong>l santo , antes lomándolas por afrenta ó injuria,<br />
uno al monasterio echando llamas do fuego por<br />
los ojos, y con el rostro turbado y como fuera do<br />
si, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mucha gente dijo mil injurias y baldones<br />
á san Martin , y falló poco que no pusiese<br />
en él Lis manos, 'labia visto el santo, antes que<br />
Bricio llegase al monasterio, dos espíritus malignos<br />
que le llamaban y le atizaban para que so vengase<br />
<strong>de</strong> él: y por esto , y por su acostumbrada<br />
suavidad , lo trató con tan gran<strong>de</strong> mansedumbre,<br />
que Brido quedó confuso y le pidió perdón , y con<br />
sus oraciones alcanzó <strong>de</strong> Dios que se enmendase y<br />
le sucediese en el obispado; y asi se lo dijo él mismo<br />
, y que en él pa<strong>de</strong>cería mucho : y aunque<br />
cuando el lo dijo pareció cosa <strong>de</strong> risa , y Bncio hizo<br />
burla teniendo á san Martin por insensato; mas,<br />
muerto que fué , se cumplió todo lo que él habia<br />
profetizado , y con gran concordia <strong>de</strong>l clero y <strong>de</strong>l<br />
pueblo fué elegido Bricio por prelado <strong>de</strong> aquella<br />
Iglesia, y él la gobernó tan santamente, y pa<strong>de</strong>ció<br />
tantas y tan graves persecuciones, que so<br />
cumplió bien lo que san Martin le había pronosticado<br />
, y fué santo , y como á tal le celebra la Iglesia<br />
á los 13 <strong>de</strong> noviembre. Todo este buen sucoso<br />
alcanzó san Martin con singular paciencia y mansedumbre,<br />
con la cual sufrió ó Brido y le ganó<br />
para Dios. Nunca se pudo acabar con él, que le<br />
privase <strong>de</strong>l grado que tenia , ni le castigase como<br />
muchos se lo persuadían : á Ioscua'es respondía<br />
el santo: Jesucristo sufrió á Judas: ¿y vosotros<br />
no queréis que yo sufra á Bricio? Con esta<br />
misma mansedumbre nunca se vengaba do las injurias<br />
y agravios que se le hacían: con esta perdonaba<br />
muy fácilmente á los que se reconocían,<br />
y admitía á reconciliación y penitencia á los pecadores<br />
que lloraban sus culpas, y él perpetuamente<br />
se olvidaba <strong>de</strong> ellas, en tanto grado, que el <strong>de</strong>monio,<br />
como enemigo do nuestra salud , una vez<br />
lo reprendió <strong>de</strong> ello , y le dijo , que Dios no perdonaba<br />
á los que le volvían las espaldas, y caían<br />
en graves pecados : al cual ol santo respondió con<br />
gran seguridad y confianza en Dios: Si tú, <strong>de</strong>sventurado,<br />
<strong>de</strong>jases <strong>de</strong> tentar á los hombres, y to<br />
arrepintieses ; yo , confiado en la bondad dé Dios,<br />
con gran seguridad le prometería su misericordia.<br />
8 ¿Qué diré <strong>de</strong> las otras heroicas y esclarecidas<br />
virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este santísimo varón? ¿Especialmente<br />
<strong>de</strong>l zelo ar<strong>de</strong>ntísimo que tuvo <strong>de</strong> conservar<br />
y amplificar en todas parles la fé católica? ¿Y <strong>de</strong><br />
aquella sed insaciable <strong>de</strong> ilustrar y exlen<strong>de</strong>r la<br />
cristiana religión , y extinguir las reliquias <strong>de</strong> la<br />
gentilidad , que en su tiempo aun duraban en algunas<br />
parles? Yendo una vez á la ciudad <strong>de</strong>Chartros,<br />
hubo <strong>de</strong> pasar por una al<strong>de</strong>a que era toda<br />
do gentiles : los cuales por la fama <strong>de</strong>l santo salieron<br />
lodos á verle, y concurrió lauta gente, que<br />
los campos estaban cubiertos <strong>de</strong> labradores idólatras<br />
, y sin conocimiento <strong>de</strong> Dios verda<strong>de</strong>ro. Cuando<br />
los vio el santo prelado, enternecióse en gran<br />
manera, y con entrañable afecto, poniendo los<br />
ojos en el cielo, comenzó á predicarles la palabra<br />
<strong>de</strong> Dios , y convidados á la salud eterna , con un<br />
sentimiento, y con unas palabras, voz y energía<br />
tan gran<strong>de</strong>, que se veía bien que no era él el (pie<br />
hablaba , sino Dios en él: el cual para dar eficacia<br />
á las palabras <strong>de</strong> san Martin, y confirmarlas<br />
con su brazo po<strong>de</strong>roso, para bien <strong>de</strong> toda aquella<br />
gente rústica y ciega , or<strong>de</strong>nó que una mujer le<br />
trajese allí <strong>de</strong>lante un hijo único que poco antes so<br />
le liabia muerto, suplicándole que lo restituyese<br />
la vida; pues era amigo <strong>de</strong> Dios, y tan fácilmente<br />
lo pocha hacer. Juntáronse con los ruegos y con<br />
las lágrimas <strong>de</strong> la madre, los sollozos y la intercesión<br />
<strong>de</strong> lodo aquel pueblo; y san Martin, juzgando<br />
que aquel milagro seria ocasión para que se<br />
convirtiese a la fó <strong>de</strong> Cristo, hizo oración, y le<br />
re-uciló y lo volvió vivo á su madre (que eslaba<br />
pasmada , y como atónita y fuera <strong>de</strong> si <strong>de</strong> alegría),<br />
en presencia <strong>de</strong> toda aquella gente , que movida<br />
<strong>de</strong> lo que habia visto, alzando un grito al cielo,<br />
corrió con gran<strong>de</strong> ímpetu y se echó á los pies <strong>de</strong>l<br />
sanio, pidiéndole que los hiciese cristianos, quedando<br />
él mas conlóelo por haber ganado aquellas<br />
almas al Señor, que si hubiera conquistado un<br />
reino, ó alcanzado cualquiera otra cosa temporal.<br />
Con este mismo zelo procuro <strong>de</strong>sarraigar la memoria<br />
<strong>de</strong> toda gentilidad y culto profano , sin tener<br />
cuenla con la dificultad <strong>de</strong> la empresa, ni con<br />
el odio <strong>de</strong> los gentiles, ni con su peligro, ni<br />
con la magnificencia y suntuosidad <strong>de</strong> los templos<br />
y edificios que se ponia á <strong>de</strong>rribar: y Dios<br />
nuestro Señor le favorecía visiblemente, para<br />
que saliese con su intento, y acabase cualquiera<br />
cosa en que ponia su mano, por mas difícil<br />
é imposible que pareciese. Quiso <strong>de</strong>rribar una<br />
torre alta y <strong>de</strong> ricas piedras, labrada con gran<strong>de</strong><br />
arte y costo ; porque habia sido <strong>de</strong>dicada á un ídolo<br />
: y habiéndolo encomendado á un clérigo , llamado<br />
Marcelo , y entendido que él no lo había hecho<br />
(porque no tenia aparejo para <strong>de</strong>rribar una<br />
máquina y un edificio tan fuerte); san Martin gastó<br />
toda la noche en oración, y iuego ó la mañana<br />
vino un ' torbellino <strong>de</strong> vientos , truenos, relámpagos<br />
y ra vos sobre ella , y la arrancó sus cimientos,<br />
y la asoló con espanto y admiración <strong>de</strong> todos. En<br />
otro lugar eslaba una columna altísima , y encima<br />
<strong>de</strong> ella un ídolo : y queriendo el santo arruinarlo,<br />
v no teniendo forma para hacerlo , acudió<br />
á sus acostumbradas armas , que eran la oración,<br />
y súbitamente apareció en el cielo, á vista do lodos<br />
los que allí estaban, otra columna, la cual,<br />
cayendo con grandísimo Ímpetu sobre esta otra <strong>de</strong><br />
piedra , la <strong>de</strong>smenuzó, ó hizo polvos el ídolo que<br />
sobre ella estaba. En otro lugar habia asolado un<br />
templo <strong>de</strong> los gentiles, y quiso echar en tierra un<br />
alto pino que allí eslaba, <strong>de</strong>dicado al <strong>de</strong>monio.<br />
Opusiéronsele los gentiles, y uno <strong>de</strong> ellos, mas<br />
atrevido y agudo, alzando la voz, lo dijo: Si tú<br />
tienes tanta confianza en tu Dios, nosotros mismos<br />
corlaremos eso árbol, con tal que tú , cuando cayere<br />
, lo sostengas y sustentes con tus hombros.<br />
Aceptó el partido : corlaron el árbol, y ataron al<br />
santo pontífice por los pies , para que no pudiese<br />
huir; vé!, como una estatua, se estuvo quedo,<br />
sin moverse , con gran seguridad , hasta que indinándose<br />
el árbol, y viniendo con gran ruido ácaer.