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La leyenda de oro 4.pdf

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310 LA LEYENDA DE ORO. NOVIEMBRE, 20<br />

muerie á este mancebo en nombre <strong>de</strong> la santísima<br />

Trinidad , dio Félix principio á los muchos que habia<br />

<strong>de</strong> rescatar <strong>de</strong>l cautiverio <strong>de</strong> los infieles y <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>monios, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l alto y soberano nombre<br />

<strong>de</strong> la santísima Trinidad. Habiéndose juntado un<br />

lucido ejército <strong>de</strong> ío mas noble y valeroso <strong>de</strong> Francia<br />

parala guerra sagrada, acompañó Félix al<br />

rey , y en el ejército fué ejemplo <strong>de</strong> soldados , como<br />

lo habia sido en la corte <strong>de</strong> cortesanos , y las buenas<br />

costumbres que haoia aprendido entre los monjes<br />

<strong>de</strong> Claraval, las conservó entre los soldados :<br />

no embarazaba sus ejercicios <strong>de</strong>votos el ruido <strong>de</strong><br />

las armas; no se contentaba por penitencia: con<br />

las fatigas y riesgos <strong>de</strong> la milicia : resplan<strong>de</strong>cía<br />

mas su mo<strong>de</strong>stia entre la libertad <strong>de</strong> los militares<br />

, y la misericordia que siempre le habia<br />

acompañado no le <strong>de</strong>samparó; antes se alistó<br />

con él, al verle seguir las ban<strong>de</strong>ras. En las ocasiones<br />

que se ofrecieron, peleó con gran valor, ayudándose<br />

aquí la fortaleza <strong>de</strong> su virtud <strong>de</strong> la generosidad<br />

<strong>de</strong> su sangre; pero ni se <strong>de</strong>svanecía con los<br />

sucesos prósperos, ni se caia <strong>de</strong> ánimo con los adversos;<br />

antes sucediendo por oculto juicio <strong>de</strong> Dios<br />

infelizmente á los cristianos aquelia jornada , Félix<br />

se volvió á París con la misma paz , como si volviera<br />

victorioso mas rico <strong>de</strong> merecimientos que <strong>de</strong><br />

tro feos, y con mas victorias <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios que<br />

<strong>de</strong> los turcos.<br />

12 En París prosiguió san Félix en los ejercicios<br />

<strong>de</strong> caballero y <strong>de</strong> soldado ; pero Dios disponía<br />

sacarle <strong>de</strong> la corte para el <strong>de</strong>sierto , v <strong>de</strong><br />

la milicia secular para la espiritual, y queria que<br />

no tratase mas <strong>de</strong> vencer á sus enemigos , sino á<br />

sí mismo. Para corlar <strong>de</strong> todo punto la esperanza<br />

próxima que lo daban á la c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong> Francia<br />

la ley sálica y el <strong>de</strong>udo estrecho que tenia con<br />

el rey , quiso or<strong>de</strong>narse primero <strong>de</strong> sacerdote, y<br />

luego retirarse : y ahora se vio cumplida la visión<br />

<strong>de</strong> su madre al traerle en el vientre > pues<br />

trocó la c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong> las flores <strong>de</strong> lis , que podía<br />

esperar, por la cruz <strong>de</strong> Jesucristo. Habiéndose<br />

or<strong>de</strong>nado y dicho su primera misa , escogió el<br />

yermo <strong>de</strong> la montaña Bro<strong>de</strong>lia en el territorio<br />

Mel<strong>de</strong>nse, célebre por haber sido habitada <strong>de</strong><br />

san Fiacno , hijo <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Escocia, que la prefirió<br />

al reino <strong>de</strong> su padre , y vivió en ella muchos<br />

años con gran fama <strong>de</strong> santidad. Cuando quiso<br />

<strong>de</strong>jar el mundo , hasta el nombre <strong>de</strong>jó , para no<br />

conservar' nada <strong>de</strong>l mundo; y llamóse Félix,<br />

cuando <strong>de</strong>jaba lo que los hombres tienen por felicidad.<br />

13 Mudó con el nombre el hábito : vistióse<br />

<strong>de</strong>l traje <strong>de</strong> pobre , cuando en su aprecio empezó<br />

á ser rico : salióse <strong>de</strong> la corte ocultamente<br />

y caminó á la montaña Rro<strong>de</strong>lia , <strong>de</strong>sconocido,<br />

sin criados, sin acompañamiento ; solamente parecía<br />

que le seguían al principio muy <strong>de</strong> cerca,<br />

y <strong>de</strong>spués mas lejos , las honras , regalos y <strong>de</strong>licias<br />

<strong>de</strong> la corte y <strong>de</strong>l palacio , ya llamándole para<br />

que volviese, ya quejándose porque las <strong>de</strong>jaba;<br />

pero él proseguía su camino sin volver un paso<br />

atrás, ni aun los ojos para ver quien le llamaba,<br />

cerrando los oidos á los silbos <strong>de</strong> la serpiente infernal.<br />

Llegó al lugar don<strong>de</strong> había vivido Flacrio,<br />

y luego pareció que Flacrio habia vuelto á su<br />

lugar, y bajado <strong>de</strong>l cielo para habitar segunda<br />

vez aquellos <strong>de</strong>siertos. Halló una ermita <strong>de</strong>dicada<br />

á la Reina <strong>de</strong> los ángeles , que habia edifido<br />

san Flacrio : <strong>de</strong>terminó hacer junto á ella su<br />

habitación ; y escogió una gruta en lugar <strong>de</strong>l<br />

palacio que habia <strong>de</strong>jado. ¿Quién nos dirá la<br />

vida que hizo san Félix en esta soledad ; pues no<br />

pue<strong>de</strong>n hablar los peñascos, <strong>de</strong> quienes era morador,<br />

ni las fieras , <strong>de</strong> quienes era ciudadano,<br />

ni los árboles , que eran testigos <strong>de</strong> su oración<br />

continua , <strong>de</strong> sus profundos suspiros y <strong>de</strong> sus<br />

extremados rigores? Al santo , que lo sabia , le<br />

enmu<strong>de</strong>ció su humildad , para que callase las batallas<br />

que tuvo con los <strong>de</strong>monios: los triunfos que<br />

consiguió <strong>de</strong>l infierno ; y los favores que recibió<br />

<strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> María santísima, con quien se regalaba<br />

en tiernos coloquios , á quien acudia en<br />

sus aflicciones , y pedia socorro en todas sus necesida<strong>de</strong>s.<br />

Lo que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir y admirar es,<br />

que habiendo hecho tan notable mudanza san<br />

Félix , trocando la corte por el <strong>de</strong>sierto , el palacio<br />

por la gruta, la compañía <strong>de</strong> los cortesanos<br />

por la <strong>de</strong> las fieras , el vestido precioso por el<br />

cilicio áspero , las comidas regaladas por las yerbas<br />

silvestres , la cama blanda por la peña dura ;<br />

estaba mas contento con esta pobreza , que jamás<br />

lo habia estado con toda la riqueza ; y le parecia<br />

que lo tenia todo, cuando no poseía nada, por<br />

enten<strong>de</strong>r que tenia mas parle en los bienes <strong>de</strong>l<br />

cielo , cuanto menos tenia en los <strong>de</strong> la tierra. No<br />

falta quien diga que un cuervo le traía ó san<br />

Félix un pan lodos los domingos , y que los <strong>de</strong>monios<br />

se le aparecían en horribles figuras <strong>de</strong> serpientes<br />

, dragones, leones y otras fieras, para espantarle<br />

y atemorizarle : y no seria maravilla que<br />

Dios favoreciese á Félix , como á Pablo , primer<br />

ermitaño ; pues Félix imitaba tanto á Pablo : ni<br />

que los <strong>de</strong>monios le persiguiesen , como á Antonio<br />

é Hilarión; pues veían resucitados estos santísimos<br />

anacoretas en Félix. De los favores quo<br />

recibió <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> los ángeles , escriben algunos<br />

mucho , no sé si por discurso , ó por noticia<br />

cierta : y aunque yo creo muy cierto que fueron<br />

muchos mas y mayores los favores que el santo<br />

anacoreta recibió , que todos los que refieren,<br />

porque así convenia que regalase el Señor á su<br />

fiel siervo, que por su amor se habia privado <strong>de</strong><br />

los regalos y <strong>de</strong>licias do una corte y <strong>de</strong> un palacio<br />

, y visitasen los ángeles al que era ángel en<br />

la vida, aunque era hombre en la naturaleza ; con<br />

todo eso no quiero referir nada en particular, para<br />

contar solo lo que se sabe ; nó lo que se discurre<br />

ó no es tan averiguado.<br />

14 Habiendo vivido san Félix en la soledad<br />

mas <strong>de</strong> veinte años , fué buscado por aviso <strong>de</strong>l<br />

cielo <strong>de</strong> san Juan <strong>de</strong> Mata , doctor parisiense, que<br />

habitaba en olra soledad : y aunque Juan buscaba<br />

al que no conocía ; Félix conocia al que le<br />

buscaba , y sabia que habia <strong>de</strong> venir á buscarle :<br />

y en viéndole , le saludó por su nombre, <strong>de</strong> que<br />

quedó san Juan maravillado , y entendió por aquí<br />

mas claramente que Dios moraba en san Félix.<br />

Vivieron los dos santos anacoretas tres años en

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