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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIEMBRE , G<br />

i * SAN FEI.IX, MÁRTIR.-Predicó el Evangelio<br />

en Africa duraiilc el siglo III. Por haber confesado<br />

Jale <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>! juez, lo prendieron y atormonluron:<br />

|')ero <strong>de</strong>spees lo volvieron á llevar á la cárcel<br />

para acabarle <strong>de</strong> malar al día sigiiienlc. Por la<br />

mañana fueron los verdugos á su prisión, y hallaron<br />

que ya habia entregado su espíritu al Criador.<br />

San Agustín, en la exposición que hizo al<br />

pueblo , <strong>de</strong>! salmo 107 , en el día <strong>de</strong> la conmemoración<br />

<strong>de</strong> este sanio mártir, nos da eslos pormenores.<br />

LA CONMEMORACIÓN DE DIEZ SANTOS , MÁR­<br />

TIRES.— Fueron sacrificados por el furor <strong>de</strong> los<br />

sarracenos en la ciudad <strong>de</strong> Anlioquía . el año G37.<br />

Su martirio fué muy prolongado, y en él se vieron<br />

manifiestas señales <strong>de</strong> la gracia que Jesucristo comunica<br />

a sus sanloscuando pa<strong>de</strong>cen por su causa.<br />

SAN SEVERO, OBISPO Í MÁRTIR. — Nació en<br />

Barcelona, <strong>de</strong> familia ilustre. Sus padres lo <strong>de</strong>dicaron<br />

al estudio <strong>de</strong> las letras, y Dios lo llamó al<br />

oslado eclesiástico. En su juventud era ya distinguido<br />

entre el clero catalán por su doctrina y el<br />

candor <strong>de</strong> sus costumbres. Habiendo vacado la<br />

se<strong>de</strong> episcopal do Barcelona , por elección <strong>de</strong>l clero<br />

y <strong>de</strong>l pueblo, fué Severo elevado á ella, y le<br />

consagraron obispo <strong>de</strong> la misma ciudad con gran<br />

salisaccion <strong>de</strong> lodos. En esla dignidad resplan<strong>de</strong>ció<br />

el siervo <strong>de</strong> Dios como antorcha <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra<br />

luz, y su alma estuvo siempre inflamada <strong>de</strong><br />

aquel zelo santo tan necesario en aquellos tiempos<br />

<strong>de</strong> calamidad para la Iglesia. Su principal<br />

ocupación era predicar incesantemente al pueblo,<br />

alentándole á la constancia déla fé , y al amor<br />

mutuo que tiene á Dios por principio , á fin <strong>de</strong> que<br />

no llegase nunca á romperse entre sus ovejas la<br />

ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> la caridad , que mantiene á lodos los<br />

fieles unidos con Jesucristo. Pero no <strong>de</strong>scuidaba<br />

por esto Severo su propia santificación: la oración,<br />

la contemplación y la penitencia eran su mas sabroso<br />

ahíncalo; y por esto sin duda mereció que<br />

el cielo le revelase que se acercaban nuevos días<br />

<strong>de</strong> amarga tribulación para la Iglesia <strong>de</strong> España.<br />

En efecto, poco tardó en aparecer en ella el presi<strong>de</strong>nte<br />

Daciano, que laníos rios <strong>de</strong> sangre crisliana<br />

hizo correr por el suelo español. Llegado el<br />

gentil á Barcelona, y sabiendo Severo quo le buscaba<br />

para ensayar en él su furor, acordándose<br />

<strong>de</strong>l consejo evangélico « Si os persiguen en un lugar,<br />

huid áolro,» se escapó al Valles, dirigiéndose<br />

á un lugar llamado entonces Castro Octaviano,<br />

y ahora San Culgatdd Valles. A la mitad<br />

<strong>de</strong>l camino encontró a un labrador que estaba<br />

sembrando habas, llamado He meterlo, hombre muy<br />

cristiano y <strong>de</strong>voto <strong>de</strong>l venerable obispo. Contóle<br />

esto lo que sucedia, y lo advirtió que si pasaban por<br />

allí los ministros <strong>de</strong>l juez , les dijese si le buscaban<br />

queen Castro üctaviano le hallarían; pues oslaba<br />

resuello á <strong>de</strong>rramar su sangre por Jesucristo. Poco<br />

<strong>de</strong>spués llegaron efectivamente los perseguidores,<br />

y Demolerlo les dijo que por allí habia pulsado el<br />

santo pastor, y les contó la maravilla <strong>de</strong> haber ya<br />

crecido las habas que entonces sembraba. Habiéndole<br />

preguntado a<strong>de</strong>más si era cristiano, y contestado<br />

que sí. lo llevaron con-¡¡jo basta don<strong>de</strong> estaba<br />

TOMO IV.<br />

LA LEYENDA DE ORO. 225<br />

el obispo , el cual se les presentó , en cuanto supo<br />

que habían llegado. Pusiéronle en seguida preso<br />

con líemele y con los cuatro sacerdotes <strong>de</strong> Barcelona<br />

que le habían acompañado. Al cabo <strong>de</strong><br />

[loco fueron los seis azotados cruelmente, y luego<br />

<strong>de</strong>gollaron á loscualro sacerdotes y á Hemelerio en<br />

presencia <strong>de</strong> Severo, á fin <strong>de</strong> que, intimidado y<br />

horrorizado con aquel espectáculo, so resolviese<br />

á sacrificar á los ídolos. Mas viendo que nada lograban<br />

, uno <strong>de</strong> los verdugos le clavó un clavo en<br />

la cabeza,en cuyo martirio entregó su,espirita al<br />

Criador. Algunos dicen ipie no falleció entonces, sino<br />

que <strong>de</strong>jándole los gentiles por muerto , fueron alia<br />

los cristianos y le hallaron vivo , y que habiéndolos<br />

ben<strong>de</strong>cido, pasó al galardón <strong>de</strong> su pelea. También<br />

hay quien dice que fué atravesada su cabeza con<br />

tres clavos, y otros aumentan el número hasta<br />

diez y ocho. Su sagrado cuerpo fué sepultado por<br />

los fieles en el mismo Castro Ootaviano , don<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>spués hubo una iglesia <strong>de</strong>dicada á san Severo,<br />

cerca <strong>de</strong> la principal <strong>de</strong>l monasterio do benedictinos<br />

que <strong>de</strong>spués se fundó. Aquella iglesia se arruinó<br />

en 1029 , y las reliquias <strong>de</strong>l obispo fueron trasladadas<br />

á la <strong>de</strong>l sobredicho monasterio, que estaba<br />

<strong>de</strong>dicado al apóstol san Pedro. En el año 1405,<br />

el dia 3 <strong>de</strong> agosto . fueron llevadas algunas <strong>de</strong> eslas<br />

reliquias á la catedral <strong>de</strong> Barcelona. Dio ocasión<br />

á esto un milagro que obró Dios con don Martin,<br />

rey <strong>de</strong> Aragón, curándole repentinamente una<br />

pierna que le iban á corlar, por intercesión <strong>de</strong>l<br />

santo, <strong>de</strong> quien era el príncipe muy <strong>de</strong>voto , <strong>de</strong> cuya<br />

traslación celebra fiesta todos los años la diócesis<br />

<strong>de</strong> Barcelona el domingo primero <strong>de</strong> agosto.<br />

Créese que la muerte <strong>de</strong> san Severo sucedió por los<br />

primeros años <strong>de</strong>l sig'o IV. Su culto es muy antiguo<br />

en España, y muchas <strong>de</strong> sus Iglesias tienen<br />

rituales primitivos en que se encuentra continuado<br />

su nombre. Según el padre Caresmar, su fiesta se<br />

celebraba ya con rezo y misa propios , á principios<br />

<strong>de</strong>l siglo IX, y cuando todos los Martirologios antiguos<br />

y mo<strong>de</strong>rnos ponen su nombre en el dia 0 <strong>de</strong><br />

noviembre , se cree que su martirio fué en dicho<br />

dia.<br />

SAN ÁTICO. — Solo sabemos <strong>de</strong> este sanio el<br />

nombre y que murió en Frigia. Se calcula por<br />

Usuardo que fué mártir; pero ni aun esto se sube<br />

<strong>de</strong> cierto.<br />

SAN VINOCO, ABAD. — Nació en Bretaña, y fué<br />

hijo <strong>de</strong> lloivel III, rey <strong>de</strong> los bretones. Cultivó <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

muy niño la ciencia <strong>de</strong> los santos, y se asoció<br />

á otras personas principales, que tenían iguales inclinaciones<br />

que él. Estos piadosos jóvenes emprendieron<br />

algunas peregrinaciones piadosas, y<br />

entre ellas visitaron el monasterio conocido <strong>de</strong>spués<br />

con el nombre <strong>de</strong> San Berlín. El fervor <strong>de</strong><br />

aquellos religiosos los edificó extraordinariamente,<br />

y quedándose en él, tomaron el hábito monástico.<br />

A pesar ile ser muy numerosa aquella comunidad,<br />

distinguióse entre todos Vinoco por su extraordinaria<br />

piedad v por su fervor en la penitencia. Poco<br />

<strong>de</strong>spués se fundó un nuevo monasterio, y el<br />

santo fué nombrado abad. En poco tiempo se esparció<br />

por los países lejanos la fama <strong>de</strong>l ilustie<br />

superior, y aquella comunidad se hizo numerosi

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