La leyenda de oro 4.pdf

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índoles :¡ la fé de Cristo, fué acusado y ganó la
corona del martirio , después de haber sufrido con
admirable constancia unos tormentos atroces.
Los SANTOS EPIMACO , ALEJANDRO , Y COMPA­
ÑEROS, MÁRTIRES. •—En el año 2íi0 de la era de
Cristo seguía furiosa la persecución levantada por
Decio , v los magistrados infieles andaban solícitos
en busca de cristianos para inmolar. San Epimaco
, san Alejandro y sus compañeros permanecieron
sepultados por mucho tiempo en un lóbrego
calabozo; sacáronlos de él para probar su lo con
losmas horribles tormentos, y por último consumieron
sus cuerpos entre las llamas á fuego lento.
SAN IIEIUIÓGIINES, SAN DONATO, Y OÍROS VEIN­
TE Y DOS SANTOS MÁRTIRES. — Durante las persecuciones
del III siglo de la Iglesia, ganaron la
palma del martirio, siendo un dechado de constancia
en medio de crueles tormentos, en Alejandría
, año de 250.
SAN MAXENCIO , CONSTANCIO , CRESCENDO,
.II;STINO, Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES. — En tiempo
de la bái hará persecución suscitada por Diocle—
eiano, padecieron todos ellos un martirio atroz.
De ellos hace justa y debida conmemoración el
Martirologio romano en este dia.
SAN FINÍAN Ó FINAN, OBISPO Y CONFESOR.—
Nació en Leinster de Irlanda ; los discípulos de san
Patricio le instruyeron en la fé de Cristo . y pasó
después al país de Gales para hacer prosélitos en
ella. Por los años de 320 volvió á Irlanda , y partió
para el Señor en 12 de diciembre de 552;
otros dicen que en 504.
SAN COLUMBO , ABAD Y CONFESOR.—Natural
de Leinster en Irlanda ; fué discípulo de san Finían.
Fundó un monasterio en Mnnster , y murió
de una peste que infestó la Irlanda en 5 58.
SAN COIUIAC, CONFESOR.—Los calendarios mas
antiguos de Irlanda lo mencionan en este dia,
y añaden que fué abad de una santidad muy eminente.
SAN COLMAN, CONFESOR. — Los calendarios irlandeses
hacen mención de él en este dia , y también
Colgam. Dícese que fué abad de Glendaloch,
y que murió en 059.
SANTA EADBURGA , ABADESA. — Los católicos
de la gran Bretaña la tienen en mucha veneración.
Murió por los años de 751. Sus restos fueron trasladados
á Cantorbery en 1055, y depositados en
la iglesia de San Gregorio.
SAN VALERY Ó VALERIO, ABAD. — Fué hijo de
un caballero de Auvcrnia , v cuando niño era paslor
de ganados. Después fué adelantando en el
camino de la perfección , y habiéndose dedicado al
servicio de Dios , ocupaba lodo el tiempo en predicar
. orar, leer y trabajar en labores manuales:
murió en 022.
SAN CORENTINO , OBISPO Y* CONPESOR. —Fué
su diócesis en Bretaña. Era hijo de un caballero
bretón ; pasó muchos años en santa soledad. Murió
á fines del siglo V.
SAN CORENTINO Ó Cuín , CONFESOR.—Murió
en el año de 401 , v fué muv venerado en Irlanda.
Predicó con mucho fruto la fé católica , y hablan
de él autores graves, distinguiéndolo del anterior.
LA LEYENDA DE ORO. DICIEMBRE, 12
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. — La aparición
de la sania Virgen en el cerro que llaman
ríe Tepevacac, á una legua do Méjico, tiene á su
favor la opinión general de loda la Nueva España.
Dejándonos, empero, do averiguaciones sóbrelos
fundamentos de esla opinión , y atendiendo tan
solo á que la santa sede ha extendido á nuestra
Península la celebración de esta festividad de nuestra
Señora, bajo el lílulo de Guadalupe de Méjico,
diremos lo que acerca déla aparición tiene
recibido la tradición en aquel reino.
2 La aparición se cree sucedida el año 1531.
Un sábado , que era el día 9 de diciembre , antes
de amanecer, Juan Diego, indio recien convertido
, pobre y muv candido, iba desdo Tolpetlac
á la iglesia de Santiago de Méjico, a oir la misa
de nuestra Señora. Al romper el alba, llegó al
]iié del Tepevacac , y oyó una melodía concertada
, como la de muchas aves que cantasen á coros.
Alzó los ojos hacia el lugar de donde el sonido
venia , y vio una nube resplandeciente de gran
chindad, y ú su rededor un arco do varios colores.
Embelesado y como fuera de si quedó el
indio con esta aparición: oyóse llamar por su
nombre y subió á toda priesa por el collado. Entonces
vio á una señora de celestial majestad quo
le dijo que era la Madre de Dios, y quo deseaba
que en aquel sitio se edificase un templo bajo su
invocación. Fuese el indio á noticiarlo á den fray
Juan de Zumarraga, primer obispo de Méjico , prelado
discreto , que no quiso dar desde itiego entero
crédito á la relación del sencillo mejicano.
3 Por la larde del mismo día volvió Juan
Diego á Tolpetlac, y al llegar á la cumbre del
cerro halló á la santísima Virgen que lo estaba
aguardando, quien le dijo que al día siguiente
volviese al obispo y le dijese que ella le enviaba.
Jlízolo así , y ya entonces el prelado le oyó con
mas atención, y lo despidió diciéndole que volviese
á ver á la Virgen , y le pidiese que le diese alguna
señal que acreditase ser la Madre de Dios quien
le enviaba , y que era voluntad suya que se labrase
aquel templo. Reparó el obispo que no se excusaba
el indio de esto; y encargó á dos personas de
su confianza que le siguiesen, sin advertirlo él,
hasta el lugar señalado , jiara asegurarse mas por
este medio de la verdad. Al llegar el indio al puente
de un riachuelo quo por aquella parle desagua en
la laguna , desapareció , y los enviados del obispo
lo tuvieron por hechicero , yá su vuelta dijeron
que no se le creyese. Entre tanto el indio halló á la
Virgen y lo jiidió la respuesta del obispo: dijole la
Señora que al dia siguiente en el mismo sitio lo
daria señal cierta con que lo diosen crédito. Cuando
él llegó á su casa, encontró á un lio suyo muy
agravado do una fiebre maligna : todo el dia inmediato
ocupó Juan Diego en asistirle y curarle.
A la madrugada siguiente, pasando por el lugar
por donde habia de subir á la cumbre del montecilio
, se acordó de no haber obedecido á la Virgen
María; pareciólo que lo reprendería si pasaba por
allí, y lomó otra vereda. Mas al volver la falda
del cerro, se le apareció olra vez la santa A irgen:
confuso entonces el indio, se disculpó con la un-