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Dir.iKSiitiiii, 2fJ<br />
partes para ella , por complacer al rey. Parecióle<br />
al papa no con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r con los ruegos <strong>de</strong> santo<br />
Tomás; antes le confirmó en la dignidad , y mandó<br />
que la tuviese , para que los otros prelados en semejantes<br />
casos no allojasen y <strong>de</strong>jasen <strong>de</strong> resistir á<br />
los tiranos que perseguían la Iglesia católica, viendo<br />
que el que lan valerosamente habia peleado por<br />
ella, era privado <strong>de</strong> la dignidad <strong>de</strong> arzobispo. Pero<br />
para aplacar al rey <strong>de</strong> Inglaterra , le or<strong>de</strong>nó que<br />
se recogiese á alguna casa <strong>de</strong> religión , don<strong>de</strong>, pudiese<br />
estar con quietud ; mientras que él procuraba<br />
volverle engracia <strong>de</strong> su íey. Escogí') el sanie arzobispo<br />
el monasterio <strong>de</strong> Ponliniaeo <strong>de</strong>l Cisler,<br />
quo estaba en Francia, y florecía con fama do<br />
gran santidad.<br />
k A este monasterio vino el santo prelado con<br />
cartas y gran<strong>de</strong>s recomendaciones <strong>de</strong>l papa; y la<br />
mayor recomendación que traia era la singular<br />
gracia <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong> que venia armado, y muy alegre<br />
por ver que pa<strong>de</strong>cia por la justicia , y <strong>de</strong>seoso<br />
<strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer mucho mas. En esle monasterio con<br />
gran disimulación comenzó el sanio arzobispo á<br />
allígir su cuerpo con extraordinaria aspereza y penitencia<br />
, comia unas yerbas y manjares viles y<br />
groseros , procurando que los que eran <strong>de</strong>licados y<br />
preciosos, se repartiesen á los enfermos y necesitados:<br />
entraba algunas veces en el rio que pasaba<br />
cerca <strong>de</strong>l monasterio, estando muy frío y casi<br />
helado, y estábase en él un buen raio para mortificarse<br />
mas: y en las otras cosas se dio ta! vida,<br />
que mas parecia muerte que vida; y le sobrevino<br />
una enfermedad tan grave , que faltó muy poco quo<br />
<strong>de</strong>l todo no se la quitase. Pero lo que mas le afligía<br />
, fué la gran<strong>de</strong> calamidad y miseria <strong>de</strong> tantos<br />
<strong>de</strong>udos suyos inocentes, que por su causa (aunque<br />
sin culpa suya) pa<strong>de</strong>cían, á los cuales él no podía<br />
remediar; pero remediólos Dios por medio <strong>de</strong>l rey<br />
<strong>de</strong> Francia , y <strong>de</strong> oíros señores y personas principales<br />
<strong>de</strong>volas <strong>de</strong> aquel reino, que sabiendo la santidad<br />
<strong>de</strong> santo Tomás , y la liíanía <strong>de</strong>l rey Enrique,<br />
y la inocencia <strong>de</strong> los que pa<strong>de</strong>cian , los ayudaron<br />
y socorrieron en aquel su <strong>de</strong>stierro y trabajo,<br />
ron tanta liberalidad, que muchos no echaban menos<br />
la comodidad y regalo <strong>de</strong> sus casas. Mas el rey<br />
Enrique, cuando supo que el santo prelado eslaba<br />
en aquel monasterio , no se pue<strong>de</strong> creer la saña que<br />
tomó contra el abad. Escribióle eon gran furor quo<br />
le echase luego <strong>de</strong> su casa , y <strong>de</strong> cualquiera otra<br />
<strong>de</strong> su or<strong>de</strong>n , amenazándole, si no lo Inicia, <strong>de</strong> sacar<br />
do su reino á lodos los monjes <strong>de</strong>l Cister, y<br />
<strong>de</strong>struir sus monasterios. Entendió el sanio prelado<br />
<strong>de</strong>l abad lo que el rey le habia escrito ; v con<br />
sosiego y serenidad le dijo: ¡No quiera Dios que<br />
tantos y tan santos religiosos pa<strong>de</strong>zcan por mí , ni<br />
que sus monasterios sean asolados. Y haciendo gracias<br />
al abad y á los monjes, por la caridad que<br />
ron él habían usado , y habiendo venido el rey do<br />
Francia en persona al monasterio , y agra<strong>de</strong>cido á<br />
los religiosos el buen acogimiento que habian hecho<br />
al santo prelado; le llevó consigo, llorando<br />
lodos su partida, y acordándose <strong>de</strong>l raro ejemplo<br />
con que había \i\icio entre ellos.<br />
.'i Dos años estuvo en el convenio <strong>de</strong> PonIi—<br />
•liaco, y <strong>de</strong> allí se fué al monasterio <strong>de</strong> Sania Co-<br />
LA LEYENDA DE ORO. UJ7<br />
lumba, don<strong>de</strong> estuvo otros cuatro años con n°<br />
menor rigor, y ejemplo <strong>de</strong> su gran<strong>de</strong> santidad y<br />
admiración <strong>de</strong> lodos los que le trataban. Por maravilla<br />
se acostaba en cama , sino con alguna grave<br />
enfermedad: levantábase antes que amaneciese:<br />
ocupábase en los divinos oficios , y en celebrar cada<br />
dia con suma <strong>de</strong>voción y reverencia el sacrosanto<br />
misterio <strong>de</strong> la misa. Después entrando en su aposento,<br />
con un corazón contrito y humil<strong>de</strong>, soltaba<br />
la rienda á la oración , lágrimas y gemidos , ofreciéndose<br />
en sacrificio al Señor, y aparejándose<br />
para el martirio. Comia <strong>de</strong>spués con los pobres , y<br />
con los pocos criados que tenía con gran templanza<br />
: y acabada su comida , se entretenia con alguna<br />
lección sagrada , ó con hablar <strong>de</strong> cosas necesarias<br />
y provechosas con sus familiares. <strong>La</strong> noche casi<br />
velaba perpetuamente: y llamando á su capellán,<br />
que solo dormía en su aposenlo , quitándose el cilicio<br />
que traia á raíz <strong>de</strong> las carnes, le mandaba<br />
que le azotase hasla <strong>de</strong>rramar mucha sangre : y<br />
<strong>de</strong>spués que el capellán se volvia á su cama , él<br />
se daba otras ponas ; y arrodillándose y postrándose<br />
<strong>de</strong>lanle <strong>de</strong>l Señor, gastaba la oirá parte <strong>de</strong><br />
la noche en oración, hasta que cansado ya el<br />
cuerpo, se echaba en el suelo para reposar un poco,<br />
teniendo una piedra por cabecera, lias el Señor,<br />
que con estos ensayos aparejaba á esle esforzado<br />
soldado, y le quería hacer glorioso márlir suyo;<br />
un día esiando <strong>de</strong>lanle <strong>de</strong>l altar postrado , y acabada<br />
la misa, haciéndole con gran fervor gracias,<br />
se le apareció, y llamándole por su nombre, le dijo:<br />
Tomás , Tomás tu ilustrarás mi Iglesia con tu<br />
sangre : y él espantado dijo: ¿Quién sois vos, Señor?<br />
Yo (dijo) soy Cristo tu hermano v Salvador,<br />
que ilustraré mi Iglesia con tu sangro. Entonces el<br />
santo con gran<strong>de</strong> júbilo <strong>de</strong> su alma respondió :<br />
Ojalá sea así , y se cumpla en mí lo que vos , Soñor,<br />
<strong>de</strong>cís; porque yo no lo merezco.<br />
6 Procuró el rey <strong>de</strong> Inglaterra echarle do<br />
Francia , y envió embajadores al rey Luis <strong>de</strong><br />
Francia, quejándose mucho que tuviese en su<br />
reino y favoreciese á un hombre que era su enemigo<br />
, y á quien él por sus <strong>de</strong>méritos habia quitado<br />
<strong>de</strong> ¡a dignidad <strong>de</strong> prelado. Respondióles el rey<br />
cristianísimo: Decid á vuestro señor, que también<br />
soy yo rey , como él, y quo no me atreviera<br />
á privar <strong>de</strong> su dignidad al mas pobre clérigo <strong>de</strong><br />
mi reino: que no sé yo, cómo él se ha atrevido á<br />
ofen<strong>de</strong>r á loda la Iglesia católica , y <strong>de</strong>poner <strong>de</strong><br />
¡a suprema dignidad <strong>de</strong> su reino, ó un varón tan<br />
santo y tan venerable como Tomás. Finalmente,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchas altercaciones y dificulta<strong>de</strong>s , el<br />
rey <strong>de</strong> Francia con ruegos, y el papa con amenazas,<br />
apretaron lanto el rev <strong>de</strong> Inglaterra , que se<br />
aplacó y se reconcilió con el sanio prelado, y le<br />
dio licencia para volver él, y todos los suyes, á su<br />
reino, prometiendo hacerles restituir sus haciendas<br />
: y santo Tomás hablando con el rey , que á<br />
la sazón estaba en Normandía, se concertó con él,<br />
y á los siete años do su <strong>de</strong>stierro lornó á Inglaterra,<br />
con gran<strong>de</strong> alegría y iiesla <strong>de</strong> lodos los buenos, y<br />
pesar <strong>de</strong> los mulos, que le temían como á fiscal severo<br />
<strong>de</strong> sus excesos. Volvió el sanio con el misms<br />
zelo que antes , y con los mismos aceros y filoo