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íáO LA LEYEND A DE ORO. NOVIEMBRE , 15
el Vil. que se llamó emperador, el papa Eugenio
, 111 de esle nombre, mandó celebrar
un concilio general en Rhcims, ciudad de Francia:
fué á él don llamen, y pasando por San Dionisio
y visitando aquella iglesia, leyó en la capilla
de nuestro santo un titulo (pie decia : Aquí
yace san Eugenio, mártir , primer obispo de Toledo.
Quedó admirado de aquel título : porque en
España con ia destrucción de los moros no ha—
bia memona ni noticia de tal cosa : ó informándose
muy en particular de todo lo que se sabia en
aquel convento y en otras parles de esle santo,
halló la información é historia que arriba queda
referido. Acabado el concilio, volvió el arzobispo
don Ramón á España: dio cuenta al rey
don Alonso de lo que en el monasterio de San
Dionisio habió hallado y visto; y suplicóle que
procurase haber alguna reliquia de san Eugenio,
para que en la iglesia de Toledo se celebrase su
memoria, y fuese honrado y reverenciado de todos
los vecinos y moradores de aquella ciudad , el
que había sido su primer pastor y prelado, y
alumbródola con los rayos de la religión católica
y luz del cielo. Iiízolo el rey don Alonso con
gran voluntad , y tuvo buena ocasión para hacerlo;
porque en aquella sazón vino á España á visitar el
cuerpo de Santiago el rey de Francia Luis Vil,
que era yerno del rey don Alonso, y llegó á Toledo
, donde el rey, su suegro, le hizo grandes
Gestas , y después le pidió con grande instancia
que ie enviase alguna parle del cuerpo de san Eugenio
, que estaba en el monasterio de San Dionisio,
para la santa Iglesia de Toledo ; y el rey de
Francia le envió el brazo derecho de san Eugenio,
el cual fué recibido con grandísima solemnidad en
• Toiedo , llevándole él mismo rev clon Alonso y sus
hijos con singular devoción y humildad sobre sus
hombros; y dándole como un don preciosísimo ó
la santa Iglesia de Toledo , donde hoy se guarda
en el sagrario. Fué esta traslación del brazo en cí
año del Señor de 1156 á los 11 de febrero. Pero
otra traslación mas insigne se hizo de la iglesia de
San Dionisio á la misma ciudad de Toledo en el
año 1565, en i 8 de noviembre , siendo rey de España
don Felipe , II ele esle nombre , el cual pidió
al rey Garlos de Francia IX , su cuñado , y á la
reina doña Catalina , su madre (en cuya tutela estaba
c-1 rev por su pequeña edad), el cuerpo do
san Eugenio ; y ellos le entregaron benignamente
á don Pedro Jíannque, hijo del adelantado de
Castilla ; (que á la sazón era canónigo de la santa
Iglesia ele Toledo, y después fué religioso de la
Compañía de Jesús), áquien la misma Iglesia había
enviado á Francia por él. Fué recibido en la ciudad
de Toledo con extraordinaria pompa , triunfo
y regocijo, esmerándose toda ella y la sania
Iglesia en hacer nuevas invenciones y fiestas para
recibir , honrar y venerar á su antiguo pastor
y su santo prelado. Pero aunque hubo muchas cosas
señaladas en aquel recibimiento , la mas insigne
fué ver al católico rey don Felipe t y al príncipe
don Carlos, su hijo, y los archiduques de
Austria, Rodulfo(que después fué emperador), y
Ernesto . su hermano . é hijos del emperador Ma-
ximiliano , li de este nombre, y sobrinos del mismo
rey don Felipe, llevar sobre sus hombros el arca
en que iba el cuerpo del sanio pontífice; porque,
¿qué carro triunfal se puede igualar con los hombros
del rey tan grande, tan poderoso y monarca
de tan gran parle del mundo? El cual, reconociendo
(por su piedad) la ventaja que hace la gracia
y gloría que da Dios á sus santos, ó toda la
majestad ó imperio ele la tierra , so humilló y postró
á los huesos y cenizas de san Eugenio , reverenciando,
á Dios en su siervo, á Cristo en su
miembro,, al Espirita santo en su templo, y venerando
aquel cuerpo que habia sido fiel compañero
ó instrumento do su bendita alma , para tanta
gloria de! que la crió. Colocóse el cuerpo de san
Eugenio en una capilla debajo del altar mayor do
la santa iglesia, donde está y es reverenciado con
gran devoción y concurso de toda la ciudad. De san
Eugenio escriben los ¡Martirologios romano , de
Usuardo y Adon , y el breviario toledano: ven
un concilio leodiense se mandó que la historia de
este santo se leyese en la iglesia.
Los SANTOS SAMONA , GUBIA, Y ABIBO , MÁRTI­
RES.— En aquella terrible tempestad y espantosa
persecución que el emperador Diocleciano
movió contra los cristianos, murieron en Edesa
por la le del Señor los sanios mártires Guria y
Samona : los cuales habían nacido en dos aldeas
allí cerca , y se habian criado en la misma
ciudad de Edesa, y por atender mas á Dios y
darse ala oración y ccnlemplacion, apartados
del bullicio y ruido de la gente , con grande recogimiento
y ejemplo de santidad vivían en 'el
campo. Tuvo el presidente Antonio noticia de
su religion, y quo no solamente ellos eran cristianos
, sino que muchos otros lo eran por su persuasion
: mandólos prender y echar en la cárcel:
tuvo con ellos grandes razonamientos , procurando
con maña y artificio inducirlos á que negasen
á Jesucristo nuestro Salvador, y adorasen á
sus falsos dioses : y viendo que perdia tiempo,
mandóles atormentar cruelmente , y primeramente
que alasen á cada uno de los dos santos de
una mano en un madero , .y que les echasen á
los pies una piedra ele gran peso , para que tirase
el cuerpo abajo y le descoyuntase. Cinco
horas'estuvieron los santos mártires en el horrible
tormento con tan admirable constancia , que
no se les oyó voz, ni gemido, ni suspiro , mas que
sí aquellos cuerpos no fueran suyos ni ellos de
carne. Después los tuvieron en un oscuro y penoso
calabozo muchos dias, y algunos sin comer;
y traídos de nuevo á su tribunal , mandó el presidente
cpie á Samona (que era mas mozo, y mas
robusto) le colgasen de un pié, y que sobre el
otro pié le echasen una pesa de hierro pesadísima,
para desmembrarle y hacerle pedazos. Do
esta manera estuvo el valeroso soldado de Cristo
tres lioras colgado, alabando al Señor por la merced
que le hacia; y fué lan atroz aquel tormento
queso lo desencajó el hueso de la pierna de su
encaje , y quedó cojo Samona. Otra vez los volvieron
á ia cárcel , y de nuevo fueron presentados
delante del presidente: y él los tentó y procuró