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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIEMBRE , lo LA LE YENDA DE ORO. 283<br />

se, nó en <strong>de</strong>sollarlos y quitarles las haciendas, sino<br />

en acrecentarlas y mirar por su bien , en administrar<br />

la justicia con igualdad y con misericordia , en<br />

conservarlos en paz y concordia y abundancia do<br />

las cosas para la vida humana necesarias, en alentar<br />

y premiar á los virtuosos, y reprimir y echar<br />

do sus estados á los insolentes y escandalosos, y<br />

finalmente en vivir con tal ejemplo , que todos sus<br />

vasallos le pudiesen tomar por <strong>de</strong>chado y por un<br />

vivo retrato <strong>de</strong> virtud. No le ayudó poco para esto<br />

el haberse casado con Inés, bija <strong>de</strong>l emperador<br />

Enrique IV , que era princesa cristianísima . <strong>de</strong> la<br />

cual tuvo diez y ocho hijos , las diez hijas y ocho<br />

varones; y con haber parido tantas veces fué<br />

raro ejemplo en su estado <strong>de</strong> castidad , y tan <strong>de</strong>vota<br />

y piadosa, que corriendo Leopoldo su marido<br />

á rienda suelta en todas las obras virtuosas y<br />

<strong>de</strong> piedad , ella le incitaba y le era espuela , para<br />

que corriese mas.<br />

2 Eran estos dos príncipes muy <strong>de</strong>votos, y<br />

dados al culto y revencia <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong>seosos que<br />

todos sus vasallos lo fuesen : para esto <strong>de</strong>terminaron<br />

edificar un templo, y poner en él ministros,<br />

que continuamente alabasen al Señor; y estando<br />

en duda <strong>de</strong>l lugar que escogerían para labrar este<br />

templo, <strong>de</strong> repente se levantó un aire que arrebató<br />

el velo que la marquesa Inés traia sobre la cabeza,<br />

y le llevó muy lejos <strong>de</strong> don<strong>de</strong> eslaba , y á parte<br />

muy remota y distante. Pasados muchos dias,<br />

yendo el marqués á holgarse al campo , vio acaso<br />

el velo <strong>de</strong> su mujer sobre unos espinos, tan entero<br />

y lindo, como cuando voló <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> la marquesa:<br />

tomóle con alegría; y entendiendo que la<br />

voluntad <strong>de</strong>l Señor era que en aquel lugar se edificase<br />

el templo, lo mandó labrar rico y suntuoso,<br />

y lo <strong>de</strong>dicó á la gloriosa Virgen María nuestra Señora<br />

, y lo dotó <strong>de</strong> rentas y posesiones para el sustento<br />

<strong>de</strong> los canónigos seglaresque allí se instituyeron,<br />

ocho millas <strong>de</strong> Viena. Mas andando el tiempo,<br />

los mudó en canónigos reglares, para que con mayor<br />

ejemplo <strong>de</strong> vida y mayor cuidado sirviesen al<br />

Señor. Otro monasterio <strong>de</strong> laór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>San Bernardo<br />

edificó, doce leguas <strong>de</strong> Viena, en un valle<strong>de</strong>mucha<br />

arboleda , con título <strong>de</strong> la Santa Cruz , en el cual<br />

se sustentaron muchos monjes y ministros do Dios.<br />

También reparó otro que habia sido fundado <strong>de</strong>sús<br />

progenitores, y <strong>de</strong>spués arruinado en guerra<br />

do los enemigos , al cual acrecentó con rentas para<br />

sustento <strong>de</strong> los que en él vivían. Cuarenta años gobernó<br />

sus estados nuestro Leopoldo con gran amplificación<br />

<strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> Dios, utilidad <strong>de</strong> la Iglesia<br />

, beneficio <strong>de</strong> sus vasallos, y honra y alabanza<br />

suya ; porque como resplan<strong>de</strong>cía en los ojos <strong>de</strong> lodos<br />

la santidad <strong>de</strong> Leopoldo , y los rayos <strong>de</strong> sus<br />

virtu<strong>de</strong>s se <strong>de</strong>scubrian y daban á conocer, era su<br />

lama gran<strong>de</strong> por todas partes , y los otros príncipes<br />

, provincias y naciones le estimaban y veneraban<br />

, y muchos le <strong>de</strong>seaban conocer y servir:<br />

que eslo tiene la rara virtud, que se hace conocer,<br />

amar y estimar , aun <strong>de</strong> los extraños; y mas la do<br />

los gran<strong>de</strong>s príncipes: porque campea mas en el<br />

lugar eminente y alto, y está expuesla á los ojos<br />

<strong>de</strong> lodos. Habiendo, pues, corrido su carrera tan<br />

feliz y saniamente esto bienaventurado marqués,<br />

queriendo el Señor darle otro reino incomparablemente<br />

mas glorioso, le vino un enfermedad , <strong>de</strong> la<br />

cual murió tan cristianamente como habia vivido,<br />

el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 1136 ; siendo sumo pontífice<br />

Inocencio , II <strong>de</strong> este nombre , que le honró y alabó<br />

mucho su gran santidad.<br />

3 Obró nuestro Señor por intercesión <strong>de</strong> san<br />

Leopoldo innumerables milagros : libró á muchas<br />

personas en<strong>de</strong>moniadas : dio vista á los ciegos , oidos<br />

ó los sordos , lengua á los mudos, pies á los<br />

cojos, dichosos partos á las mujeres que estaban<br />

en peligro , salud á muchos enfermos en lodo género<br />

<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s; y finalmente á muchos<br />

muertos resucitó y dio vida, como se pue<strong>de</strong> ver<br />

en el Libro <strong>de</strong> los milagros, y canonización <strong>de</strong> san<br />

Leopoldo , que escribió Juan Francisco <strong>de</strong> Pavines,<br />

y en la oración que hizo Francisco Palavo,<br />

abogado consistorial , <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Inocencio,<br />

papa VIH, en público consistorio , cuando le canonizó.<br />

Solo quiero referir aquí en pocas palabras<br />

algunos en particular.<br />

4 Habia una mujer cargada <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas : afligíanla<br />

y sacábanla el alma los acreedores para<br />

que las pagase; y ella era tan pobre, que no les<br />

podia pagar. Fuese al sepulcro <strong>de</strong> san Leopoldo,<br />

y postrada <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> su sagrado cuerpo , le suplicó<br />

con muchas lágrimas, que la amparase y<br />

la socorriese en aquella extrema necesidad. Oyó<br />

una voz que interiormente la <strong>de</strong>cia, que se volviese<br />

á su casa , y que abriese la alacena , y que<br />

allí hallaría las cartas <strong>de</strong> pago , <strong>de</strong> todo lo que <strong>de</strong>bia.<br />

Fué á su casa: abrió su alacena; halló sus<br />

carias <strong>de</strong> pago; y con ellas se fué á sus acreedores,<br />

se las mostró, y les pidió que la diesen las obligaciones<br />

que contra ella lenian; y ellos la respondieron<br />

que las habian dado a cierto hombre<br />

vestido <strong>de</strong> azul, que les habia pagado todo lo<br />

que ella les <strong>de</strong>bia. Quedó la mujer por una parle<br />

muy contenta y alegre , por haber salido <strong>de</strong> tan<br />

gran<strong>de</strong> congoja y angustia; y por otra muy agra<strong>de</strong>cida<br />

y <strong>de</strong>vola al santo, entendiendo que por<br />

su medio Dios nuestro Señor la habia hecho aquella<br />

merced.<br />

5 Otra mujer, llamada Isabel, fué citada por<br />

testigo , para que <strong>de</strong>clarase lo que sabia acerca <strong>de</strong><br />

algunos milagros <strong>de</strong> san Leopoldo : y parte por escrúpulo<br />

y no querer jurar, y parte por <strong>de</strong>scuido,<br />

iba dilatando el <strong>de</strong>cir su dicho. Dióla <strong>de</strong> repente<br />

un grave dolor : vióse en peligro : conoció su culpa,<br />

y que aquel era castigo <strong>de</strong> Dios: arrepintióse, y<br />

suplicó al santo que la alcanzase salud : porque<br />

ella le serviría, y diria lo que sabia; y luego se<br />

bailó sana y libre <strong>de</strong>l dolor.<br />

G Un hombre que se llamaba Juan Ruperger<br />

estaba en la cárcel , aprisionado con esposas<br />

en las manos y grillos en los pies: encomendóse<br />

á san Leopoldo , é hizo voto , prometiendo do hacer<br />

cierta cosa en su servicio. Fué cosa maravillosa<br />

que se halló fuera <strong>de</strong> la cárcel , habiendo (para<br />

salir do ella) pasado por un lugar tan estrecho<br />

que no cabía un hombre, y tres murallas, y un<br />

lago <strong>de</strong> agua lan gran<strong>de</strong>, que humanamente no so<br />

podía pasar. Cuando el hombro se vio libro, olvidóse<br />

(como muchos suelen) <strong>de</strong> Dios,yds la

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