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162 LA LEYENDA DE ORO. OCTUBRE, 25
ria, su mujer, con toda su familia , y todos los soldados
que estaban á su cargo , y otra mucha gente.
2 Supo el emperador Numeriano lo que pasaba
, y mandólos matará todos. Claudio fué echado
al rio Tiber con una pesa grande al cuello , y
ahogado; los demás fueron degollados. Hilaria,
mujer de Claudio , algunos dias después, estando
haciendo oración en la cueva , donde habian sido
puestos los cueipos de todos aquellos santos mártires
, fué presa por los gentiles : y queriéndola llevar
delante del emperador ; ella pidió tiempo para
hacer oración , y en ella rogó á Dios , la llevase en
compañía de su marido é hijos. Oyóla el Señor,
y allí dio su alma á Dios; y así quedó su cuerpo
en compañía de los otros santos. A Cnsanlo mandó
el emperador poner en la cárcel, llamada Tuliano,
que era oscura y dura : y á Daría llevar al lugar
de las mujeres públicas : donde, puesta la santa
doncella en aquel afrentoso lugar, lo convirtió con
su presencia y oración en un devoto oratorio ;
porque el Señor envió un león , que habiéndose
soltado de la leonera en que estaba, se puso delante
de Daría , como quien la quería defender.
Entró un mozo lascivo y deshonesto sin saber lo
que pasaba, para afrentar y hacer fuerza ó la santa
virgen : salió á él el león : derribóle en el suelo;
y teniéndole allí caído, y con el pavor y sobresalto
, mas muerto que vivo , miraba á la santa
para ver lo que le mandaba que en aquel desventurado
mozo hiciese. Mandóle que no le hiciese
mal: y tomando ocasión de lo que él hacia,
para obedecer á Dios, habló al mozo , y lo convirtió
á la fé de Jesucristo: y libre ya de las garras
del león (á quien ¡a santa mandó que le dejase),
comenzó á dar voces por toda la ciudad , que no
habia otro Dios, sino Jesucristo , á quien adoraban
los cristianos. Fueron por el león , los que tenían
cargo de él; mas regido por- Dios, se volvió
contra ellos; y con esta ocasión ellos también se
convirtieron , y fueron pregoneros de la grandeza
y majestad del Señor. Mandó Celerino, prefecto,
poner fuego al rededor del aposento donde estaba
Daría y el león , para que allí fuesen quemados;
mas por voluntad del Señor el león, lomando la
bendición de la santa , abajó su cerviz y pasó por
la llama sin quemarse, y por toda la ciudad, sin
hacer mal á nadie, ni recibirle. Después de esto
colgaron ó Crisanlo en un madero , que se quebró,
y las ataduras se rompieron, y las hachas, que
estaban encendidas para quemarle los costados,
se apagaron. Quisieron atormentar á Daría; mas
los nervios de las manos de los verdugos se encogieron
con tan grande dolor y sentimiento, que la
dejaron. Finalmente. los llevaron fuera déla ciudad
en la via Salaria, y allí hicieron una grande
hoya, y los pusieron vivos en ella, echando sobre
ella tierra y piedras, y juntamente fueron martirizados
y sepultados. Obró Dios nuestro Señor
grandes milagros por eslos santos, y por su intercesión
dio salud á muchos enfermos. Concurrió una
vez gran número de cristianos, para celebrar su
fiesta , en una cueva ; y el emperador Numeriano,
estando ellos dentro , la mandó cerrar de manera,
que todos murieron, y fueron mártires de Cristo.
Hallóse entre ellos un sacerdote llamado Diodoro,
que les dijo misa , y los animó á llevar aquella
muerte con constancia y alegría por el Señor. El
martirio de san Crisanto y Daría celebra la santa
Iglesia á los 25 de octubre, y fué el año del Señor
de 281, imperando Numeriano. Escribiéronle Yerino
y Armenio , presbíteros de san Estovan , papa;
y Melafraste extendió y amplificó su historia; y
san Dámaso, papa, hizo ciertos versos muy elegantes
en loor de estos santos mártires, y los puso en
su sepulcro. Hacen mención de los santos disanto
y Daría el Martirologio romano , y el de Usuardo ;
el padre Surio, lomo v; y el cardenal Raronio en
sus anotaciones del Martirologio, y en el segundo
lomo de sus Anales; y san Gregorio Turonensc en
el libro Be gloria marlyrum.
* Los SANTOS TEOUOSIO, LUCIO, MARCOS, PE­
DRO , Y OTROS MUCHOS, MÁRTIRES.—Estos santos
eran soldados y se hallaban en Roma durante el
pontificado del papa san Dionisio , que los convirtió
á la fé , y les administró el bautismo, el año
269. El año siguiente, por orden del emperador
Claudio , fueron presos, atormentados y degollados
, siendo después sepultados por los fieles en la
via Salaria.
SAN CIUSPIN Y SAN CRISPINIANO, MÁRTIRES.—
Eslos dos santos, que han sido muy célebres en la
Iglesia de Francia, vinieron de Roma á mediados
del sialo III para predicar el Evangelio en lasGalias.
Fijáronse en Soissons, y pasaban su vida, de
dia ejerciendo el sanio ministerio v trabajando de
noche para atender á su subsistencia. Dícese que
eligieron la profesión de zapatero, á pesar de que
habian nacido de una familia distinguida. Las instrucciones
de los dos hermanos, unidas á la santidad
do su vida , obraron gran número de conversiones.
Hacia ya algunos años que los dos santos ¡tasaban
el tiempo en este género de vida , cuando fué á la
Galia Bélgica el emperador Maximiano, que noticioso
de sus cristianos desvelos , los hizo prender
para congraciarse con los delatores y satisfacer al
mismo tiempo su inclinación contra los cristianos.
Crispm y Crispmiano fueron, pues, conducidos a la
presencia de Riccio Varo, gobernador de aquella
parte de la Galia, y prefecto del pretorio, y éste
los condenó á cruelísimos suplicios, que ambos sufrieron
con la mas admirable constancia. Y no causando
mudanza en sus resoluciones todos los dolores
, al fin fueron condenados á ser decapitados,
cuya sentencia se ejecutó en la misma ciudad de
Soissons, el dia 25 de octubre del año 287. En el
siglo VI se levantó en el mismo lugar de su marlirio
una magnífica iglesia, y san Eloy adornó la
urna, que contenía sus reliquias, con preciosos trabajos
de oro y plata. Sus cuerpos , según el Martirologio
romano, fueron después llevados á Roma
y colocados honoríficamenle en la iglesia de San
Lorenzo.
SAN MINUTO, MÁRTIR. — Era soldado do los
ejércitos romanos bajo el reinado del emperador
üecio. Hallábase en Florencia, cuando el año 250
se hizo por orden de! emperador un expurgo entre
las tropas para echar á lodos los soldados que fuesen
cristianos, obligándolos al mismo tiempo á sa-