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La leyenda de oro 4.pdf

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520 LA LEYENDA DE ORO.<br />

mostrándose en esto mas impío y bárbaro, qne el<br />

mismo rey Enrique 11 , que fué ocasión <strong>de</strong> su<br />

muerte: pues aquel reconoció su culpa ; y este<br />

otro nó.<br />

11 El uno dio dio gran<strong>de</strong>s dones al templo <strong>de</strong><br />

santo Tomás; y osle otro los robó : Enrique II so<br />

postró y humilló y adoró las sanias reliquias; Enrique<br />

YIII las <strong>de</strong>senterró y quemó y <strong>de</strong>rramó al<br />

viento , que es ejemplo lastimoso, y que mucho<br />

nos ensena cuan furioso tirano es el amor <strong>de</strong>shonesto<br />

, cuando se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> un rey<br />

po<strong>de</strong>roso , y que la herejía es una furia infernal,<br />

que si no se ataja, todo lo <strong>de</strong>struye y arruina.<br />

También po<strong>de</strong>mos sacar <strong>de</strong> esta vida <strong>de</strong> santo Tomás<br />

lo poco que hay que fiar en los favores y<br />

privanzas <strong>de</strong> los principes: pues Enrique II lauto<br />

le levantó, y <strong>de</strong>spués tanto le abatió, aborreciendo<br />

con pasión al que con razón antes había amado.<br />

Demás <strong>de</strong> esto pue<strong>de</strong>n los reyes y gran<strong>de</strong>s gobernadores<br />

<strong>de</strong> la república apren<strong>de</strong>rá no meterse<br />

en los negocios eclesiásticos, aunque sea con zelo<br />

<strong>de</strong> justicia, y <strong>de</strong> castigar los <strong>de</strong>hios <strong>de</strong> los clérigos,<br />

como lo hizo el rey Enrique: pues no es su<br />

oficio, sino ayudar y favorecer, y nó juzgar y mandar,<br />

en las cosas quo son propias <strong>de</strong> la Iglesia, y no<br />

menos <strong>de</strong>ben estar sobre sí, y no <strong>de</strong>cir palabra, ni<br />

dar muestra <strong>de</strong> lo que quieren fuera <strong>de</strong> razón: porque<br />

son tantos los lisonjeros que <strong>de</strong>sean por sus<br />

intereses dar gusto á los príncipes, que loman ocasión<br />

, para hacer muchas cosas <strong>de</strong>saforadas , y<br />

contrarias á la voluntad <strong>de</strong> los mismos príncipes,<br />

como aconteció al rey Enrique en la muerto <strong>de</strong><br />

santo Tomás.<br />

12 Y si alguna vez, como hombre, fallare el<br />

principo , entienda que no pier<strong>de</strong>, sino que gana<br />

autoridad para con Dios y ¡tara con los hombres,<br />

en sujetarse á la corrección <strong>de</strong> la Iglesia, en humillarse<br />

á los ministros espirituales <strong>de</strong> aquel Señor<br />

que le hizo príncipe, y le levantó sobre los otros<br />

hombres: y que la mayor firmeza y presidio que<br />

tienen los reinos para su conservación , es el respelo<br />

á Dios y á su religión, con la cual se ganan,<br />

v sin la cual se pier<strong>de</strong>n. Mas los eclesiásticos <strong>de</strong>ben<br />

mirar mucho como viven, y no dar ocasión á<br />

que los seglares (por su mala vida) los tengan<br />

en puco, y menosprecien la dignidad sacerdotal:<br />

porque es cierto quo el pulso <strong>de</strong> este cuerpo místico<br />

<strong>de</strong> la Iglesia es el clero, y que al paso que va<br />

él, van los <strong>de</strong>más: y no es justo que siendo él la<br />

parte <strong>de</strong>l Señor , y siendo Dios su parte, so entregue<br />

á gustos quo no son <strong>de</strong> Dios, y quo so sirva<br />

<strong>de</strong> aquel grado tan sublime que Dios le dio, contra<br />

el mismo Dios que se le dio , y en daño y escándalo<br />

<strong>de</strong> los prójimos, para cuyo provecho y<br />

edificación se le dio: y los pro'ados, que como pastores<br />

vigilantes y solícitos han <strong>de</strong> velar sobre<br />

su grey , <strong>de</strong>ben castigar severamente los excesos<br />

tío los eclesiásticos sus subditos, para que por un<br />

ruin no so pierdan muchos buenos, y no se dé<br />

ocasión <strong>de</strong> escandalizarse á los llocos, yá los<br />

príncipes y magistrados, <strong>de</strong> no poner las manos en<br />

cosas eclesiásticas , juzgando que no tienen olro<br />

remedio, y que les corre obligación <strong>de</strong> hacorlo pala<br />

bien <strong>de</strong> la república. Pero cuando los prelados<br />

DICIEMBRE, 30<br />

hubieren hecho <strong>de</strong> su parte lo qne <strong>de</strong>ben , acuér<strong>de</strong>nse<br />

quo son <strong>de</strong>positarios <strong>de</strong>l tes<strong>oro</strong> <strong>de</strong> Dios, y<br />

guardas <strong>de</strong> jurisdicción y autoridad <strong>de</strong> la Iglesia,<br />

pura no consentir (cuanto les fuere posible) , quo<br />

se haga contra su libertad, como lo hizo el glorioso<br />

pontifico santo Tomás, dando su vida por ella,<br />

al cual <strong>de</strong>bemos imitar en esto y en todas aquellas<br />

excelentes y admirables virtu<strong>de</strong>s con que resplan<strong>de</strong>ció<br />

en la vida , y mereció alcanzar la c<strong>oro</strong>na <strong>de</strong>l<br />

martirio. Supliquemos á nuestro Señor, que mediante<br />

sus oraciones, sigamos sus pisadas <strong>de</strong> tal<br />

manera, que lleguemos adon<strong>de</strong> él llegó , y gocemos<br />

<strong>de</strong> lo que él goza y gozará en los siglos <strong>de</strong><br />

los siglos. Amén.<br />

* SAN DAVID , REY Y PROFETA. — Venérenle<br />

y hónranle mucho en Jerusalen en este día , y le<br />

menciona en el mismo el Martirologio romano.<br />

SAN THÓFI.HO, CONFESOR.—San Pablo en su<br />

carta á Timoteo hace mención <strong>de</strong> él; envióle el<br />

mismo apóstol ó predicar la fé <strong>de</strong> Cristo, habiéndole<br />

or<strong>de</strong>nado antes <strong>de</strong> obispo, y merced á su predicación<br />

, dice san Zósimo, papa , la Gaha entera<br />

entró en los caminos <strong>de</strong> la fé.<br />

Los SANTOS CALIXTO, FÉLIX, Y BONIFACIO, MÁR­<br />

TIRES.— Fueron martirizados en Boma; pertenecen<br />

á los primeros siglos <strong>de</strong> la era cristiana.<br />

Los SANTOS DOMINGO, VÍCTOR. PREMIAN, LIRO-<br />

SIO, SATURNINO, CRESCENCIO , SECUNDO, Y HONO­<br />

RATO , MÁRTIRES.— Sábese <strong>de</strong> ellos que fueron<br />

martirizados en África.<br />

SAN CRESCENCIO, OBISPO Y CONFESOR. — Fué<br />

discípulo <strong>de</strong> san Pablo, apóstol, y primer obispo<br />

<strong>de</strong> Viena en Francia, don<strong>de</strong> hizo mucho fruto con<br />

su zelo apostólico.<br />

SAN MARCELO , ARAD.—•Murió en el año do<br />

485 , ó en el <strong>de</strong> 480 , <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber llevado<br />

por espacio <strong>de</strong> sesenta años el hábito monástico.<br />

Su vida fué una serie no interrumpida <strong>de</strong> buenas<br />

obras.<br />

SAN EBRUI.FO , ABAD Y CONFESOR. — Nació en<br />

Bayeux en 517 , oriundo <strong>de</strong> una ilustre familia.<br />

Retiróse <strong>de</strong> la corte , y tomó el hábilo monástico.<br />

Llegó á una edad avanzada , suspirando siempre<br />

por la eternidad, y dio su alma al Señor en 500.<br />

LA TRASLACIÓN DE SANTIAGO, APÓSTOL.—<br />

Después que el glorioso apóstol Santiago el mayor,<br />

por mandado <strong>de</strong>l rey Hero<strong>de</strong>s fué <strong>de</strong>gollado<br />

en Jerusalen, v el primero <strong>de</strong> lodos los apóstoles,<br />

que con su sangre confirmó y consagró la<br />

doctrina <strong>de</strong>l cielo que habia predicado , algunos<br />

discípulos suyos por inspiración <strong>de</strong> D:os tomaron<br />

su sagrado cuerpo, y ¡e llevaron al puerto <strong>de</strong> Jafa,<br />

y le pusieron en un navio , suplicando afectuosamente<br />

al Señor que los guíase y en<strong>de</strong>rezase á aquella<br />

¡tarto y tierra , don<strong>de</strong> quena que el sanio apóstol<br />

fuese sepultarlo. Fué nuestro Señor servido,<br />

rpie el navio en pocos dias , atravesando el mar<br />

Mediterráneo , llegó á la cosía <strong>de</strong> España , y entrando<br />

por el estrecho <strong>de</strong>Oibrallar y ro<strong>de</strong>ando sus<br />

dos lados <strong>de</strong> Oliente y Mediodía, finalmente aportó<br />

á Galicia á la ciudad <strong>de</strong> Iria Flavia , que ahora

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