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La leyenda de oro 4.pdf

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338 LA LEYEND. A DE ORO. KoviEMBRE, 24<br />

animó á conlinuar su larea. Efectivamente, habiendo<br />

llegado á una santa vejez , murió en el Señor<br />

, entre sus ovejas, el año 592.<br />

SAN TRUDON , OBISPO Y CONFESOR.— Ilustró<br />

el territorio <strong>de</strong> la Uasbania con el resplandor<br />

<strong>de</strong> sus virtu<strong>de</strong>s, Debiendo perdido á sus padres,<br />

se retiró áMelz, y se puso bajo la dirección <strong>de</strong> su piadoso<br />

obispo. Durante algunos años distribuyó su<br />

tiempo entre el estudio , las obras <strong>de</strong> caridad , la<br />

lectura <strong>de</strong> los salmos , la meditación <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong>l<br />

Señor y otros ejercicios <strong>de</strong> piedad. Después mandó<br />

edilicar un monasterio en una <strong>de</strong> sus posesiones ,<br />

no solo para que sirviese <strong>de</strong> asilo á los solitarios ,<br />

sino para abrir en él una escuela, en la cual aprendiese<br />

la juventud las ciencias y la piedad. Fué or<strong>de</strong>nado<br />

sacerdote y con sus predicaciones extirpó<br />

los restos <strong>de</strong> la idolatría ; estuvo también dolado<br />

<strong>de</strong>l don <strong>de</strong> milagros , y murió santamente , el<br />

año 693.<br />

SAN DANIEL, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció<br />

al principio <strong>de</strong>l siglo YI en la Gran Bretaña,<br />

cuyas Iglesias lo han tenido en gran<strong>de</strong> veneración.<br />

El año 516 fundó un monasterio ó colegio junto<br />

al canal que separa la isla <strong>de</strong> Anglesey <strong>de</strong>l país<br />

<strong>de</strong> Gales. Poco <strong>de</strong>spués se levantó en el mismo sitio<br />

una ciudad , <strong>de</strong> la cual fué Daniel nombrado<br />

obispo, gobernándola hasta el año5'i5, en que<br />

murió.<br />

SAN CRISOGONO , MÁRTIR. — Entro los santos<br />

mártires , que por mandado <strong>de</strong>l emperador Diocleciano<br />

murieron por Cristo , fué uno Crisogono,<br />

caballero romano y varón muy ilustre, el cual estuvo<br />

dos años en Roma <strong>de</strong>tenido en la cárcel, ministrándole<br />

en ella , y proveyéndole <strong>de</strong> lo necesario<br />

para su sustento una santa mujer llamada<br />

Anastasia , que estaba casada con Publio , hombre<br />

principal y po<strong>de</strong>roso, pero no menos cruel y enemigo<br />

<strong>de</strong> cristianos : el cual, sabiendo que Anastasia<br />

lo era , y lo que hacia con Crisogono , la encerró<br />

en un aposento <strong>de</strong> su casa con estrechas guardas,<br />

para que no pudiese ejercer su religión, ni proveer<br />

á Crisogono <strong>de</strong> comida y sustento , ni aun le<br />

tuviese para sí, sino que poco á poco viniese á perecer<br />

<strong>de</strong> hambre. Cuandose vio la santa apretada,<br />

buscó modo para escribir una carta ó Crisogono,<br />

en esta forma: «Al santo confesor <strong>de</strong> Cristo, Crisogono,<br />

Anastasia. Aunque el padre que me engendró<br />

fué gentil. Fausta (otros leen Flaviaj, mi madre<br />

fué cristiana, y mujer muy casta ; y ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

niña me hizo cristiana, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte<br />

fui casada con un hombre cruel y sacrilego, cuya<br />

compañía y cama yo he huido por la misericordia<br />

<strong>de</strong> Dios, con achaque <strong>de</strong> estar enferma. Empleóme<br />

ele noche y <strong>de</strong> dia en hacer oración á Jesucristo, y<br />

en imitar sus santas pisadas. Este hombro cruelísimo<br />

, gastando mi patrimonio (con el cual se<br />

honra) con gente facinerosa y mala ; á mí, como<br />

a maga y sacrilega, me tiene puesta en la cárcel,<br />

tan dura, que pienso acabar la vida en ella , porque<br />

no me falta para acabarla, sino espirar. Y'<br />

puesto caso que á mí me sea dulce y sabroso per-<br />

<strong>de</strong>r la vida por Cristo , no <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> sentir mucho<br />

que mi hacienda (la cual yo loda había ofrecido<br />

á Dios) se gasle en torpezas y en servicios <strong>de</strong> falsos<br />

dioses. Por tanto vo le ruego, ó siervo <strong>de</strong> Dios,<br />

que supliques ai Señor, que, ó dé vida á este<br />

hombre, si se ha <strong>de</strong> reconocer y con\ eriirse á él, ó<br />

que se le lle\ e, si ha <strong>de</strong> perseverar en su dureza y<br />

obstinación : porque mejor lesera per<strong>de</strong>rla vida que<br />

negar al Hijo <strong>de</strong> Dios, y atormentar á los que le<br />

con<strong>de</strong>san. Yo hago lesligo y prometo á Dios lodopo<strong>de</strong>roso,<br />

que sime veo libre <strong>de</strong> este trance, me<br />

emplearé toda en su servicio, como solía, remediando<br />

y proveyendo las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los santos<br />

confesores. Sea Dios contigo, varón <strong>de</strong> Dios; y<br />

acuéidate <strong>de</strong> mí.»<br />

2 Recibió san Crisogono esta carta , estando<br />

en la cárcel con otros muchos confesores: y <strong>de</strong>spués<br />

do haber hecho con ellos oración al Señor<br />

por santa Anastasia, la respondió <strong>de</strong> esta manera:<br />

«Entre las tempesta<strong>de</strong>s y torbellinos <strong>de</strong> este<br />

mundo en que andas fluctuando , ten por cosa<br />

cierta, señora, que le ha <strong>de</strong> favorecer Jesucristo,<br />

y <strong>de</strong>rribar con una palabra en el profundo al <strong>de</strong>monio<br />

que te atoinienla y hace guerra: ten paciencia<br />

en medio <strong>de</strong> los trabajos; y haz cuenta que<br />

estás en medio <strong>de</strong>l mar combatida <strong>de</strong> alguna furiosa<br />

tormenta, y confia que vendrá Cristo sobre<br />

esas ondas, y le librará <strong>de</strong> ellas, y clama y da<br />

voces con el Piolóla, diciendo : ¿Porque estás triste,<br />

alma mía, v poiqué te turbas? Espera en Dios,<br />

que per mucho que te pruebe y ejercite, no por<br />

eso <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser tu salud. Piensa, señora, que Dios<br />

te quiere dar los bienes <strong>de</strong>l cielo; pues te quita los<br />

<strong>de</strong> la tierra : y si te parece que larda, entien<strong>de</strong><br />

que lo hace para que estimes mas sus dones. No<br />

te turbes ni le congojes, porque, viviendo bien , lo<br />

suce<strong>de</strong>n males y trabajos: Dios prueba y no engaña.<br />

El hombre es engañoso; y el que fia <strong>de</strong>l hombre<br />

y jione en él su esperanza, es maldito ; y bendito<br />

el que la pone en Dios. Huye con gran cuidado<br />

y estudio todos los pecados, y <strong>de</strong>sea ser consolada<br />

<strong>de</strong> solo Dios, cuyos mandamientos guardas: porque<br />

cuando menos lo pienses, él será servido <strong>de</strong><br />

consolarte, y enviará <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las tinieblas <strong>de</strong><br />

la noche la alegre luz <strong>de</strong>l día, y Iras el hielo y frió<br />

molesto <strong>de</strong>l invierno vendrá la suavidad <strong>de</strong> la primavera,<br />

y iras la tormenta, el cielo sereno y sosegado,<br />

para que puedas favorecer y hacer bien á<br />

los que pa<strong>de</strong>cen persecuciones por Cristo, remediando<br />

sus necesida<strong>de</strong>s temporales, y alcances <strong>de</strong>l<br />

Señor premios eternos. Sea Dios contigo; y ruega<br />

por mí. »<br />

3 Con esta epístola recibió gran<strong>de</strong> consuelo<br />

santa Anastasia , y se confortó <strong>de</strong> manera, que <strong>de</strong><br />

allí a<strong>de</strong>lante procuraba tener tanta paciencia en<br />

sus trabajos, cuantas eran las quejas que antes daba<br />

<strong>de</strong> su cruel marido. Pasó a<strong>de</strong>lante su persecución,<br />

y tanto, que no la daban cada dia á comer<br />

sino la criarla parle <strong>de</strong> un pan ordinario; y pensando<br />

que se llegaba la hora <strong>de</strong> su muerlo, escribió<br />

esta curta do esta manera: « Al bienaventurado<br />

mártir y confesor <strong>de</strong> Cristo, Crisogono, Anastasia<br />

: El íin <strong>de</strong> mis días se llega : ruega á Dios quo<br />

reciba mi ánima cuando se <strong>de</strong>spida <strong>de</strong>l cuerpo;

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