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50 LA LEYENDA DE ORO.
y murió el dia 9 de octubre del año G81. El Martirologio
romano da á este santo el título do obispo;
pero no hemos podido encontrar de qué iglesia
lo fué : otros le llaman abad y confesor, y aseguran
que nunca fué elevado á la dignidad episcopal.
Galesinio dice que fué obispo de una ciudad de
Bélgica, y que renunció su dignidad para ir á
Roma en peregrinación, y que de vuelta de su
viaje, so retiró al desierto.
SANTA PÜBLIA, ABADESA. — Fué una mujer
principal de Anlioquia, que habiendo quedado
viuda y educado á sus hijos, se retiró á un monasterio
que ella misma había fundado , a fin de pasar
entre las santas vírgenes los años que le quedaban
de vida. Por su virtud y por la prudencia
que brillaba en ella , fué elegida abadesa de aquella
casa religiosa , y tenia á toda la comunidad
constantemente ocupada en cantar salmos y divinas
alabanzas. Un dia en que estaba cantando
estas palabras de David : « Los ídolos de los gentiles,
no son mas que plata y oro; y sean some^jantes
á ellos los que los fabrican.» acertó á pasar
por allí el emperador Juliano el Apóstata , y habiéndolo
oido , mandó que abofeteasen á la venerable
abadesa y que la castigasen severamente.
Mas ella lejos de intimidarse con el castigo, levantó
mas la voz y repitió estas palabras de otro salmo:
«Levántese el Señor y confunda á sus enemigos.»
Tuvo que sufrir oíros malos tratamientos, á los
cuales se sujetó con santa conformidad , y murió
gozosamente en el Señor , el año 361.
SAN DEUSDEDIT , ABAD. — Floreció en Italia en
el siglo IX , siendo abad del Monte Casino , cuyo
cargo desempeñó por espacio de seis años. Por no
quererse prestar á las profanas exigencias del tirano
Sicardo, príncipe de Benevento , fué preso
y metido en una oscura prisión , donde murió de
hambre y de miseria el año 83i.
i®.
SAN LUIS BERTRÁN, CONFESOR.— San Luis
Bertrán, hijo del grande patriarca santo Domingo,
nació en la nobilísima ciudad de Valencia, fecunda
madre de muchos santos, á 1 de enero de 1525.
Su padre se llamó Juan Luis Bertrán , y su madre
Angela Exarch , personas honradas y virtuosas.
Estuvo el padre casado con otra mujer antes que
con la madre del santo; y Dios dispuso el segundo
matrimonio, y le alargó milagrosamente la vida,
para que diese al mundo este hijo que habia do
dar tanta honra á su patria, tanta luz al mundo,
y tanto lustro á la orden de Predicadores : porque
estando Juan Luis en lo último de la vida con una
gravísima enfermedad , y aparejada ya la mortaja,
abrió súbitamente los ojos, y pidió sus vestidos
para levantarse. Pensaron que desvariaba; y él
dijo: No desvarío; porque han estado aquí san
Bruno y san Vicente Ferrer, y me han dicho que
no tengo de morir de esta enfermedad ; y fué así:
porque luego estuvo bueno , y quedó tan devoto
de san Bruno , que muerta su primera mujer, so
fué al monasterio de Porta-Cwli, para hacerse
monje cartujo; pero en el camino se lo aparecie­
ron san Bruno y
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an Vicenle Ferrer, y le dijeron,
que no era la voluntad de Dios que fuese refigio
so , sino que se quedase en el siglo; y así se casó
segunda vez con Angela Exarch , y de ella tuvo
cuatro hijos y cuatro hijas , y el primero de los hijos
fué Luis Bertrán , á quien en el bautismo llamaron
Juan Luis , y después, dejando el nombre do
Juan, se quedó con el de Luis. En su'niñez era
tan aficionado á las cosas sagradas, que cuando
lloraba , el medio de acallarle, era llevarle a la
iglesia , donde no solo cesaban las lágrimas , pero
se convertían en risa y alegría : y si estaban cerradas
las puertas de la iglesia mayor; con mostrarle
las imágenes que estaban allí de los apóstoles, callaba
y se alegraba. Con la Reina do los ángeles
tuvo especialísima devoción, y de ocho años empezó
á rezar su oficio todos los días. Gustaba del
retiro y de la oración ; y encerrado en su aposento,
gastaba orando mucha parte de la noche. No
dormía en la cama, sino sobre una arca ó sobre
la tierra desnuda , y por la mañana descomponía
la cama para disimular su mortificación. Pocas
veces quería almorzar, y ya en tierna edad ayunaba
muchos dias. Nunca le oyeron jurar ni maldecir,
ni decir palabra descompuesta; antes reprendía
con seso de varón á los muchachos que
faltaban en esto, como también á los que estaban
ociosos, eslimando ya el valor del tiempo, que es
un tesoro no conocido , de que hay pocos avarientos
y muchos pródigos en el mundo. Su entretenimiento
era asistir á las misas y visitar los conventos
de los religiosos. Era muy obediente á sus padres,
y nunca les dio ocasión de enojo ; antes si
veía á su madre enojada con alguno de su casa,
tomaba un libro espiritual y le leía algo á propósito
para sosegarla. Era muy vergonzoso y modesto
, y ordinariamente traía los ojos bajos, como
quien andaba recogido dentro de sí mismo. En
llegando á los quince años , frecuentaba mucho los
sacramentos; y por evitar el reparo que podía haber
en tiempo que no se usaba tanta frecuencia de
comuniones como ahora, variaba las iglesias, comulgando
ya en una iglesia , ya en otra.
2 Confesábase con un religioso muy espiritual
de la orden de Santo Domingo, que le iba poniendo
en perfección; pero juzgando él que no podia
servir perfectamente á Dios en su patria, y en la
casa de sus padres, mudando el traje, se salió secretamente
de Valencia con intento de irse á alguna
tierra donde no fuese conocido ; mas por una
carta que dejó escrita á su padre, fué buscado , y
hallado siete leguas de Valencia , y traido á su casa.
Vistióle su padre de hábito clerical; y él se
ocupaba continuamente en ejercicios de piedad y
devoción, acudiendo á los hospitales, para servir
y consolar á los enfermos. Llamábale Dios á mayor
perfección ; y así determinó entrar en la orden do
Santo Domingo , y pidió el hábito al maestro Fr.
Jaime Ferran, prior del convento do Valencia:
mas el dia que habia de ser recibido en la orden,
sabiéndolo su padre, vino al prior, y le representó
tantas enfermedades y achaques ordinal ios
de su hijo, que el prior le prometió no darle el hábito
en todo su priorato. Afligióse el santo man-